Enlace Judío México e Israel – Israel y EE.UU. firmaron hoy un acuerdo que extiende la colaboración científica de ambos países a instituciones israelíes en Judea y Samaria y los Altos del Golán, informó The Times of Israel.

La embajada de EE.UU. en Jerusalén dijo en un comunicado que el acuerdo “elimina las restricciones geográficas de iniciativas de cooperación científica, que anteriormente solo se aplicaban a universidades dentro de la Línea Verde”.

“Estas restricciones geográficas ya no son compatibles con la política de Estados Unidos”, señaló el comunicado.

El movimiento es visto como un paso precursor a una potencial anexión.

Durante una ceremonia festiva en la Universidad de Ariel en Samaria, el primer ministro Benjamín Netanyahu y el embajador de EE.UU. en Israel, David Friedman firmaron enmiendas de tres acuerdos de la década de 1970 que constituyen la base de la cooperación científica entre ambos países.

Esos acuerdos establecían que los proyectos de cooperación “no pueden llevarse a cabo en zonas geográficas que quedaron bajo la administración del Estado de Israel después del 5 de junio de 1967, ni estar relacionados con temas vinculados a esas zonas”.

Desde su creación en la década de 1970, la Fundación Binacional de Investigación y Desarrollo Industrial (BIRD), la Fundación Binacional para la Ciencia (BSF) y la Fundación Binacional de Investigación y Desarrollo Agrícola (BARD) limitaron su cooperación a las fronteras de Israel anteriores a 1967, al tiempo que proyectos de investigación y desarrollo en Judea y Samaria, Jerusalén Este y los Altos del Golán no fueron financiados.

“Para ser claros, estos acuerdos se hicieron con maravillosas intenciones y han dado resultados sobresalientes”, dijo Friedman en la ceremonia. “Sin embargo, me decepcionó que estos acuerdos dedicados al crecimiento académico y científico estuvieran sujetos a limitaciones políticas que no servían a los objetivos que se querían alcanzar. Estas restricciones geográficas ya no son compatibles con nuestra política exterior”.

“Claramente, esta restricción geográfica dentro de estos tres acuerdos fue un anacronismo”, agregó Friedman. “Estamos corrigiendo un viejo error, y fortaleciendo una vez más el inquebrantable vínculo entre EE.UU. e Israel”.

Friedman enfatizó que Estados Unidos e Israel continuarán financiando proyectos de calidad, pero ya no rechazarán el apoyo a investigadores debido a su código postal. “Estamos despolitizando un proceso que nunca debió ser politizado”, enfatizó.

Netanyahu agradeció al embajador de EE.UU. sus esfuerzos por “corregir los errores del pasado y poner las cosas en el buen camino”.

Calificó los cambios en los acuerdos como una “demostración del compromiso de la administración de Trump con un nuevo enfoque en Oriente Medio” .

El primer ministro destacó que con cada movimiento que el presidente Donald Trump ha hecho para cambiar la política hacia Israel, como el traslado de la embajada de EE.UU. a Jerusalén o el reconocimiento de la soberanía israelí en los Altos del Golán, entre otros, los “detractores dijeron que destruiría las posibilidades de paz… Los detractores estaban equivocados, totalmente equivocados, cada vez”.

“Rechazando los mantras fallidos del pasado, el plan de Trump no solo proporciona una solución realista para los palestinos, sino que también propone algo más que vemos hoy en día, abre a Judea y Samaria al compromiso académico, comercial y científico con EE.UU.”, subrayó Netanyahu.

“Esta es una importante victoria contra todos aquellos que buscan deslegitimar todo lo israelí más allá de las líneas de 1967”, agregó.

Netanyahu enfatizó que los fondos del BIRD, BARD y BSF se han destinado a importantes investigaciones médicas a través de los años, que “quizás, quién sabe – ayudarán a la humanidad a eliminar el coronavirus”.

“El acuerdo abre a Judea y Samaria al compromiso académico, comercial y científico con Estados Unidos”, expresó el primer ministro.

“Y para los malévolos boicoteadores, tengo un simple mensaje hoy: están equivocados y fracasarán. Se equivocan porque niegan lo que no se puede negar: la conexión milenaria entre el pueblo de Israel y la tierra de Israel, que tiene más de 3,000 años de antigüedad”, apuntó.

“Y fracasarán porque estamos decididos a seguir construyendo nuestra vida en nuestra patria ancestral y a nunca más ser desarraigados de aquí”.

Cambiando del inglés al hebreo dijo: “Hoy estamos aplicando el acuerdo científico entre Israel y EE.UU. en Judea y Samaria y los Altos del Golán. Este es un cambio tremendo. Es una victoria sobre todas las organizaciones y países que boicotean a Judea y Samaria”.

El ministro de Educación Superior Ze’ev Elkin elogió la enmienda de los acuerdos y calificó el movimiento como “un gran logro en la promoción de la soberanía en Judea y Samaria y el fortalecimiento de la Universidad de Ariel” y “otra etapa en el camino hacia el reconocimiento internacional de nuestros derechos en Judea y Samaria”.

El profesor Eugene Kontorovich de la Facultad de Derecho de la Universidad George Mason, y director internacional de la ONG israelí Kohelet Policy Forum calificó el acuerdo como un “rechazo explícito a la Resolución 2334 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que EE.UU. bajo la administración del ex presidente Barack Obama permitió aprobar, y afirma que la actividad de asentamientos constituye una “flagrante violación” del derecho internacional y no tiene “ninguna validez jurídica”.

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