Enlace Judío México e Israel – Más de 1,000 israelíes participaron este viernes en las protestas semanales contra el primer ministro Benjamín Netanyahu frente su residencia oficial en Jerusalén.

Entre 1,000 y 2,000 manifestantes pidieron la dimisión de Netanyahu, acusándolo de tener al país como rehén de su juicio penal y de priorizar su lucha contra el sistema judicial por encima de la lucha contra la pandemia del coronavirus, según The Times of Israel.

El juicio de Netanyahu por cargos de soborno, fraude y abuso de confianza se inició en mayo en un tribunal de Jerusalén. Se le acusa de aceptar alrededor de 200,000 dólares en obsequios del magnate cinematográfico israelí radicado en Hollywood Arnon Milchan y el magnate australiano James Packer.

Además, se acusa a Netanyahu de haber ofrecido impulsar la legislación que beneficia a poderosos magnates de los medios israelíes a cambio de una cobertura más positiva en sus publicaciones. Netanyahu ha dicho que es víctima de una amplia conspiración y ha calificado las acusaciones de infundadas, alegando que aceptar obsequios de amigos no es un delito.

El arresto de un exgeneral de la Fuerza Aérea de Israel durante una protesta contra Netanyahu hace dos semanas causó indignación pública.

El general de brigada (res.) Amir Haskel fue arrestado el 26 de junio mientras protestaba pacíficamente frente a la residencia del Primer Ministro, lo que llevó a cientos de personas a unirse a las protestas para exigir su liberación. Los manifestantes criticaron a la policía por realizar lo que llamaron arrestos por motivos políticos.

Amir Haskel en la Corte de Distrito de Jerusalén tras ser detenido por negarse a firmar una orden de restricción que le prohibía la entrada a Jerusalén durante 15 días, 28 de junio de 2020. Foto: Ohad Zwigenberg. Haaretz.

El Tribunal de Distrito de Jerusalén ordenó la liberación incondicional de Haskel y otros dos manifestantes dos días después.

Durante una conferencia de prensa celebrada en Tel Aviv tras su liberación, Haskel dijo: “La razón por la que fui arrestado fue la voluntad de silenciar la protesta contra un hombre que ha sido acusado. El derecho a protestar es un derecho fundamental en un país democrático. Nadie puede impedir que mis compañeros y yo protestemos mientras no hayamos hecho nada malo”, informó Haaretz.

“Si este arresto ha provocado un incendio, fue un precio que valió la pena pagar. Espero que mucha gente comprenda que Israel necesita un cambio. Netanyahu ha hecho de la izquierda el enemigo del pueblo. Es el mayor daño que Netanyahu ha causado a esta nación. Si quiere evitar una explosión, debe levantarse e irse”.

Cuatro de los manifestantes arrestados fueron liberados después de firmar una orden de restricción que les prohíbe la entrada a Jerusalén durante 15 días, pero Haskel y otros dos manifestantes se negaron y fueron arrestados.

El Comisionado de Policía en funciones Motti Cohen dijo en una declaración que la policía sacaría conclusiones del incidente, “como lo ha hecho en otras ocasiones”. Sin embargo, agregó, “no hay sustituto para el juicio de los oficiales. Cabe recordar que todos los días la policía permite celebrar varias manifestaciones y protestas de acuerdo con la ley y seguirá haciéndolo en el futuro”.

La policía argumentó durante la audiencia que Haskel había dirigido un grupo de manifestantes con la clara intención de bloquear las carreteras y causar disturbios públicos “por la frustración de que las protestas no están ganando impulso”. La policía indicó que no tenía intención de interrumpir la protesta, pero que Haskel y los otros manifestantes habían rechazado las órdenes de dispersarse pacíficamente. Sin embargo, en el transcurso de la audiencia el representante de la policía admitió que los tres no bloquearon las carreteras.

El representante de la policía afirmó que las fuerzas del orden habían actuado con moderación, tal vez excesivamente, y que no tenían más remedio que efectuar los arrestos.

Al explicar su decisión, la jueza Orna Sandler-Eitan señaló que “aunque justifique el retraso [de la liberación] de los acusados por dejar que el hecho saliera de control, no creo que sea necesario condicionar la liberación de los acusados. El derecho a manifestarse es un derecho fundamental en un régimen democrático”.

“Prohibir a los acusados la entrada a Jerusalén, lo que significa impedir que los manifestantes ejerzan su derecho a manifestarse en un lugar de su elección, es una medida desproporcionada e inapropiada en la medida en que hayan estado involucrados en la violación de la supuesta orden”.

La jueza añadió que los acusados no representaban ninguna amenaza para el público.

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