Enlace Judío México e Israel – Un israelí ha desarrollado un cubrebocas con una abertura a control remoto que permite a los comensales comer sin la necesidad de quitárselo.

El dispositivo controlado a distancia mecánicamente con la mano permite a los usuarios abrir una ranura en la parte delantera de la máscara para que la comida pueda pasar sin necesidad de quitar el cubrebocas; es probable que su precio pueda ser de entre 3 a 10 nuevos shekels, aproximadamente entre 20 y 68 pesos mexicanos.

Al apretar una palanca, al igual que un ciclista acciona un freno de mano, abre una ranura en la parte delantera de la máscara para que la comida pueda pasar.

El proceso podría complicarse con helados o salsas, pero se pueden tragar más bocados sólidos en un instante, en un movimiento que ha sido comparado con el famoso videojuego Pac-Man.

“El cubrebocas se abre mecánicamente a mano, de forma remota o automática cuando el tenedor llegue a la máscara”, dijo Asaf Gitelis, vicepresidente de Avtipus Patents and Inventions, cuando demostró el dispositivo en sus oficinas cerca de Tel Aviv, reporta el sitio Ynet.

“Entonces puedes comer, disfrutar, beber y sacar el tenedor y se cerrará, y estarás protegido contra el virus y otras personas sentadas contigo”, afirmó Gitelis.

La compañía dijo que planea comenzar a fabricar la máscara en unos meses y que ya habían presentado una patente.

Sin embargo, el precio probable de salida al mercado de este cubrebocas esta por encima del precio de los cubrebocas simples que usan muchos israelíes.

En Tel Aviv, la agencia Reuters mostró a los clientes un vídeo del cubrebocas en acción desde un teléfono celular. Las opiniones fueron divididas.

“Creo que este cubrebocas, que me permite comer mientras todavía la estoy usando, es imprescindible”, dijo Ofir Hameiri, un estudiante graduado de 32 años.

Pero comiendo un cono de helado, Ron Silberstein, un músico de 29 años, dijo: “No creo que este cubrebocas pueda contener este tipo de helado, está goteando por todas partes. No me gustaría usarlo después”.

Con este dispositivo, aseguran sus inventores, se podría hacer que una visita a un restaurante sea menos riesgosa.

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