ZAKIE SMEKE

[« La luz es siempre igual a otra luz.

Después varió: de luz se convirtió en alba incierta

[] y la nueva luz tuvo la esperanza»] P.P. Pasolini.

“Más de cien mil americanos han sido victimas del virus. El logro del vuelo al espacio demuestra la gran capacidad innovadora y el diseño inteligente norteamericano. En muchas ciudades a lo largo del país estallan las protestas por la injusticia racial que muestran el lado oscuro de América al mundo”.

La pregunta que surge después del violento asesinato de George Floyd por el exoficial de Policía Derek Chauvin que publica la revista The Economist, es la siguiente: ¿Los manifestantes en las ciudades americanas traerán progreso o establecerán obstáculos para sostener la razón de ser los vencedores?

Durante la última semana de mayo del año en curso, hemos visto diversas imágenes que nos muestran un mundo de contraposiciones. Por un lado, admiramos la histórica misión Demo-2 coordinada por la NASA y SpaceX con cada paso emprendido por la nave espacial Dragon Endeavour de SpaceX que se acopló con éxito a la Estación Espacial Internacional (EEI).

Por otra parte, nos perturbamos, nos conmovimos frente a la imagen de Chauvin apretando con su rodilla el cuello de Floyd hasta asfixiarlo al grito de I can’t breathe. Representaciones que remiten al Malestar en la Cultura, “las luciérnagas sólo han desaparecido de la vista de quienes no se encuentran en buena posición para verlas emitir sus señales luminosas. Se trata de seguir la lección de Walter Benjamín, para quien declive no es desaparición. Hay que organizar el pesimismo, decía Benjamín. (G. Didi-Huberman, Supervivencia de las luciérnagas, Abada, 2009).

En este contexto de las imágenes que dicen más de mil palabras destaca el mensaje virtual que transmitió Barack Obama sobre el  trágico asesinato de George Floyd convocado por la Fundación “Guardián de mi hermano” (My Brother Keeper Alliance) una iniciativa que el expresidente creó para apoyar a los jóvenes. Escuchemos las palabras de Obama con un alto contenido de empatía, en la que se repiten significantes y significados en relación con la colaboración, la unión, el compromiso y la oportunidad para lograr el cambio.

De inicio, Obama reconoce el dolor, la frustración y la distopia que viven las familias afronorteamericanas frente al asesinato de Floyd. El mensaje apunta la inminente necesidad sobrepasar una situación en la que impera la rabia y el enojo para pasar a la esperanza como medio para que toda la sociedad tome conciencia y participé en erradicar el racismo, el fanatismo, la intolerancia y la desigualdad en la justicia.

“Es lo más profundo que he visto en mi vida, la angustia y el sufrimiento por el asesinato de George Floyd, Breonna Taylor, Ahmaud Arbery, y tantos otros. Michelle, yo y todo el país estamos en esto”, afirma Obama.

Para el líder, la forma de atravesar esta “situación épica” consiste en establecer un compromiso enfocado en construir una nación más justa para las generaciones futuras. “Si la esclavitud y el racismo han sido el ‘pecado original’ de la sociedad estadounidense, los hechos trágicos que se han vivido en las últimas semanas deben ser una oportunidad para que las personas tomen conciencia de estos problemas subyacentes que irrumpen con la fuerza del odio”, afirma Obama.

Un mensaje que se dirige en especial a los jóvenes. “Cuando me siento desesperado escucho las voces de los jóvenes. Los jóvenes afroamericanos han vivido con mucha violencia y ellos deben saber que “las vidas importan, que deben sentirse esperanzados cuando sienten rabia y saber que esto tiene que cambiar que se tiene que reinventar la relación de la policía con la comunidad, las reformas tienen que ocurrir y nos tenemos que preguntar, cómo podemos colaborar”, sostiene Obama.

El expresidente alienta a la comunidad para participar en la construcción de un futuro más justo, se dirige a los que protestan diciendo “voy a marchar a su lado” establece la diferencia histórica de estas  protestas comparada con las de los años sesenta. “La diferencia es que esta protesta va a requerir la participación de toda la sociedad para construir una sociedad distinta. Finaliza el mensaje enfatizando la necesidad del cambio, un cambio profundo que modifique las estructuras sociales, la policía y las relaciones entre las personas”.

El gran pensador Amos Oz en Contra el fanatismo, (Siruela, 2002) al igual que Obama seguía la práctica de la empatía en su vida cotidiana: “De vuelta a casa, aún antes de que amanezca, me preparo un café, me siento en mi escritorio y comienzo a hacerme preguntas: ¿Qué pasaría si yo fuera él o ella? ¿Qué sentiría, querría, temería y esperaría? ¿De qué me avergonzaría? Mi trabajo consiste en ponerme en el lugar de los otros. Incluso en su piel. Mi fuerza motriz es la curiosidad”.

Regresemos a la pregunta: ¿Los manifestantes en las ciudades americanas traerán progreso o establecerán obstáculos para sostener la razón de ser los vencedores?

No lo sabemos, pero deseamos, al igual que Obama, que frente a la rabia se imponga la esperanza, que después de las tempestades venga la calma.

 

*Zakie Smeke es Doctora en Filosofía Política, Maestra en Periodismo Político y psicoanalista.


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