Una noche fría y obscura en el Autocinema de la Nueva Arena de la Ciudad de México. El Pastor Benjamín Lomelí, Director del Día Nacional de la Oración por México presentaba un vídeo del Excelentísimo Embajador de Israel en México, Zvi Tal, frente a un ciento de automóviles cuyos ocupantes con cubrebocas estaban atentos al emotivo mensaje de un verdadero amigo del pueblo cristiano.
ENRIQUE DE JESÚS ANAYA GONZÁLEZ
Una oración inédita ante la Pandemia de Covid-19. Ya no están los miles de asistentes en el Zócalo, o en el Monumento a la Revolución de la Ciudad de México.
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Tampoco están las cientos de familias en el Estadio Azteca. Ahora la oración por México e Israel es por redes sociales y también en el Autocinema y esta protegida por la “sana distancia” entre los automovilistas que entusiastas encienden las luces y tocan las bocinas de sus carros en señal de auténtica participación cuando el Pastor Lomelí oraba ferviente por la paz de Jerusalén y por la prosperidad del pueblo hermano de Israel.
La bandera con el escudo de David ondeaba en el estrado cuando el que esto suscribe recordaba honrando la entusiasta participación del amado y hoy ausente Beny Zlochisty y la del Presidente del Patronato Amigos de Israel el querido Profesor Samuel Coriat, quien también ya no comparte su sabiduría con nosotros.
Ciertamente está edición de oración fue muy singular, pero la convicción no cambia: EL ETERNO, EL REY DE ISRAEL es el Único que puede ayudar a la persona, a la familia o a la nación que busca con denuedo su Rostro. Lo ha hecho anteriormente y lo seguirá haciendo. La historia misma de Israel así lo demuestra.
2 Crónicas 7:14 (R. V. 1960) 14 “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”.
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