Enlace Judío México e Israel – En entrevista con Enlace Judío el Dr. Fernando Barba Hernández detalló la relación que se ha detectado en la comunidad médica mundial, entre la obesidad y graves secuelas por la infección de SARS-CoV-2.

México tiene el dudoso honor de contar con el primer lugar en obesidad infantil a nivel mundial y segundo en obesidad de adultos. Esto cobra mayor relevancia en el marco de la pandemia que azota al mundo.

El Dr. Fernando Barba Hernández estudió medicina general en la Universidad autónoma de Aguascalientes; cursó su especialidad en medicina interna por parte de la UNAM en el Centro Médico Nacional Siglo XXI del IMSS; posteriormente alta especialidad en obesidad en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.

Actualmente labora como internista en el Hospital General “Manuel Gea González”, en el Hospital de Especialidades “Dr. Antonio Fraga Mouret” del CMN la Raza, IMSS; y en la Clínica de Obesidad, Nutrición y Metabolismo del centro médico ABC.  Es también catedrático en la universidad La Salle.

A estas alturas de la pandemia, ¿todavía se considera la obesidad como un factor de riesgo que puede llevar a complicaciones al contagiarse de Covid-19? ¿Cuáles son los retos a la hora de tratar a los pacientes obesos con coronavirus?

El Dr. Barba Hernández alertó sobre la relación que se ha detectado en la comunidad médica mundial, entre la obesidad y graves secuelas por la infección de SARS-CoV-2.

“Hay que entender que la obesidad por si misma es un proceso de inflamación crónica y la inflamación crónica es la que lleva paulatinamente el daño a los diversos órganos que originan las diversas enfermedades asociadas a la enfermedad, como diabetes, hipertensión, enfermedad cardiovascular. Es un estado inflamatorio que se exacerba cuando hay esta infección por COVID-19”, explicó.

También señaló que el exceso de grasa a nivel torácico hace una barrera mecánica para la expansión del tórax y evita la adecuada ventilación, entre otras complicaciones asociadas a la obesidad.

“También se ha visto que la grasa es un reservorio para el virus y por lo tanto también condiciona que las cargas virales para SARS-CoV-2 sean más elevadas, también se ha visto que los pacientes con obesidad expresan o tienen más cantidad de receptores que son los que utiliza este virus para ingresar a las células del cuerpo”, advirtió.

Barba Hernández destacó que está por publicarse un estudio desarrollado en colaboración entre el Centro Médico ABC y el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán en el que tratan sobre la relación entre el grado de obesidad y la gravedad de la infección por SARS-CoV-2.

“Se ha visto que la gravedad es lineal, es decir desde que se presenta obesidad grado 1 empieza a incrementarse este riesgo de complicaciones, hasta obesidad grado 3 que es la más severa. Se va incrementando el riesgo conforme se va incrementando el peso del paciente. Se ha visto que cuando se tiene un grado 3 se puede incrementar la mortalidad hasta 2 veces en comparación con una persona que no tiene este factor”, destacó.

Finalmente el Barba Hernández recomendó a la población en general acudir a los profesionales de la salud para que se les indique un tratamiento adecuado a su condición para mejorar su calidad de vida, además de evitar graves complicaciones asociadas a la infección de COVID-19.

Agregó que es importante seguir un régimen para bajar de peso bajo la guía de un profesional,

“También importa la forma con la cual se baja de peso, porque lamentablemente hay formas, quizá efectivas pero peligrosas para la salud, además hay una serie de fármacos que están contraindicados a nivel internacional pero desafortunadamente se pueden llegar a conseguir aquí en México y nos incrementan el riesgo de enfermedades hormonales y de arritmias o infartos”, concluyó.

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