Sefora – Todos los años en cuatro días específicos los judíos hacemos ayunos en recuerdo a la destrucción del primer y segundo Templo y al sitio y saqueo en Jerusalén. Son momentos de reflexión y arrepentimiento en los que buscamos fortalecer nuestra relación con D-os y la identidad del judaísmo en el momento actual. Generalmente estos ayunos son considerados “menores” por lo cual duran menos de 24 horas y si la persona está enferma, tiene dificultad para ayunar, está embarazada o lactando no tiene la obligación de realizar el ayuno. Supuestamente estos ayunos no deberían interferir con el Shabat. Por lo cual si un ayuno cae en viernes o sábado éste se pospone al domingo.

Sin embargo, este ayuno es el único que halajicamente no se pospone, pues como Yejesquel nos recuerda el sitio a la ciudad ocurrió “B’etzem HaYom HaZeh” (“En este día únicamente”) y por eso este ayuno no se pospone bajo ninguna circunstancia aunque sea la víspera de Shabat. El calendario judío se calcula especialmente para que este ayuno nunca caiga en Sábado y para que sea el único de los ayunos que llega a coincidir con el día viernes, la víspera de Shabat. Sin embargo, ello es un suceso extraño, que requiere de ciertos cambios halajicos en cómo se realiza el ayuno y cómo se festeja la noche de Shabat. Este año el ayuno de tevet se realizará el 25 de diciembre del 2020, lo cual habla de un caso especial pues coincide con el viernes. A continuación hablaremos un poco del ayuno en general y los cambios halajicos que ocurren en este año.

¿Qué se conmemora?

El ayuno se realiza por tres eventos que ocurrieron en distintas épocas durante el mes de tevet. La razón principal por la que se realiza este ayuno es por el sitio que ocurrió en Jerusalén durante la invasión babilónica. Tiene especial importancia pues si bien la destrucción del templo no ocurrió hasta Tisha B’Av (el nueve de Av) dos años después, el sitio mismo representa el inicio del declive judío, el fin de una época llena de luz y el inicio del juicio divino. También se ve como la forma en que los judíos pudieron haber remediado sus errores estableciendo la paz nuevamente entre ellos y disuadiendo el juicio. Sin embargo, represento una tragedia que sigue afectando espiritualmente en nuestras épocas.

El segundo evento es la traducción del Tanaj al griego que ocurrió en siglo III e.C. durante el gobierno de Ptolomeo II en Alejandría el ocho de tevet y es visto por los rabinos del Talmud como una tragedia tan devastadora como el Becerro de Oro porque es una muestra de la helenización y abandono de las tradiciones que los judíos del momento sufrían. Mientras que el tercero ocurrió el nueve de tevet, en ese día Ezra el Escriba aquel que trajo a los judíos nuevamente a su tierra tras el exilio y que revivió el judaísmo tras la destrucción ocasionada por Babel falleció y se recuerda su aniversario luctuoso como un momento de reflexión y teshuvá dentro del ayuno.

La correlación entre estos tres eventos

Como toda conmemoración religiosa judía el ayuno no está pensado como una acción únicamente de recuerdo, sino un evento que nos lleve a crecer espiritualmente a través de conectar el presente con el pasado. Durante este ayuno intentamos corregir los defectos espirituales que aun guardamos como pueblo. Para ello es importante saber el mensaje que el ayuno trasmite y la correlación que existe entre los tres eventos que se conmemoran. Rab Sacks z’’l en varios de sus artículos nos habló de ello.

Primordialmente ve la relación en cómo el pueblo judío responde frente a una cultura distinta a la suya y que tiene poder sobre él. Cuando hay una cultura preponderante que ejerce poder sobre una cultura minoritaria sólo hay dos respuestas – nos dice el rabino – o revitalizar la ideología, los valores y las tradiciones de la cultura que se encuentra bajo asalto o intentar someterla a los canones y prejucios de la cultura preponderante. La traducción del Tanaj al griego representa la última respuesta, el abandono de una cultura propia por la aceptación de la cultura hegemonica. La respuesta de Ezra es la primera el fortalecimiento de los valores propios y las tradiciones que formaron al pueblo judío. Por eso la muerte de Ezra representa una perdida tan grande como la traducción del Tanaj y el sitio a Jerusalén.

Ahora como Zejaria mismo mencionaba y rab Sacks remarcaba la identidad judía no se basa en la fuerza militar y no vive de los avances tecnológicos que como cultura crea sino “de Mí espitú” del espíritu de D-os. Tevet nos invita a fortalecernos espiritualmente y buscar a D-os a través del ayuno.

Halajot de los ayunos

• Todo hombre o mujer que se encuentre en edad de bar mitzvá debe ayunar a menos que se encuentre enfermo o en el caso de las mujeres esté lactando o durante un embarazo.
• El ayuno empieza poco antes del amanecer y termina al anochecer cuando han salido tres estrellas en el cielo
• Durante ese tiempo uno se abstiene de beber cualquier líquido y consumir cualquier alimento
• Uno puede bañarse y realizar cualquier acto de higiene
• Uno generalmente se abstiene de escuchar música o cualquier celebración
• Hay lecturas de la Torá y la Haftará especiales para el día y se agregan rezos especiales como selijot, Avinu Malkeinu y fragmentos en la Amidá

Halajot de un ayuno que se realiza en viernes

• El ayuno inicia y termina a la misma hora que lo haría si no fuera viernes, por lo cual ciertas halajot con respecto a Shabat cambian.
• Uno empieza Shabat ayunando y no puede tomar agua ni comer hasta pasada la noche cuando se realiza el Kidush (rezo con el que se recibe el Shabat) el cual en este día sólo puede hacerse después de el rezo de la noche (Arbit) cuando ya han salido tres estrellas en el cielo.
• Los rezos de Avinu Malkenu y Tajanun que suelen agregarse en el rezo de la tarde durante un ayuno no se dicen en esta ocasión por respeto a Shabat.