Estimados Amigos:

Enero fue un mes tumultuoso en los EE. UU., comenzando con la elección especial en Georgia donde el triunfo de los dos candidatos demócratas le dio al partido el control del Senado. Siguieron los desagradables eventos del 6 de enero, donde un grupo de extremistas invadió el Capitolio haciendo que EE. UU. pareciera una república bananera, y culminando con el ascenso a la presidencia de Joe Biden.

Biden llegó al puesto no tanto por su popularidad, sino como por el rechazo de muchos a Trump. Gran parte de su campaña fue que era una fuerza conciliatoria que uniría a la gente y solventaría la polarización de los cuatro años anteriores.

La expectativa era que el nuevo gobierno sería moderado y de centro-izquierda, pero solo horas después de la toma de posesión, y en los nueve días siguientes, se emitieron 40 ordenes ejecutivas que eliminaron muchos de los cambios creados por Trump, algunos buenos y otros malos, pero se barrió con todo.

El segundo proceso de juicio político que se está promoviendo en contra de Trump va a terminar igual que el primero: no será convicto, ya que se requieren 67 votos para condenar y 45 de los 50 senadores republicanos ya afirmaron su rechazo al proceso. Ellos consideran que es ilegal hacerlo en contra de un funcionario que ya no está en el puesto, así como por considerar que no hay suficientes pruebas que afirmen que lo que hizo Trump fue una incitación a la violencia.

Va a ser interesante qué va a hacer la nueva administración en su relación con China, en el trato con Irán y con Corea del Norte. En lo que se refiere al regreso al Tratado de Paris y a la Organización Mundial de la Salud ¿Se va a exigir que todos los países paguen lo que les corresponde?

La eliminación de la construcción del muro que separa a México y EE. UU. es un hecho, pero lo que no está claro es cuál será la política respecto a inmigración, y si en realidad habrá fronteras abiertas ó solo un proceso para legalizar a los DACAS así como a los nueve millones de indocumentados que ya están en EE. UU.

El COVID-19 sigue causando estragos en todo el mundo con más de 100 millones de contagios globales y nuevas variantes en Sudáfrica y Europa que aparentan ser más contagiosas que el original.

EE. UU. pasa ya de 400,000 muertos por el virus y México tiene el dudoso tercer lugar en fallecimientos, aunque mucha gente cree que no se han reportado todos los decesos en el país.

Ya hay tres vacunas que están siendo aplicadas en el primer mundo y dos más, Johnson & Johnson y Novavax a punto de ser aprobadas. Si agregamos Sputnik V y Sinovac se siente que finalmente se esta creando una defensa contra la pandemia, aunque aun estamos muy lejos de cantar victoria o poder disminuir las medidas preventivas.

No será hasta el tercer trimestre de 2021 cuando el 65-70% de la población esté vacunado, cuando se podrá ver la luz al final del túnel.

La economía de los EE. UU. terminó con una caída del PIB de 3.5 por ciento para 2020, mucho mejor que la baja de 10.1 por ciento en Inglaterra o de 6.7 por ciento en Alemania. China terminó con un crecimiento positivo de 2.3 por ciento, el único país de economía relevante que alcanzó crecimiento, muy por arriba de EE. UU.

Vale la pena hacer notar que los 2,200 billonarios del mundo crecieron su fortuna en 2020 en cerca de un trillón de dólares, mientras 2.8 billones de personas se empobrecieron por la pandemia.

México se calcula que se contrajo 5.5 por ciento. Para 2021, si la recuperación de EE. UU. es de 5.2 por ciento como se proyecta, la economía mexicana podrá crecer 4.4 por ciento, sobre todo en base al incremento en exportaciones más que por lo que se recupere el consumo interno.

El Fondo Monetario Internacional acaba de revisar su pronostico de crecimiento de la economía mundial de 5.1 a 5.5 por ciento, siendo la mayor proyección la de India que se espera aumente casi 11 por ciento.

Con respecto a la inflación en EE .UU., la expectativa es que no sea mayor de 2 por ciento, sobre todo porque aun hay casi 10 millones de personas que no han recuperado su empleo. Esto elimina la presión sobre sueldos y salarios. Así mismo, la utilización de la capacidad instalada a nivel global se encuentra en 59.1 por ciento, el nivel más bajo en los 42 años en que se ha cuantificado este rubro. Mientras exista exceso de capacidad para producir bienes, siempre habrá quien quiera venderlos barato.

En su ultima conferencia de prensa de apenas el 27 de enero, el director del Banco Central (Fed) aseguró que no hay ninguna intención de aumentar las tasas de interés que siguen casi en cero, ni de abandonar la política de adquirir 120 billones mensuales de bonos en el mercado, lo que garantiza que tendremos tasas muy bajas cuando menos hasta 2023.

Es muy interesante observar que a pesar de que la deuda del gobierno de EE. UU. creció de 50 a 100 por ciento del PIB en solo tres años, el costo de la misma (intereses), se ha reducido, ya que se han ido venciendo bonos de tesorería de cupón mucho más alto y se han repuesto con papel con cupones bajísimos.

Hay que hacer notar que, en este mismo periodo de tres años, la deuda privada de individuos y empresas se ha reducido el mismo 50 por ciento del PIB que creció la deuda pública (de 290 a 240 por ciento) lo cual resulta en que el endeudamiento total está exactamente en el mismo nivel que hace tres años.

