Enlace Judío México e Israel – Investigadores anunciaron hoy 14 de septiembre que han detectado en el aire de Venus la huella digital de la fosfina, un gas apestoso que aquí en la Tierra es producido solo por microbios y humanos, por lo que sabemos.

El nuevo hallazgo no es una detección de vida extraterrestre. Pero sí sugiere que algo intrigante y misterioso puede estar ocurriendo en las nubes de Venus, un entorno que los astrobiólogos han señalado como potencialmente habitable para la vida microbiana.

Esto es algo potencialmente emocionante, dado que la gran mayoría del metano en la atmósfera de la Tierra es generado por organismos vivos.

Además, la radiación ultravioleta del sol descompone el metano en el aire de Marte en unos pocos cientos de años, por lo que lo que está oliendo Curiosity debe haberse emitido hace relativamente poco tiempo.

Pero el metano también se puede producir de manera abiótica, por ejemplo, mediante reacciones químicas que involucran agua caliente y ciertos tipos de rocas.

Y es posible que las oleadas del cráter Gale fueran causadas por “eructos” de metano que ha estado encerrado bajo tierra durante millones o miles de millones de años, dicen los científicos.

En resumen, el metano de Marte está lejos de ser una firma biológica convincente en este momento; no sabemos lo suficiente como para hacer una llamada tan monumental, informó Space.

La nave espacial Cassini de la NASA identificó compuestos orgánicos complejos en Venus, los componentes básicos de la vida que contienen carbono tal como la conocemos, en la columna de vapor de agua que fluye desde la región del polo sur de Encelado. Lo orgánico no es prueba de vida por sí mismo.

Las moléculas están diseminadas por todo el sistema solar; se han encontrado en meteoritos y en las colas de cometas. Pero la pluma de Encelado es generada por géiseres que arrojan material desde el mar subterráneo de la luna al espacio.

Entonces, las observaciones de Cassini muestran que los precursores químicos potenciales de la vida, y quizás incluso los signos de la vida misma, flotan en este entorno posiblemente habitable, que probablemente también presenta una fuente de energía que los organismos podrían aprovechar.

Cassini también detectó compuestos orgánicos complejos en el aire de otro satélite de Saturno: Titán, la segunda luna más grande del sistema solar.

Los científicos creen que Titán alberga dos entornos que pueden sustentar la vida: un océano enterrado de agua líquida y mares superficiales helados de metano y etano líquidos. (Si la vida nadara en los mares de hidrocarburos de Titán, sería muy diferente a la de la Tierra, que requiere agua líquida).

Estas pistas y pistas pueden estar avanzando hacia grandes descubrimientos en un futuro no muy lejano. Perseverance, el rover Mars 2020 lanzado recientemente por la NASA, buscará signos de vida antigua después de aterrizar dentro del cráter Jezero del planeta rojo en febrero de 2021.

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