Enlace Judío- En 1931 se estableció que Berlín sería la sede para las olimpiadas de 1936, pero dos años después Adolfo Hitler subió al poder, y Alemania se convirtió en un país de ideas radicales, de pronto, realizar ahí los Juegos Olímpicos generaba dudas, los países temían que su participación en las olimpiadas fuera interpretada como una alianza con el régimen nazi.

Por primera vez en la historia de los Juegos Olímpicos se organizaron marchas y peticiones que exigían la anulación de los juegos en Alemania, por ser éste un país que se encontraba violando los derechos humanos de manera abierta y descarada.

De cualquier modo, 49 países enviaron a sus delegaciones deportivas, después de todo, las políticas racistas del tercer Reich sólo les afectabas a unos cuantos, principalmente a judíos y gitanos, nada que impida que este magno evento internacional se lleve a cabo.

Así pues, la ciudad fue limpiada de cualquier rastro antisemita, pero además, fue limpiada también de gitanos que, a ojos de Hitler, ensuciaban la ciudad. Aproximadamente 800 gitanos que vivían en Berlín fueron forzosamente reubicados a un suburbio llamado Marzahan afuera de la capital.

Por otro lado, desde su ascenso al poder Hitler había promulgado leyes contra los homosexuales, aquellas leyes fueron temporalmente suspendidas, Alemania quería mostrarse como un país tolerante y amigable. Los vuelos comenzaron a llegar, los hoteles se llenaron y los periodistas comenzar a reportar y fotografiar todo lo necesario para hacer una cobertura internacional.

Alemania se mostraba majestuosa, elegante, de pie, Hitler quería demostrarle al mundo entero que Alemania no solo se había recuperado de la Primera Guerra Mundial sino que además, se encontraba en vías de convertirse en una potencia digna de admirar. Las esvásticas se mostraban por todas partes, nadie imaginaba que en pocos años ese símbolo sería la amenaza de tantos seres humanos.


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