Enlace Judío México e Israel.- El siguiente es un extracto del artículo de Joshua Davidovich publicado en The Times of Israel respecto a cómo presentan la noticia del acuerdo entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos los medios de comunicación israelíes

Que el primer ministro convirtiera una oferta de anexión moribunda en un acuerdo histórico le granjeó elogios de los críticos y conversaciones tanto de un nuevo Oriente Medio como de un nuevo Netanyahu.

En cualquier otro momento, el histórico acuerdo entre Israel y Emiratos Árabes Unidos para forjar lazos probablemente habría sido la historia más importante del año. Aunque todavía no está claro qué lugar ocupará en los anales de nuestro tiempo, quedan pocas dudas sobre la inmensidad de la noticia, no exenta de algún signo de interrogación y motivos para la circunspección.

La noticia del acuerdo llegó como muchas noticias importantes en estos días, a través de un tuit del presidente Donald Trump, irrumpiendo entre todas las demás.

El viernes por la mañana comienza sin ocupar tanto espacio como podría pensarse. Israel Hayom, por ejemplo, probablemente resentido por el aparente retroceso de la anexión, dedica a la noticia solo la mitad de su portada y cuatro páginas interiores. En Haaretz, ocupa la mitad de la primera página de la hoja grande y otras dos páginas, pero nada más.

El diario ultraortodoxo Hamevaser desvía la noticia a un recuadro diminuto en su portada, dominada por la noticia de la muerte de un rabino importante en Bnei Brak (y un anuncio de IKEA).

Las páginas de inicio de varios sitios de noticias líderes en hebreo comienzan con historias sobre posibles elecciones y restricciones por coronavirus.

Yedioth Ahronoth dedica casi toda su sección A a la noticia, con el titular de portada, “Paz a cambio de la anexión”, mostrando escepticismo sobre la afirmación de Netanyahu de que el acuerdo es paz a cambio de paz.

Seguramente orgulloso de haber publicado el revolucionario artículo de opinión del enviado de los Emiratos Árabes Unidos Yussef al-Otaiba, al que atribuye el lanzamiento, lo republica por completo en su página 3.

El titular más grande de hecho podría ser cortesía de The National, un periódico en inglés de los Emiratos Árabes Unidos, aunque su titular minimiza el establecimiento de vínculos y destaca que Israel frena los planes de anexión. La portada presenta citas de Trump y del príncipe heredero Mohhamed Bin Zayed, pero no de Netanyahu, posiblemente reflejando nerviosismo por la insistencia de éste de que la “suspensión es temporal”.

Por otro lado, los medios israelíes abundan en la idea de que es un acuerdo importante y que vale la pena entusiasmarse, no solo porque los israelíes puedan volar a Dubai, sino porque podría presagiar un cambio radical en cómo Oriente Medio ve la normalización con Israel. Y gran parte del análisis se centra en darle el crédito a Netanyahu.

Raphael Ahren de The Times of Israel escribe que el “anuncio bomba … es más que un momento decisivo para las relaciones árabe-israelíes. Cambia todo lo que los políticos y expertos creían saber sobre la dinámica de Oriente Medio”.

“Netanyahu consiguió una sensación diplomática sin igual. Asegurar un acuerdo de paz completo con un estado árabe que hasta ahora había sido, e insiste en que sigue siendo, un firme partidario de la causa palestina, al mismo tiempo que expande sin pedir disculpas los asentamientos y reduce las perspectivas de una futura solución de dos estados, probablemente quedará como el mayor logro en política exterior de su larga carrera”, escribe.

“Esto cambia el enfoque dominante en los últimos años, que sostenía que solo después de un acuerdo con los palestinos podríamos hablar sobre la paz regional, y le da la vuelta”, escribe Dana Weiss de Canal 12.

En Haaretz, Anshel Pfeffer califica el acuerdo como un “golpe diplomático significativo”, especialmente dado que todo lo que Israel tenía que hacer era renunciar a la anexión que de todos modos podría no haber sucedido.

“La declaración conjunta con los Emiratos Árabes Unidos aún no es un plan de paz completo. No hay un compromiso claro por parte de los emiratíes de hacer nada todavía, y ciertamente no abrir embajadas en el corto plazo. Pero sigue siendo el reconocimiento más visible y concreto de un estado de la región del Golfo Árabe de la alianza hasta ahora secreta con Israel. Es un logro para Netanyahu que sus predecesores, dispuestos a hacer grandes concesiones a los palestinos, solo soñaban, y él no pagó nada por ello más allá de la ‘suspensión temporal’ de la anexión que nunca iba a llevar a cabo de todos modos”, escribe.

En Israel Hayom, que alude a más acuerdos que según rumores están a la vista con su titular de portada “Primero los Emiratos”, el editor Boaz Bismuth presagia el amanecer de un “nuevo Oriente Medio de verdad; no el que intentaron vendernos, sino uno donde Israel es fuerte, donde otros países lo quieren como aliado, donde Israel es líder en casi todos los campos posibles desde tecnología, agricultura, agua, energía, comercio, banca y sí, también seguridad. Al contrario de los tratados de paz firmados por Menajem Beguin e Itzjak Rabin, esta vez la paz es paz, sin complejo de inferioridad”.

Curiosamente, Bizmuth, que normalmente es el primero en elogiar a Netanyahu, no lo hace aquí, a pesar de que todos los demás lo hacen. Escribe que Trump “merece un gran y cálido abrazo de parte de todos y cada uno de nosotros”.

Otros, sin embargo, colman de elogios a Netanyahu. El corresponsal diplomático de Walla, Barak Ravid, no un gran impulsor de Netanyahu, tuitea que “Netanyahu merece mucho, mucho crédito por lo que sucedió hoy. No es trivial. Este es un logro asombroso que hará mucho bien al país. Independientemente de lo que pueda venir después, ahora está al mismo nivel que Beguin y Rabin”.

