Enlace Judío México e Israel – Un sujeto israelí declarado culpable de llevar a cabo un atentado con bombas incendiarias en 2015 que acabó con la vida de un bebé palestino de 18 meses y sus padres fue condenado este lunes a tres cadenas perpetuas.

Al momento de dictar la sentencia, el Tribunal de Distrito de Lod dijo que Amiram Ben Uliel, de 26 años, cometió el ataque por “ideología extrema y racista”, de acuerdo con el sitio The Times of Israel.

Ben Uliel, junto con un cómplice adolescente, fueron encontrados culpables por el ataque incendiario de 2015 en la localidad de Duma, en Judea y Samaria. El ataque se cobró la vida de Sa’ad y Riham Dawabsha junto a la de su hijo Ali, de 18 meses. Ahmed, el otro hijo de la pareja de cinco años, fue el único superviviente del ataque.

El cómplice de Ben Uliel será sentenciado el miércoles.

Además de las cadenas perpetuas, Ben Uliel también fue condenado a 20 años más por herir a Ahmed y bombardear una segunda casa vacía. Se le ordenó compensar a Ahmed Dawabsha y al propietario de la segunda casa con 75,000 dólares cada uno.

Los abogados de Ben Uliel dijeron que apelarán la sentencia ante el Tribunal Supremo de Israel.

Ben Uliel confesó el ataque en varias ocasiones durante su interrogatorio por parte de la agencia de seguridad Shin Bet. Algunas de esas confesiones, sin embargo, fueron desestimadas por el tribunal en 2018 después de que los jueces determinaran que se habían dado por medio de tortura.

Ben Uliel, padre de un hijo, fue condenado en mayo por tres cargos de asesinato, dos cargos de intento de asesinato y dos cargos de incendio provocado, pero fue absuelto del cargo de pertenencia a una organización terrorista.

Según la condena, Ben Uliel y el cómplice adolescente habían planeado llevar a cabo un ataque contra palestinos como venganza por un tiroteo desde un vehículo días antes en el que murió el civil israelí Malaji Rosenfeld.

Cuando el cómplice más joven no llegó a tiempo al punto de encuentro en julio de 2015, Ben Uliel decidió llevar a cabo el ataque por su cuenta. Entró en la aldea de Duma y roció grafiti en hebreo en una casa, luego arrojó cócteles molotov a través de las ventanas de un par de casas. El primer edificio estaba vacío. El segundo era el hogar de la familia Dawabsha, que dormía.

El adolescente cómplice, cuyo nombre no puede publicarse por ser menor de edad en el momento del incidente, llegó a un acuerdo de culpabilidad con los fiscales en mayo pasado en el que admitió haber planeado el incendio de la casa de Dawabsha.

La fiscalía ha pedido al tribunal que no condene al cómplice a más de cinco años y medio de prisión. De la sentencia se deducirá el tiempo que el adolescente ya ha pasado tras las rejas, unos dos años y medio.

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