Enlace Judío México e Israel – El mes pasado tuvo lugar una peculiar ceremonia de boda en un cementerio de la ciudad de Bnei Brak, al este de Tel Aviv, Israel.

Ante la prohibición de grandes reuniones mientras dure la pandemia que estamos sufriendo, la boda solo contó con un puñado de asistentes concentrados alrededor de un dosel negro, la jupá.

Pero no es una boda normal, los novios no se han visto antes, y la unión tiene un motivo…

En este extraño ritual conocido como shvartse khasene -boda negra- o mageyfe khasene -boda de la peste-, la comunidad judía local casa a dos de los residentes más marginales de la ciudad, en un esfuerzo por protegerse de las enfermedades.

Al parecer, el novio es huérfano y, aunque no se ha revelado la identidad de la novia, es probable que ella también lo sea. Jamás se habían visto antes, ni siquiera antes del enlace.

Sin embargo, no penséis que este ritual es nuevo, sino que ha sido bastante frecuente durante otras pandemias.

Las bodas negras, un acto de protección en tiempos de pandemia

Está claro que no todas las comunidades reaccionamos de la misma manera ante situaciones excepcionales como una pandemia. De hecho, en los viejos tiempos, la gente creía que las calamidades y epidemias eran fruto de las maldiciones impuestas a las comunidades como castigo divino, por no ajustarse a las enseñanzas de Dios.

Es por eso que las bodas negras empezaron a servir de herramienta para protegerse. Pero hay que decir que los contrayentes no eran arrastrados a casarse por la fuerza. No es tan simple. Al parecer, eran cuidadosamente seleccionados.

A menudo se trataba de huérfanos, personas sin hogar o discapacitados físicos que no tenían demasiadas posibilidades de contraer matrimonio. Estos matrimonios eran financiadas por los miembros más pudientes de la comunidad.

Después del enlace, la comunidad se comprometía a apoyar a la pareja y, a cambio, solo esperaban que las almas de los fallecidos recompensasen sus esfuerzos intercediendo para «bloquear» esas maldiciones divinas. Esta es la razón por la que estas bodas se celebran en los cementerios.

Las bodas negras en tiempos del cólera

El primer relato histórico de una boda negra se remonta a 1831, en Rusia, durante la pandemia de cólera.

Otra referencia escrita a dicha ceremonia data de 1849 en Cracovia, Polonia. Algunos historiadores argumentan que la tradición es aún más antigua, y que se fue cristalizando durante varios siglos de práctica.

En cualquier caso, el ritual fue adoptado por las comunidades judías del Imperio Ruso durante el brote de cólera de 1892. Con el tiempo, las ceremonias fueron haciéndose cada vez más elaboradas. De hecho, algunas ceremonias iban acompañadas de fiestas y bailes.

Un periódico, la Gazeta Lubelska, describió un ritual de este tipo bastante sorprendente:
«En el cementerio judío de Lublin dos bodas tuvieron lugar en 1892, donde cuatro mujeres jóvenes fueron enganchados a un arado y obligadas a arar en torno a los límites de la ciudad. Extraños rituales adicionales fueron llevados a cabo por los judíos locales de Lublin. El agua del estanque local se liberó en secreto, y las cadenas de la barrera de los estanques fueron enterradas en el cementerio. Según la tradición local, la epidemia disminuyó unos días después«.

La boda negra de Harry y Fanny durante la gripe española

Cuando los judíos de Europa del Este emigraron a Estados Unidos, a principios del s. XX, se llevaron esta costumbre consigo. Así, durante la devastadora epidemia de gripe española, las comunidades judías, fervientemente desesperadas ante la difícil situación, celebraron un gran número de bodas negras por todo el país.

Sin embargo, una de las más famosas fue la que tuvo lugar entre Harry Rosenberg y Fanny Jacobs, en octubre de 1918, en un cementerio cerca de Cobbs Creek, Filadelfia. Al evento asistieron más de mil personas.

Por desgracia, investigaciones genealógicas han sugerido que ni Harry ni Fanny sobrevivieron a la gripe española, por la que se estima que murieron 100 millones de personas en todo el mundo.

Fuente: La voz del muro.

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