Nahum Barnea de Yedioth, crítico abierto de Netanyahu, considera que el acuerdo es importante tanto para forjar la paz con un actor regional como para aparentemente eliminar la anexión de la mesa.

“Netanyahu merece mucho reconocimiento por ambas cosas. Por primera vez desde que fue elegido primer ministro, ha logrado un logro diplomático positivo y no buscó su gloria menospreciando a otros. Esta paz es suya. Si florece, es suya. Si se empantana y se cancela, es suya”.

Ehud Yaari, de Canal 12, escribe que la llamada doctrina Netanyahu, que según él pide comprometerse con socios regionales en lugar de estancarse en conversaciones con palestinos que no van a ninguna parte, ahora está “dando frutos”.

“En la última década, Israel ha construido, bajo el liderazgo de Netanyahu, a pesar de todas las amargas críticas a su comportamiento y métodos, lazos con estados importantes que nos evitaron durante años, desde India y Japón, Vietnam e Indonesia hasta Brasil y Colombia”.

Yaari también predice que se avecinan más avances, específicamente con Bahrein, y posiblemente Sudán y Marruecos.

Con respecto a Bahrein, “ha habido conversaciones en etapa avanzada durante años. Los contactos abiertos son solo cuestión de tiempo”.

Aunque no tiene claro si Omán, con un cambio de liderazgo reciente, también promoverá los lazos, dice que tanto Bahrein como Omán han elogiado el acuerdo.

Haaretz informa que “los funcionarios de la Casa Blanca dijeron que Omán y Bahrein serían los próximos países en normalizar las relaciones con Israel”.

Según el New York Times, el jefe del Mossad, Yossi Cohen, la fuerza impulsora para hacer realidad el acuerdo, ha estado involucrado en conversaciones durante años con los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Qatar, Jordania y Egipto para construir relaciones con el Estado del Golfo.

Las noticias del Canal 12 informan que un acuerdo conjunto para colaborar en la lucha contra el coronavirus ayudó a impulsar la relación.

Según las noticias de Walla, el factor decisivo fue el enviado de la Casa Blanca, Avi Berkowitz, ridiculizado en el pasado como el chico del café de Jared Kushner, a quien se le ocurrió la idea de eliminar la anexión a cambio de la normalización de los Emiratos Árabes Unidos, citando a un alto funcionario de la Casa Blanca. Netanyahu respondió que estaba dispuesto a considerar la idea si resultaba ser seria, dice el informe.

Según varios informes, Netanyahu buscaba una manera de salir de la táctica de la anexión, después de que quedó claro que sus socios en casa y la Casa Blanca ya no la apoyaban.

Entonces, ¿la anexión está fuera de discusión? ¿Quedó archivada? ¿Congelada? ¿Esta de vacaciones? Depende a quién preguntes y cuándo.

Netanyahu insiste en que es solo temporal, pero los colonos parecen poco convencidos y circunspectos sobre las perspectivas de renunciar a Judea y Samaria por un acuerdo con un país que de todos modos nunca fue un gran enemigo.

En Israel Hayom, Nadav Shragai lo llama la “pérdida del siglo, una oportunidad de oro desperdiciada”, mientras pide a Netanyahu que la compense aprobando enormes cantidades de nuevas construcciones en los asentamientos.

“Las noticias de la normalización con los Emiratos Árabes Unidos y quizás con otros estados del Golfo nos harán sentir bien a corto plazo. Posponer y quizás derrochar la soberanía en Judea y Samaria, por otro lado, podrían lamentarla las generaciones venideras”.

En Yedioth, Yifat Ehrlich escribe que “La verdadera paz solo se producirá aquí después de que los árabes de Oriente Medio comprendan que Jaffa y Haifa, Maalé Adumim y Shilo son una parte inseparable del Estado de Israel”, añade.

Gili Cohen, de Kan, escribe que “se están acumulando preguntas” sobre el acuerdo, y señala que tanto Kushner como al-Otaiba dijeron que Netanyahu aceptó una solución de dos estados, aunque el primer ministro se negó a admitirlo: “Con una mano, Netanyahu firmará un acuerdo de paz, próximamente en la Casa Blanca, y con la otra mano creará un estado palestino”, dijo.

El jefe del consejo de colonos de Yesha, Yigal Dilmoni, dijo a la Radio del Ejército que “El trato es muy bueno, pero debe desconectarse de la extensión de la soberanía”.

Según Kan, el acuerdo ha ayudado a alejar un poco las elecciones, acercando al Likud y a Kajol Lavan.

Para Yossi Verter de Haaretz, la decepción de los colonos por la muerte de la soberanía cambiaría el voto de la derecha decepcionada hacia el partido Yamina de Naftali Bennett.

Ariel Kahana de Israel Hayom, gran promotor de la anexión, también cree que Bennett está subiendo y podría emerger como el mayor rival de Netanyahu: “En contraste con la rivalidad política tradicional en Israel, es posible que esta vez, la batalla electoral sea entre dos candidatos de derecha. Sabemos que el público se desvió hacia la derecha, y está en un lugar diferente al de los estudios de televisión. … El público terminará teniendo que decidir entre líderes de derecha. Y entonces Bennett entrará en la lucha en una posición más fuerte, al no cumplir Netanyahu con la aplicación de la soberanía que prometió”.

Pero Haviv Rettig Gur de The Times of Israel presupone que sería una oportunidad para el giro hacia el centro de Netanyahu, donde estaba cuando llegó al poder en 2009. “El acuerdo ofrece a Netanyahu una campaña convincente para el centro, para un espacio político en el que una vez floreció, pero en el que no ha estado al menos desde 2015”.

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