Enlace Judío – El gobierno israelí abandonó su plan de imponer nuevas restricciones por COVID-19 durante la festividad de Janucá, que arrancó este jueves, aunque planearía ya una serie de medidas restrictivas futuras si los contagios no bajan.

La decisión se tomó después de que los ministros del llamado gabinete de coronavirus del gobierno protestaron contra el plan de prohibir a los israelíes visitar los hogares de otras personas durante las noches de Janucá, informó The Times of Israel.

En vista de lo complicado por una serie de medidas para ello, el primer ministro Benjamín Netanyahu acordó anular la propuesta luego de consultas con el ministro de Defensa, Benny Gantz, y el ministro de Salud, Yuli Edelstein, según el Canal 12 israelí.

Otra propuesta para imponer un toque de queda nacional nocturno fue abandonada antier después de enfrentar obstáculos legales para su implementación, lo que ha levantando de nuevo suspicacias en Israel sobre la gestión gubernamental ante el coronavirus.

Reportes indicaron que los ministros habrían propuesto que, cuando el número de casos diarios llegue a más de 2,500 o el ritmo reproductivo básico de la epidemia llegue a 1.32, todas las empresas que acepten clientes sin cita previa deberían cerrar; cerrarían también las escuelas en zonas de alto contagio; y el transporte público se reduciría al 50 por ciento de su capacidad.

La tasa de reproducción básica se encuentra actualmente en 1.26.

Dichas restricciones permanecerían en vigor durante tres semanas, pero si la tasa de transmisión del virus sigue siendo alta, es posible que Israel tenga que llegar a un nuevo confinamiento nacional, el tercero que enfrentaría en los últimos meses.

El miércoles, las cifras de infecciones diarias fueron 1,859, dijo el jueves el Ministerio de Salud, la segunda vez esta semana que el número de casos diarios ha sido de más de 1,800 y, junto con los 1,854 casos del lunes, los números por jornada más altos desde octubre.

Este jueves se confirmaron al menos 1,615 nuevos contagios. El número de muertos desde el inicio de la pandemia ascendió a 2,961.

De 16,045 casos activos, 316 personas se encuentran en estado grave, 98 de ellos intubados a ventilación mecánica. El miércoles se realizaron más de 75,000 pruebas, y la tasa de positividad fue del 2.5 por ciento.

El gabinete se reunió el jueves por la mañana para aprobar la propuesta de prohibir las visitas a los hogares de otras personas durante la festividad de Janucá, pero los desacuerdos entre los ministros sobre la propuesta respaldada por el Ministerio de Salud fueron evidentes, según los reportes.

El ministro de Finanzas, Yisrael Katz, y el ministro de Ciencia, Izhar Shay, se habrían opuesto específicamente a las limitaciones al comercio. La reunión del gabinete se detuvo cuando Netanyahu salió para consultas y los ministros se negaron a continuar las discusiones hasta que regresara. Netanyahu luego acordó descartar el plan, según los informes.

Los funcionarios del Ministerio de Salud han advertido que otro confinamiento a nivel nacional podría ser inevitable a medida que el número de casos sigue aumentando.

Israel impuso su segundo confinamiento a nivel nacional a mediados de septiembre durante las Fiestas Mayores. Las restricciones permanecieron en su lugar hasta mediados de octubre, cuando el gobierno comenzó a desconfinar el país, un proceso que aún sigue.

Las discusiones gubernamentales sobre más restricciones en Israel ocurrieron en medio de la llegada al país de las primeras dosis de la vacuna contra COVID-19 de Pfizer-BioNtech, la cual, según Netanyahu, comenzará a aplicarse en la población a partir del 27 de diciembre.

No obstante, una encuesta publicada este jueves por el Canal 13 israelí indicó que vacunarse contra el COVID-19 sería una idea sobre la que aún un porcentaje considerable de la población mantiene notables dudas al respecto.

Según los datos que arrojó el estudio, el 26 por ciento de los israelíes dice que esperara algunos meses para vacunarse, debido a las aparentes dudas sobre la sustancia. En tanto, el 23 por ciento afirma que sí se vacunará de manera inmediata en cuanto le sea posible.

Mientras que el 22 por ciento de los israelíes considera que no se vacunará de ninguna forma y el 20 por ciento afirma que esperara hasta que otros se vacunen.

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