Enlace Judío – Una encuesta hecha en Reino Unido muestra que el 44 por ciento de los judíos británicos evitan las manifestaciones visibles de su judaísmo, como una Kipá, una estrella de David u otros símbolos, debido al miedo al antisemitismo.

Fue la cifra más alta desde 2016, según la encuesta realizada por la organización Campaign Against Antisemitism y el King’s College, informó este domingo The Times of Israel, citando al medio inglés The Guardian.

Nueve de cada diez encuestados dijeron que el sesgo de los medios contra Israel estaba alimentando la persecución de los judíos en el Reino Unido. Dos tercios estaban “profundamente preocupados” por la cobertura de la BBC de asuntos relacionados con los judíos y el 55 por ciento opina lo mismo por su presunto mal manejo de las quejas de antisemitismo.

Al mismo tiempo, el 78% cree que los políticos no están haciendo lo suficiente para proteger a la comunidad judía británica.

Sin embargo, los judíos del Reino Unido se mostraron más optimistas sobre su futuro que el año pasado, una cifra atribuida principalmente a que Jeremy Corbyn terminó su cargo como líder del Partido Laborista.

Alrededor del 57 por ciento dijo sentirse bienvenido en Reino Unido, y el 18 por ciento dijo que se sentía algo o muy incómodo.

“Los judíos de Gran Bretaña han vuelto de estar en el borde del abismo”, dijo Gideon Falter, director ejecutivo de Campaign Against Antisemitism. “Este estudio muestra claramente que el Partido Laborista bajo Jeremy Corbyn asestó un golpe aplastante a la confianza de los judíos en su futuro en este país, y que nuestra comunidad ahora está comenzando a recuperarse.

“Pero quedan cicatrices. A pesar del alivio que sintieron muchos, nuestros datos muestran que casi la mitad de quienes normalmente usan símbolos externos de su judaísmo ahora sienten que tienen que ocultarlos”.

Durante los cinco años de mandato de Corbyn al frente del Partido Laborista, los judíos británicos se desencantaron cada vez más con el partido.

El Partido Laborista había sido visto durante décadas como un “hogar” político natural para los judíos británicos, pero su malestar con el partido creció debido a lo que fue visto como antisemitismo sistémico y no más que medidas paliativas contra él por parte de Corbyn.

La encuesta también verificó los sentimientos antisemitas dentro del público en general, encontrando que el 45 por ciento expresó tales sentimientos al estar de acuerdo o en desacuerdo con ciertas declaraciones, mientras que el 55 por ciento no estuvo de acuerdo con ninguna de ellas.

Estos incluyeron “el pueblo judío habla sobre el Holocausto solo para promover su agenda política” (el 8 por ciento estuvo de acuerdo), “Israel tiene derecho a existir como patria para el pueblo judío” (el 6 por ciento no estuvo de acuerdo), “Israel puede salirse con la suya porque sus partidarios controlan los medios” (16 por ciento estuvo de acuerdo),“Estoy tan abierto a tener amigos judíos como a tener amigos de otros sectores de la sociedad británica” (4 por ciento no estuvo de acuerdo).

Casi una cuarta parte (23 por ciento) estuvo de acuerdo con la declaración “Israel trata a los palestinos como los nazis trataban a los judíos“.

Los encuestadores dijeron que el 12 por ciento estaba de acuerdo con cuatro o más de las 12 declaraciones, lo que indica que tenían “puntos de vista antisemitas arraigados”.

A principios de 2020, la Community Security Trust (CST), una organización británica benéfica que monitorea el antisemitismo y brinda seguridad a la comunidad judía en Reino Unido, dijo que registró 1,805 incidentes de odio antisemita en todo el país en 2019, el total más alto que jamás haya registrado en un año. Fue el cuarto año consecutivo en el que el CST reportó totales récord de casos antisemitas.

Se cree que los números han disminuido un poco en 2020, en gran parte como resultado de la pandemia de coronavirus y sus restricciones y bloqueos.

El nuevo jefe del Partido Laborista, Keir Starmer, quien fue elegido líder en abril de 2020, prometió erradicar el antisemitismo en el Partido Laborista que, según los opositores, no se controló y floreció bajo Corbyn, y vio a miembros judíos y legisladores marcharse de sus filas.

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