Enlace Judío – Israel siempre ha afirmado que el régimen de los ayatolás trabaja en la carrera armamentística nuclear con fin de destruir a Israel.

Los dirigentes de la República Islámica han declarado que “la entidad sionista”, como califican al Estado judío, es un cáncer, bacteria, mancha, coronavirus, y otros epítetos similares, pero (falsamente) estos dirigentes aseguran que Irán nunca construirá un arma nuclear, que el Islam prohíbe tal medida, se opone ideológicamente por su religión, el Islam, a adquirir armas nucleares y busca únicamente energía nuclear para fines civiles.

El régimen iraní ha asegurado reiteradamente que “la fatua del líder Jamenei sobre el tema en materia nuclear está por encima de toda legislación” y que “la República Islámica de Irán está sujeta a todas las normas internacionales en materia nuclear y se ha comprometido a hacer cumplir la fatua del líder Jamenei, lo que es la mayor garantía de que el programa nuclear de Irán sólo se moverá a lo largo del carril civil”.

Sin embargo, esta fatua no existe .

El líder supremo Jamenei nunca ha emitido tal fatua y no existe en ninguna parte ni en ningún registro de la red de sus fatuas oficiales, incluso años después que el tema se convirtió en el centro de las negociaciones. A pesar
de que Jamenei en el pasado ha emitido declaraciones políticas en contra de las armas nucleares, estas no tienen la condición jurídica de una fatua religiosa.

En el Irán chiíta es muy habitual la taqiyya  o el kitman, la mentira sagrada, aunque lo es menos en el mundo sunnita, con el fin de hacer avanzar el Islam. La taqiyya está consagrada en su religión.

Los líderes de la República Islámica de Irán practican taqiyya continuamente, para mantener la costumbre, pero de vez en cuando ellos mismos entran en contradicción y no son ni “conscientes” de sus propias falsedades y contradicciones, de tan habituados que están a mentir religiosamente.

Mostafa Najafi, secretario del grupo de trabajo en Relaciones Exteriores e Internacionales del Consejo de Conveniencia del régimen de los ayatolás y comentarista político para asuntos del Medio Oriente, publicó en el diario Tabnak el 28 de enero de 2021 un artículo titulado “Qué razón tiene Irán para exigir poseer una bomba atómica” ante el anuncio de Biden de que estaría interesado en un retorno de Estados Unidos al acuerdo en materia nuclear, el Plan Integral de Acción Conjunto (PIDAC).

Najafi examinó las opciones del programa nuclear de Irán con la nueva administración estadounidense del presidente Biden, y explicó que la opción del armamento nuclear era lo mejor para Irán porque no existe ninguna garantía de que un retorno a las interminables negociaciones con Occidente produzca un acuerdo que este cumpliría, tal como se vio con el acuerdo PIDAC, o que las sanciones en contra de Irán serían levantadas.

Argumentó que las armas nucleares iraníes y el equilibrio nuclear de terrorismo que Irán alcanzaría por ello conduciría a una estabilidad en el Medio Oriente, basando estos hechos en las teorías del politólogo estadounidense Kenneth N. Waltz (m. 2013), el padre de la teoría de las relaciones internacionales neorrealistas (o realidad estructural).

Najafi continuó afirmando que Irán no utilizaría el armamento nuclear para invadir a los países vecinos, sino para establecer su propia seguridad, es decir, su régimen. Este también justificó el derecho de Irán a poseer armas nucleares afirmando que los estados que poseen armamento nuclear (NWS/siglas en inglés) son disuadidos por los estados con armas nucleares y tienden a no participar en provocaciones.

¿Pero si Ali Jamenei emitió (en realidad no lo ha hecho nunca) una fatua prohibiendo a Irán la construcción de armas nucleares, cómo se atreve un importante dirigente del propio régimen a exigir poseer la bomba atómica?

Hay países musulmanes como Pakistán que tienen la bomba atómica, en ningún momento Israel advierte contra ello, Pakistán no amenaza con destruir Israel, pero los dirigentes de la República Islámica de Irán están obsesionados en destruir Israel, así lo han manifestado reiterativamente. Los ayatolás destinan ingentes cantidades de dinero para financiar y pertrechar a Hizbulá que desde el sur del Líbano ha lanzado misiles contra el Estado judío, también Irán financia el terrorismo islámico chiita, ataca a Arabia Saudita desde el Yemen, y amedranta al mundo musulmán sunnita, hasta el punto que muchos países árabes sunnitas prefieren tener relaciones con Israel en lugar de tenerlas con Irán.

El deseo mayor para los islamistas de Irán es convertirse en mártires shahids, los islamikazes que mueren matando.

El régimen totalitario y teocrático de Irán quiere el arma nuclear para continuar su guerra religiosa contra Israel con el fin de borrarlo del mapa, como han reiterado muchas veces. Una guerra nuclear afectaría a todo el planeta, y los islamikazes dirigentes de Irán están dispuestos a morir matando.

Los actuales gobernantes occidentales de estilo chamberlaino no son conscientes del peligro del régimen iraní, como Neville Chamberlain no lo fue del nazismo. El nazismo se auto otorgó la potestad de decidir quién tenía derecho a vivir y quién no. El régimen islamista de Irán se auto otorga la potestad de decidir qué país tiene derecho a la existencia y cuál no.

Los nazis decidieron exterminar a los judíos, nadie creyó que eso pasaría, el resto de los países fallaron y desviaron sus mirada hacia el vacío moral. Hoy hay mucho naiv que cree que las declaraciones de Irán son bravuconadas como el mismo José Borrell, el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad Común, e ingenuamente no son conscientes que si bien el exterminio de judíos no les afectó personalmente para nada, “sólo sufrieron las consecuencias de la guerra”, ahora una guerra nuclear les afectaría de pleno, en todos los aspectos.

El pueblo judío no tuvo defensa de ningún Estado, hoy Israel no permitirá el exterminio de su población.

Es por ello que es imprescindible frenar la carrera nuclear de los ayatolás de Irán por el mismo bien del resto del planeta.


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