Enlace Judío México e Israel – En una conversación con Carol Perelman y una transmisión conjunta Bet El- Enlace Judío,  una de las más grandes eminencias científicas de México habló sobre el origen de los virus, su función en la evolución de las especies y el futuro de la pandemia de coronavirus que hoy enfrenta el mundo.  

El doctor Antonio Lazcano es biólogo, profesor emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México. Investigador y docente sobre evolución temprana de la vida. Fundó el Laboratorio de Origen de la Vida de la Facultad de Ciencias; fue miembro del comité asesor de la NASA para el estudio del origen y la evolución de la vida; ha sido el único latinoamericano en presidir dos veces la Sociedad Internacional para el Estudio del Origen de la Vida y es miembro del Colegio Nacional.

Pero pese a sus abundantes credenciales, Lazcano es un hombre afable y ameno, que no escatima ni sabiduría ni elocuencia ni simpatía para conversar con sus interlocutores. En este caso, nuestra colaboradora Carol Perelman quien, durante más de una hora, conversó con este hombre profuso en conocimientos y generoso para compartirlos.

“La vida es un fenómeno muy antiguo en el planeta. La vida probablemente se originó hace 4 mil millones de años. El planeta tiene 4 mil 600 millones de años”, dijo al comienzo de esta charla, a lo largo e la cual haría un recorrido extenso por la historia de los virus y sus funciones evolutivas, los daños que las pandemias han ocasionado para la humanidad e incluso el papel del arte y las humanidades para enfrentarlos.

“No tenemos fósiles de los primero seres vivos pero podemos sintetizar compuestos orgánicos que vemos en los seres vivos, compuestos como aminoácidos, como los componentes de ácidos nucleicos, qué sé yo…

Y creemos que las primeras formas de vida en realidad tenían genomas, tenían material genético que no era DNA sino RNA, de ahí el interés directo profesional de mi laboratorio en estudiar los virus de RNA.

Para el doctor Lazcano, la sencillez de los virus de RNA, como el coronavirus SARS-CoV-2, no debe confundirse con que sean primitivos.

“Si uno va a Xochimilco uno ve en las trajineras estos adornos florales sensacionales que los mexicanos siempre hacemos. Muy barrocos. Y le ponemos a la trajinera el nombre “Lupita”, “Juanita”, “Esther”, y yo qué sé, ¿no? Siempre son nombres de mujeres, todos muy adornados.

Ahora, piensa, por ejemplo, en el arte floral japonés, en el Ikebana, que es de una simplicidad extraordinaria, donde tú lo que ves son unas cuantas ramitas, pocas flores, unas piedras, unas hojas, y son de una belleza extraordinaria, el que sean así de sencillos no implica que son primitivos ni implica que son ancestros de los adornos florales barrocos que nos gustan tanto en México.”

Lazcano usa el símil para referirse a los virus. Su simplicidad no tiene por qué ser primitiva. Los virus también evolucionan (mutan). Nosotros también evolucionamos a partir de nuestro contacto con los virus. Si algo es cierto respecto a los virus es que poseen información genética. De hecho, son básicamente información genética que, como explicará Lazcano, va “saltando” hacia otro tipo de células. Lo incierto, lo que se discute, es si los virus son seres vivos.

“Ahora, si yo quiero definir la vida, lo que son los seres vivos, me encuentro con una serie de problemas: problemas teológicos, problemas legales, problemas químicos, problemas biológicos, etcétera, pero yo creo que todos estamos de acuerdo en que una buena definición de vida no existe y que se ve como algo medio intangible. Pero ese intangible tiene una base real, que es el conjunto de distintas moléculas que vemos en las células. Algunas de esas moléculas se pueden multiplicar —el DNA— y se multiplican igual que se multiplica la información, por ejemplo, en un chisme o en un USB. Exactamente igual.”

Lazcano recuerda que, en un programa de televisión conducido por su amigo Pepe Gordon, hizo esa comparación: la computadora es la célula y el virus el USB. Esta información aquí es inerte, dice mientras sostiene el pequeño dispositivo en la mano, “pero cuando la conecto a un puerto de la computadora, la información que tengo aquí empieza a multiplicarse y empieza incluso a cambiar.”

