Enlace Judío México e Israel – En el campo de concentración de Auschwitz, donde perdieron la vida poco más de 1 millón de seres humanos, existió una sección conocida como “México” o Meksyk en polaco, oficialmente llamada BIII, que los mismos nazis crearon y donde hoy en día solo quedan vestigios de lo que fue.

Con su construcción iniciada a mediados de 1943, estaba destinada a 60 mil prisioneros, pero en enero de 1944 solo 32 de los 188 cuarteles previstos estaban completos, y otros 35 en las etapas de montaje o equipamiento.

La decisión de detener el trabajo se tomó a inicios 1944. Cuando las mujeres judías de Hungría comenzaron a ser hacinadas allí a mediados de mayo, no había cocinas, baños o letrinas.

La sección BIII fue liquidada a principios de octubre de 1944 y los prisioneros que permanecieron en el campo fueron enviados al segmento de mujeres.

A pesar de que no se sabe de manera específica por qué se le conocía así, existen al menos dos hipótesis al respecto, según el portal de National Geographic Mexico.

Hubo secciones del campo de Auschwitz-Birkenau que aparentemente eran conocidas con la jerga de los internos del campo, y una hipótesis sobre el origen del nombre va en esta dirección.

Una de las secciones que almacenaba las pertenencias de los prisioneros, fue vista como sinónimo de riqueza, debido a que allí se depositaban ropa, anteojos, anillos, dinero, joyas, relojes, fotografías. A ese lugar lo llamaban “Canadá”.

En cambio, la sección BIII a medio construir, lúgubre, de acuerdo con el testimonio de sobrevivientes, recordaba el otro extremo y la tragedia permanente en Auschwitz.

Este lugar fue bautizado, aparentemente por los nazis, como “México”, quienes tenían una visión así del país. Esta sección no contaba con cocinas, baños o letrinas, y muchos de las los cuarteles no tenían literas. Sumado a eso, quienes eran designados a esta área, carecían de lo mínimo para poder asearse, comer, hacer sus necesidades y dormir decentemente.

Otra de las hipótesis asegura que esta sección la llamaron así porque los hombres y mujeres que eran transferidos a Auschwitz desde otros campos llegaban con ropa diferente.

Es decir, los nuevos prisiones usaban uniformes de color blanco, rojo, café, azul, beige; esto dependía de qué campo de concentración habían sido transferidos. Este colorido desfile de prisioneros aparentemente habría evocado a México.

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