¿Cuál es la recompensa que recibe el alma después de la muerte?

Louis Janmot Le Poème de l'âme Le Printemps Spring 1854 oil on canvas 113 x 145 Signed and dated at lower left Musée des Beaux-Arts, Lyon inv. 1968-160 Fils d'Adam, la terre est parée, Éveillez-vous à votre tour, L'Éden est de peu de durée, Vous aussi le saurez un jour !

Enlace Judío México e Israel / Rab Shlomo Katz – El rey Salomón escribe en Mishlei (Eclesiastes) (13:9), “La luz de los justos se regocijará, pero la lámpara de los malvados se apagará”. Rabeinu Bahya ben Asher z “l (España; siglo XIV) explica: El Rey Salomón compara el alma de un tzadik (justo) con la luz porque el alma, como el concepto “luz”, es eterna y es independiente de la duración de la vida del cuerpo del tzadik. En contraste, el alma de un rasha (malvado) es como la luz de una lámpara; cuando la vela o la mecha se apaga, la luz desaparece. Así, también, cuando el cuerpo del rasha muere, no queda nada de él.

En realidad, continúa R’ Bahya, un alma nunca muere. Pero, el alma del malvado sufrirá un castigo eterno, que es un destino peor que la muerte. Esto se debe a que el rashá no persiguió la “luz” durante su vida. Por lo tanto, el Rey Salomón nos dice que la lámpara “parpadeará.” Quedará un débil recuerdo de la luz que pudo haber sido, pero no dará luz.

En contraste, “la luz de los justos se regocijará”. Este regocijo es la recompensa del tzadik, y se refiere a alcanzar niveles de comprensión de D-os que uno no podría alcanzar en su vida. Debido a que los tzadikim sirven a Hashem con alegría, se regocijan en el mundo venidero, porque el rasgo de la felicidad hace que el alma se alimente y exista para siempre.

R’ Bahya continúa: Otra razón por la que el alma se compara con la luz es que ambas fueron creadas en el primer día de la Creación. A diferencia del hombre, que enciende una vela de una llama existente, Hashem creó la luz de la nada. Sin embargo, aunque Él es “luz” y no necesita nuestra luz, nos ordenó encender una menorá en Su Templo para el honor de la Shejiná (la Presencia Divina), como se describe en nuestra parashá. (Beur Al Ha’Torah)

Fuente: Hamaayan

Sefora: Séfora es una mujer adulta con corazón de niña, cree fuertemente en que el único sentido del hombre es ético y como tal tiene una misión en la vida. Quiere recuperar una tradición perdida y agradece a Dios todos los días haber nacido como mujer. Le gustaría llegar a ser excelente ama de casa un día. Recuerda que la raíz de su nombre es hebrea (Tzipora) y quiere decir pájaro, símbolo de la libertad; para ella, el bien más preciado. Ve en el judaísmo una fuente de vida muy valiosa y se acerca a rabinos, escritores y personajes judíos para interpretar su mundo. Busca traducir palabras bellas para que más personas puedan encontrase en este mar.