Enlace Judío México e Israel : Hoy por hoy, tras consagrarse como tal en la década de los ´80,  es la más grande fotógrafa del mundo del mundo; y la mejor pagada , pero completamente arruinada.

 

Manhattan,  8 de diciembre de 1980. El mundo está a punto de asistir a una conmoción histórica. Annie Leibovitz,  fotógrafa free lancer para la revista Rolling Stone, acude al emblemático edificio Dakota para realizar una sesión de fotos a John Lennon. Un claroscuro barroco en el que Yoko Ono, vestida de negro, yace en el suelo, mientras que sobre ella aparece su marido, en posición fetal y desnudo;  como a punto de nacer. Cinco horas después, John Lennon fue asesinado por un perturbado mental ante los árboles tristes de Central Park.  Acaban de nacer los años ´80.

Anna-Lou Leibovitz nació en Waterbury, Connecticut, en 1949. Pero no creció allí;  su padre, judío rumano ( y  lugarteniente del ejército de los EE.UU) , junto a su madre , Marilyn (judía estona )  y sus seis vástagos-tuvieron una vida que podríamos calificar de nómada a causa de la profesión militar del padre.

Las primeras fotos que A.L. tomó fueron en Filipinas durante la Guerra de Vietnam. Luego empezó Bellas Artes en S. Francisco; entre el segundo y tercer curso, se fue a Israel, al kibbutz Amir,  sin saber si regresaría a los EE. UU. Regresó en 1970, con unas fotos que hizo de una manifestación contra la guerra de Vietnam que las presentó a la revista Rolling Stone, que eligió una para ser portada. En 1973 fue nombrada fotógrafa jefe de la revista, y ocuparía el cargo durante 10 años. En ese año pasó a trabajar para Vanity Fair, fotografiando a celebridades. A partir de 1998 fotografía para Vogue, el Talmud del Glamour para fieles al estrellato fugaz.

En 2007,  tuvo el honor de que se le dedicara una gran retrospectiva  en el Museo de Brooklyn, la exposición  en realidad era un libro “A Photographer’s Life, 1990–2005” ; en esta obra  se  incluían muchas de sus fotografías de celebridades; por ejemplo, Whoopi Goldberg bañada en leche. Demi Moore embarazada y desnuda.  También había fotos de sus hijos (maternidad subrogada)  y de  su pareja desde 1989 , la gran escritora Susan Sontag, fallecida en 2004, a la que había conocido en una sesión fotográfica para promocionar uno de sus libros.

Ese mismo año de 2007 fue cuando  se le dio la oportunidad que era el sueño de todo artista renacentista: retratar al rey. En este caso, la Reina de Inglaterra, para  conmemorar  la segunda visita oficial de su reinado a Estados Unidos. La artista dijo haber buscado inspiración en Cecil Beaton, fotógrafo oficial de la aristocracia británica en los años ´50 del siglo anterior. En un momento dado, la artista, sin medir su grado de insolencia, le dijo a la reina si podía quitarse la corona. La monarca, sin inmutarse, exclamó: ¿Quitarme la corona? No voy a hacerlo, ya he hecho bastante vistiéndome de esta forma.” Leibowitz no se amilanó y explicó que prefería hacer la foto sin la corona , “pues su vestido es tan….” No le dio tiempo a terminar la frase. La reina dijo: “¿Pero usted qué cree que es esto? ” Y quedó zanjado todo el asunto.

Al año siguiente hubo otro escándalo: (al menos escándalo para cierto sector de la moralidad estadounidense)  Miley Cyrus, de 15 años, había posado para ella , esto es, para Vanity Fair, en top less. Realmente no lo estaba , sino que estaba frontalmente cubierta con una sábana. Decían que manipular a una menor para vender revistas era inmoral. La presión era tal que la propia Myley Cyrus salió al paso de la polémica diciendo que ella tenía la impresión de haber posado para una sesión de fotografía artística, pero que, pasado el tiempo, se avergonzaba de haber aceptado la propuesta. La artista , por su parte, tan sólo dijo que lamentaba lo sucedido, pero que la fotografía era muy bonita.

Luego  vino lo peor: la ruina.  Que si tras años de insolvencia ponía a la venta su casa en el Greenwich Village,  por 33 millones de dolares; que si tenía que dar clases on line para poder comer; que si tenía problemas hasta para salvaguardar los derechos de autor de sus propias creaciones , siempre publicadas para potentes grupos editoriales.

La justicia norteamericana le concedió una próroga de un mes cuando le venció el plazo para devolver un crédito de 15 millones de dólares que había pedido  y que no podía devolver.  El   préstamo de   lo había solicitado  para financiar  la deuda contraída al comprarse una casa  al norte de Nueva York, dos casas en el emblemático  barrio de Greenwich Village, Manhattan, y para  pagar la costosísima renovación de todas ellas. Puso como aval los derechos de autor, valorados en 35 millones de dólares, cosa que no se atrevieron a hacer sino multimillonarios de la talla de Michael Jackson o David Bowie.  La fotógrafa, que según aseguran diversos medios de comunicación  tiene un contrato con la editorial Condé Nast por valor de  1,39 millones de euros anuales ( cobrando 175.000 euros por día de trabajo en publicidad)  es conocida entre los colegas de profesión  por ser una tremenda despilfarradora, además de un desastre con la gestión de su patrimonio. Y según una ex-asistenta doméstica, sencillamente quiere una vida de ensueño para sus hijos. Quiere vivir como una reina. Sin corona.

Actualmente presenta una exposición on line de naturalezas muertas por la galería Hauser & Wirth bajo título de Still Life , a partir del 8 de junio:  algunas de ellas realizadas en tiempos de confinamiento,y otras de otra época, como la serpiente que mató Georgia O´Keefe en su casa de Nuevo México.

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