Lo mismo ocurre con los virus, dice Lazcano. “Tienen material genético que es o DNA o RNA pero para expresarse solamente lo pueden hacer cuando están invadiendo una célula. Es decir, los virus tienen los mismos componentes químicos de una célula, no tienen metabolismo, pueden evolucionar, es decir, hay cosas que evolucionan aunque no estén vivos pero la evolución de los virus se da justo cuando están invadiendo a las células.”

Los virus de RNA

Todos los seres vivos que se han explorado, dice el doctor Lazcano, tenemos virus. “La mayor parte de esos virus no son dañinos para nada —de hecho hay algunos que han sido muy importantes en la evolución— y todos los virus, a pesar de la diversidad que tienen, se dividen en virus de DNA o virus de RNA.

Como el RNA vino antes que el DNA, sería muy tentador pensar que los virus de RNA son más antiguos que las células de DNA, pero hace unos pocos años se doctoró en el laboratorio, bajo la dirección de Arturo Becerra, que es un colega del laboratorio, un joven que ahora ya es parte, ya es investigador también, en el mismo grupo, Jose Alberto Campillo Balderas, y él demostró que los virus de RNA están sobre todo, pero en un porcentaje abrumador, en los organismos que tienen una membrana nuclear: en plantas, en animales, en hongos, en protistas como las amibas, etcétera, que vinieron después que las bacterias. Y eso lo que quiere decir es que en realidad, los virus de RNA no son tan antiguos como la vida misma.”

La pregunta es ¿de dónde salieron los virus? “Probablemente son como genes que se escapan, se llevan algunos componentes de la célula, adquieren una cierta independencia, y esa independencia los hace ir viajando de célula en célula o de especie en especie, y cuando brincan de especie a especie como ocurrió con el coronavirus —como ha ocurrido con los distintos coronavirus—, pues entonces es donde pueden causar un daño terrible en los hospederos que sean los humanos.”

Bacterias “buenas” y “malas”. Virus “buenos” y “malos”

Un hecho bien conocido es que las bacterias, casi omnipresentes en la naturaleza, son la mayor parte del tiempo benéficas o, al menos, inocuas para la vida humana. Las que viven en el tracto digestivo, por ejemplo, nos ayudan a metabolizar los alimentos y a nutrirnos.

Sin embargo, no es tan sabido que también hay virus “buenos” o benéficos para nuestra subsistencia. “Cuando uno se suena las narices hay un fluido nasal que siempre llamamos ‘los mocos’, es el nombre vulgar y a los niños les decimos ‘mocosos’, ¿no? Porque siempre están sorbiendo precisamente esa secreción nasal.

En realidad, la mucosidad que nosotros estamos produciendo tiene una enorme cantidad de bacterias pero tiene también una enorme cantidad de virus. Los virus que están en los mocos que estamos produciendo están matando a las bacterias y eso hace que el moco sea menos infeccioso, de manera que ahí hay un ejemplo directísimo de la utilidad que tienen los virus, en términos muy antropocéntricos.”

Luego ofrece otro ejemplo, uno que en sus palabras, le resulta fascinante. “Y de nuevo es el doctor Campillo que me lo ha insistido mucho. Si uno piensa en los animales, los puedes dividir en dos grandes grupos: los animales placentarios y los marsupiales. Los placentarios somos los que nos desarrollamos en el mismo momento en que se empieza a desarrollar el cigoto, bueno, terminamos formando una placenta.

La placenta, en realidad, es una celulolota. Es una célula grande que tiene muchos núcleos, como que la célula se empezó a dividir, no lo logró del todo pero los núcleos sí se multiplicaron. Cuando uno ve los efectos que las infecciones de algunos retrovirus, como el virus del sida, tienen en animales, en este caso en los animales humanos, lo que vamos a ver es que producen lo que se llama en biología un sincício, la infección de un retrovirus como el del sida provoca que al dividirse una célula humana, no termine la separación total pero sí muchos núcleos, es decir, los genes de origen común que tenemos nosotros en los retrovirus los vemos determinando el desarrollo de la placenta; en pocas palabras, hace millones de años, antes de que nos separáramos de los primates, de las vacas, de los ancestros de los perros, etcétera, nuestro linaje fue invadido por algún retrovirus, adquirimos esos genes y eso permitió el desarrollo de la placenta.”