No cabe duda que a la recuperación económica en EE. UU. se le está acabando la gasolina, y si no hay una intervención del gobierno con un nuevo paquete de apoyo, es muy posible que venga una época de aumento en desempleo y crecimiento mucho menor del proyectado.

La situación en México sigue muy delicada por los estragos de una pandemia mal manejada, por la falta de un plan de rescate para la pequeña empresa y las personas físicas que perdieron su empleo, y ahora por la aparente enfermedad del presidente López Obrador.

No sabemos si solo tiene un caso leve de COVID o una enfermedad más seria, pero el hecho es que ya no lo vemos en las mañaneras ni en todos los medios de comunicación como acostumbra.

México no tiene una buena política de sucesión y como ya hemos mencionado anteriormente, MORENA no es un partido sino un movimiento basado en una sola persona, por lo que podría haber una crisis grave si algo le sucede a AMLO.

Me preocupa sobremanera de dónde va a sacar el gobierno los recursos para todos sus magnos proyectos poco productivos como Dos Bocas o el Tren Maya. Además de cómo va a sostener todos los programas sociales que no se pueden interrumpir antes de las elecciones intermedias de julio. Sabemos que la captación de impuestos será muy pobre ya que las empresas no ganaron dinero en 2020, mucha gente sigue desempleada y no pagará ISPT, y ya no quedan fideicomisos por desaparecer.

El recurso de “encontrar” evasión fiscal de grandes contribuyentes también se ha secado, y el llamado terrorismo fiscal no generará muchos ingresos adicionales.

La falta de transparencia en México crea mucha desconfianza en la gente. El caso del “regalo” de las vacunas de Pfizer a países pobres sonaba extraño hasta que renunció la directora del Programa Nacional de Vacunación, la cual declaró que la compra de esas vacunas nunca se consumó, y el “regalo” solo era una forma de no tener que reconocer el engaño. 

El irse por la vacuna Sputnik V solo va a exacerbar la reticencia de muchos a inocularse, lo que prolongaría el impacto negativo de la pandemia.

Israel es el país más adelantado en la lucha contra el COVID con el 35 por ciento de la población ya vacunada con la primera dosis de Pfizer-BioNTech y el 20 por ciento ya con la segunda dosis. A pesar de este ha habido una nueva ola de contagios, aunque la mortalidad es de las más bajas del mundo.

La economía se contrajo 3.7 por ciento en 2020, pero se pronostica un rebote del 6.3 por ciento para 2021 si se continúa la vacunación acelerada, y del 3.5 por ciento si el proceso de inoculación se vuelve más lento.

El gobierno de Netanyahu ha hecho de la vacunación y su protección de la población el tema central de su campaña política, ya que en marzo habrá la cuarta elección en solo dos años.

Uno de los principales aliados de Netanyahu en el Likud, Gideon Sa’ar, decidió salirse del partido y empezar el suyo propio, creando aún más incertidumbre en qué sucederá en la elección.

Voy a comentar un poco sobre las locuras que hemos visto en los mercados de valores de EE. UU.

Hoy en día hay 52 empresas con ventas de menos de un millón de dólares al año que tienen valor de mercado de más de 200 mil millones de dólares. La mayor es una que tiene una nueva tecnología de baterías, que no planea realizar su primera venta hasta 2026 y hoy ya tiene un valor de mercado de 23 mil millones de dólares.

La explosión en los precios de algunas empresas como GameStop, una cadena de tiendas que vende consolas y videojuegos, y que probablemente siga el patrón de Blockbuster que quebró cuando la gente dejo de ir por películas y las empezó a bajar en forma directa, ha sido como un juego.

En marzo la acción de GameStop estaba en 4.50 dólares, y era una de las empresas en que más gente había apostado que se iría a cero y vendió acciones que no tenía (el mecanismo de vender corto o sea pedir prestado acciones a quien las tenía para venderlas y reponerlas a un precio más bajo), al grado que las ventas de acciones ajenas eran 140 por ciento del total de acciones en circulación. 

Cuando un analista, consciente de esta aberración, sugirió comprar la acción, los vendedores cortos no encontraban como reponer las acciones prestadas y tuvieron que pagar lo que fuera, llegando el precio a 490 dólares por un periodo corto. A inicios de este mes de febrero la acción está a casi 230 dólares, probablemente 100 veces el valor verdadero de la misma. El mismo fenómeno se vio en otras acciones como American Airlines, los cines AMC o los audífonos KOSS.

En los mercados “normales” enero no fue bueno. Los índices bajaron alrededor de dos por ciento, los bonos también abajo como uno por ciento, como resultado de que la tasa del bono de 10 años subió a 1.10 por ciento. Los papeles de países emergentes terminaron con una pequeña utilidad, el dólar se recuperó ligeramente de la caída del último trimestre, y el oro muy estable alrededor de $1850/oz.

Espero que el resto del año sea mucho “menos emocionante” que enero, y que por fin le ganemos la guerra a la pandemia y volvamos a la vida que añoramos y que extrañamos tanto.

Les mando como siempre un muy afectuoso saludo,

Luis

 


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