El secretario de Estado de EE. UU., Mike Pompeo, llegó a Israel este miércoles en la que sería su última visita al Estado judío en dicho cargo, en el ocaso de la administración de Donald Trump.

Pompeo voló a Israel el mismo día que el ministro de Asuntos Exteriores de Baréin, Abdellatif al Zayani, uno de los tres países árabes que acordaron bajo auspicio de EE. UU. normalizar sus relaciones con el Estado judío.

En el primer acto oficial de su viaje, Pompeo se reunió con el primer ministro Benjamín Netanyahu y el canciller bareiní, al comienzo de su visita de dos días.

Al inicio de su discurso ofrecido en una declaración conjunta previo a su encuentro, Pompeo celebró que EE. UU. haya podido mediar tres acuerdos de paz entre Israel y países árabes en dos meses y esperó que pronto se concreten más.

Pompeo calificó a los Acuerdos de Abraham como importantes para el mundo y claves para abrir oportunidades para comercio y desarrollo económico, mejorar la libertad de culto, así como un mensaje para Irán y sus aliados de “que su influencia en la región se está apagando y que estarán más aislados que nunca hasta que cambien de rumbo”.

“Estos acuerdos establecen un marcador para el futuro del Medio Oriente”, dijo Pompeo, asegurando que Israel y Baréin, junto con los otros países árabes que han firmado acuerdos, “están transformando sueños en acción real”.

Dirigiéndose a Netanyahu y al Zayani, les manifestó un agradecimiento: “Gracias por tomar pasos hacia una mayor unidad y paz, y una maravillosa oportunidad entre todas las naciones del mundo”.

Por su parte, al Zayani agradeció la hospitalidad y confianza de Israel en su país, además de elogiar los Acuerdos de Abraham como símbolo de una cálida amistad entre ambos países que está tomando forma.

Al Zayani exhortó a Israel y los palestinos a reanudar las negociaciones de paz entre ambos con el fin de lograr una paz en todo el Medio Oriente, e instó a una solución de dos Estados para el conflicto.

Se espera que Pompeo visite un viñedo en un asentamiento en Judea y Samaria (Cisjordania), la primera visita de esta naturaleza que haría un funcionario estadounidense de su cargo.

Pompeo no tiene reuniones programadas con líderes palestinos, que han rechazado enérgicamente las posturas de Trump a favor de Israel, incluido el reconocimiento de Washington de Jerusalén como la capital israelí.

La visita de Pompeo a Israel ocurre exactamente a un año de que EE. UU., por boca del propio secretario de Estado, declaró que los asentamientos israelíes en Judea y Samaria no son contrarios al derecho internacional.

La visita a Judea y Samaria también podría servir para impulsar las credenciales de Pompeo con los cristianos evangélicos y otros partidarios de Israel en EE. UU. si sigue una carrera política posterior a la presidencia de Trump.

En vista de ello, decenas de palestinos se manifestaron hoy en al Bireh, una comunidad frente a Psagot, ubicada entre Jerusalén y Ramallah, y algunos arrojaron piedras a los soldados que custodiaban la entrada al asentamiento.

El primer ministro de la Autoridad Palestina, Mohammed Shtayyeh, dijo que Pompeo “va a visitar el… asentamiento judío simplemente porque está visitando una bodega que ha producido una botella de vino que lleva su nombre.

“Si las relaciones internacionales se diseñan en una botella de vino, al diablo con las relaciones internacionales”.

Pompeo se encuentra actualmente en una gira por Europa y Medio Oriente que hasta ahora lo ha llevado a Francia, Turquía y Georgia.

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