Es en parte por eso que “la vida en realidad en el planeta no se puede entender sin el concurso de los virus. Y sin el concurso de otras formas de material genético que andan brincando. Porque siempre pensamos en el DNA como una molécula estática pero en realidad hay trocitos de DNA que brincan de un lado a otro de la molécula, de la doble hélice, y los que quieran entender la doble hélice cuando ya puedan salir de nuevo, cosa que no les sugiero que hagan mañana (lunes), a pesar de lo que algunos están diciendo, pueden ir al metro Camarones.”

En una divertida digresión, Lazcano refiere que “siempre mando a mis estudiantes al metro Camarones porque ahí tienes una escalera que es una doble hélice, o pueden ir al Colegio Nacional, en donde en la entrada por Donceles también se topa uno con una doble hélice. ¿Por qué se hacían esas dobles hélices en los palacios o en los conventos de la Colonia?, bueno, porque por un lado subían los sirvientes y por el otro lado subían los señores y para que no se toparan. En el caso del metro Camarones es para que unos suban y otros bajen, pero es una doble hélice como el DNA. Ahora, imagínate que hubiera pedazos de esa escalera que brincaran de sitio en sitio a lo largo de la escalera, o bien, que de plano se salieran y fueran a dar a otra estación del metro o a la calle. Igual ocurre con el DNA. El material genético tiene una enorme movilidad y los virus son parte de esa movilidad.”

Las pandemias, historia y literatura

“Hay una mujer que a mí me deslumbra, que siempre leo, se llama Nery Bird; es una clasicista, ella se dedica al mundo latino, es profesora, es investigadora de la Universidad de Cambridge, y cuando empezó la pandemia de coronavirus a hacerse cada vez más visible, ella escribió algo que me impresionó mucho. Ella dijo: “no nos debemos sorprender porque la historia de la literatura occidental comienza con la historia de una pandemia, de una epidemia”, y ella hablaba de La Ilíada“.

En el texto clásico de Homero, “los dioses ven que hay demasiados humanos y por eso se suelta la pandemia que provoca la mortandad entre los soldados griegos.” También la Biblia hace referencia a una pandemia, recuerda, en una de las siete plagas; “si uno se sigue, por ejemplo, en la Grecia antigua, hay una gran pandemia que describe Temístocles, que mata por ejemplo a Pericles, a un dirigente político y crea una perturbación enorme. El Bocaccio cuenta de la peste negra, en donde la gente se fue a encerrar a las villas, a los castillos, a los palacios y no salieron. Pensemos en (Albert) Camus con La Peste, que es esa novela deslumbrante, que en realidad es una metáfora del horror que fue la invasión de nos nazis… pensemos en Thomas Mann con Muerte en Venecia. Toda la historia de la literatura está plagada de evidencias de pandemias.”

Acerca de lo que estas pandemias históricas o literarias nos han enseñado. Lazcano admite que “si esto me lo hubieras preguntado hace dos días, te hubiera yo dicho ‘pensemos en la pandemia de influenza que en 1918 causó una mortandad aterradora’.”

“Pero hoy leí en un periódico inglés espléndido, The Guardian, un reportaje sobre una pandemia de coronavirus que golpeó Inglaterra, la Inglaterra victoriana, (que también) —golpeó otras partes de Europa— y que aparentemente brincó no de murciélagos sino de vacas (…), mató al heredero al trono británico, de hecho, mató a muchísima gente y, en la primera oleada, mató, se cree, más o menos a 25,000 personas.”

Oleadas subsecuentes cobraron la vida de otras 80 mil personas, refiere Lazcano. “Es una mortandad relativamente pequeña si comparamos a la situación actual. Por qué, porque en ese momento el mundo estaba menos comunicado. De hecho, en los mejores aliados de los virus se han convertido todos los medios de transporte que ahora te permiten que un virus viaje, no en carabela, no en un velero, sino viaje en un Boing 727 de un país a otro, atravesando el Pacífico sin ninguna dificultad.”

Pero el mejor ejemplo de cómo hemos convivido de cerca con los coronavirus lo tenemos cada uno de nosotros en nuestra historia personal. “Tanto tú como yo como todos los que nos están oyendo seguramente hemos tenido en algún momento esas gripas invernales, te da una gripa, dos o tres días, te sientes mal, qué se yo, y luego te recuperas. Esas gripas de invierno típicamente son causadas por coronavirus, pero son coronavitus que no tienen este efecto devastador que tiene el que causa el covid-19”

Cómo acaba la pandemia

Aquella pandemia, sugiera Lazcano, terminó porque “seguramente la gente adquirió inmunidad como estamos adquiriendo inmunidad ahora.” Sin embargo, “el gran problema es que no hay un solo caso de inmunidad causada por coronavirus que sea permanente”.

“Hay algo es absolutamente fascinante, que se publicó hace más o menos diez días: se tomaron células T, que son parte del sistema inmunológico, de personas que no estaban infectadas —estamos segurísimos que no estaban infectadas con el SARS-CoV-2—, y esas células T atacaban en parte, en parte al virus. Lo cual quiere decir que algunas personas pueden tener algo de inmunidad cruzada. Ya sea porque generaron una resistencia que duró algunos meses después de una infección de gripa como la que he descrito —ahí no está claro—, o bien, porque son los sobrevivientes del SARS y algo de inmunidad quedó, y eso es muy alentador”

Entonces, ¿cuándo terminará la actual pandemia? “Cuando tú tienes lo que se llama la ‘inmunidad de rebaño’ —que me choca el término porque es como si fuéramos vacas— (…) pero estamos seguros, es la convicción de mis amigos dedicados a la epidemiología, que lo que es indispensable para esta pandemia es una vacuna.”

Según el doctor Lazcano, quien se mantiene constantemente actualizado sobre temas científicos, hace unos diez días se reportó la aparición de una especie de vacuna temporal que protege por dos meses a quien se la administra contra una posible infección de VIH, el virus causante del SIDA. Una solución similar podría servir para controlar el coronavirus, dijo.

“Para mí la ciencia es parte de la cultura, absolutamente. Y yo creo que la solución, en parte, a la pandemia, va a venir por ejemplo, de las vacunas, de terapias, etc. (…) pero las pandemias exhiben los aspectos más terribles de las sociedades en todos los países. Nosotros vemos, por ejemplo (…) la violencia contra niñas y mujeres, que se está viendo como una pandemia de violencia absolutamente aterradora. Yo creo que ese es un problema que tenemos que atender no con vacunas, no con fármacos, sino con respuestas sociales.”

Dijo que “la pandemia se va a resolver cuando tengamos una solución que toque los aspectos sociales, económicos, que toque los aspectos educativos, que toque los aspectos biomédicos, etc. y se requiere del concurso de todas estas actividades, de todas estas disciplinas. Y hay algo que yo tengo que mencionar de manera inevitable:

El encierro está causando muchísimo daño, pero si hay algo que está aligerando el encierro son las formas del arte, son estos grupos de músicos, de actrices, de recitadores, de poetas, etc., que nos están demostrando que el arte es una parte esencial de la condición humana. Entonces, es una combinación de las humanidades, las artes, las ciencias sociales y las ciencias físicas, las matemáticas, biológicas, biomédicas las que nos van a sacar adelante.”

Mutaciones

A diferencia de los virus que causan la influenza, “este es un virus muy estable, aunque es un virus de RNA, es un virus extraordinariamente estable“, insiste Lazcano, quien piensa que una vacuna podría otorgarnos una inmunidad prolongada para enfrentar al SARS-CoV-2.

Sin embargo, Lazcano ve un enemigo paralelo más preocupante: debido al gran número de pacientes intubados que reciben tratamientos con antibióticos para prevenir las infecciones bacterianas que causan neumonías, estas bacterias podrían mutar y volverse resistentes a los antibióticos, lo que causaría una elevada mortandad.

En contraste, aplaudió la pronta reacción de comunidades específicas como la del Tec de Monterrey, la UNAM o la propia Comunidad Judía de México. Posteriormente, Lazcano dedicó más de media hora a responder preguntas de los usuarios que seguían la transmisión por Facebook Live. Te invitamos a disfrutar su contenido íntegro en el video que anexamos a esta nota.

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