Enlace Judío – Purim es una fiesta bien conocida por todos y la celebramos el 14 de Adar. Pero pocos saben que durante mucho tiempo judíos alemanes celebraban el 20 de Adar, el llamado Purim Vinz, o también Purim de Fráncfort, debido a un episodio histórico con muchas similitudes al que nos narra el libro de Esther.

En 1462 se estableció la llamada Judengasse de Fráncfort, o calle judía de Frankfurt. Fue uno de los primeros guetos en Alemania y fue el hogar de la comunidad judía local hasta 1811.

La importancia de esta comunidad se fue consolidando poco a poco, y para inicios del siglo XVII, Fráncfort se destacaba por sus academias talmúdicas, así como por sus imprentas judías.

Ello motivó a la celebración de una conferencia rabínica en 1603, en el cual tomaron parte delegados de diversas comunidades judías alemanas. Sin embargo, el emperador Rodolfo II consideró que las disposiciones de la conferencia habían violentado las restricciones puestas a los judíos y por ello acusó a la comunidad de Fráncfort de traición. Como represalia, retiro la protección imperial que hasta ese momento gozaban los judíos.

Esta situación fue aprovechada por Vincenz Fettmilch, comerciante de abarrotes y pastelero, que en 1614 se puso al frente de un levantamiento (conocido en la historia de Alemania como la rebelión de Fettmlich).

Sus quejas comenzaron en 1612 y eran respecto al precio del grano y los privilegios que tenían los aristócratas. Con ello en mente, al inicio de las disputas, Fettmlich y sus seguidores exigieron a las autoridades locales que el precio del grano disminuyera, que representantes de los gremios de comerciantes fueran incluidos para la elaboración de políticas fiscales, y que se eliminaran ciertos privilegios de la aristocracia.

Pero la lucha de Fettmlich incluía un componente judeófobo: también exigió que se le pusiera un límite al número de judíos que podían vivir en la ciudad, que se redujera en un 50 por ciento el interés que los prestamistas judíos tenían autorizado, que se limitara también el número de prestamistas en activo e incluso que se cancelaran las deudas.

En 1613 se llegó a un acuerdo y Fettmilch y sus gremios incrementaron notablemente su poder e influencia en Fráncfort. Una vez teniendo acceso a ciertos cotos de poder, se enteraron que la ciudad tenía deudas bastante serias y que el consejo local había hecho uso indebido de los impuestos que se le cobraban a los judíos.

Fettmlich decretó la cancelación del consejo local y ordenó cerrar las puertas de la ciudad. El emperador, que hasta ese momento se había mantenido neutral en las negociaciones entre los gremios y la aristocracia, intervino. Ordenó terminantemente que se restableciera el consejo local y amenazó con retirar todos los privilegios de quienes se mantuvieran en la postura rebelde.

Pero Fettmlich no se rindió: levantó a todos sus seguidores en una protesta y —miren ustedes nada más qué predecibles— de inmediato la turba se dirigió a atacar el gueto. Los judíos instalaron una barricada para defenderse y durante varias horas se mantuvo una suerte de combate a la entrada.

Finalmente, Fettmlich y sus hordas lograron superar el punto de resistencia judía, ingresaron al gueto, tomaron a sus cerca de 1,380 habitantes y los llevaron al cementerio mientras la turba destruía y saqueaba todo a su paso. Al día siguiente, los judíos fueron obligados a abandonar Fráncfort y encontraron alojamiento en las comunidades de Hanau, Höchst y Offenbach.

El 28 de septiembre de 1614 se dictó la sentencia contra Fettmlich y sus colaboradores. Al ser declarados culpables por rebelión contra el emperador, el 27 de noviembre se procedió con los arrestos. Fettmlich y otros 38 líderes gremiales fueron puestos en prisión, si bien no se les acusó por los ataques contra los judíos.

De cualquier modo, Fettmlich y sus seis principales colaboradores fueron ejecutados en la plaza central de Fráncfort el 28 de febrero, que ese año coincidió con el 20 de Adar, y ese mismo día se permitió el regreso de todos los judíos desterrados unos meses antes, que llegaron protegidos por las tropas imperiales.

En la entrada del gueto se colocó un águila imperial con la inscripción “protegido por Su Majestad Imperial Romana y el Sacro Imperio”.

La primera medida que tomaron las autoridades judías fue la restitución de la sinagoga al culto y la restauración del cementerio que también había sido dañado.

Desde entonces, se consolidó la costumbre de celebrar este “pequeño Purim” y la comunidad local lo llamó Purim Vinz, por el nombre de Vincenz Fettmilch, el comerciante alemán que tuvo la desgracia de representar el papel de Hamán Hagagui en esta nueva vuelta de las tuercas de la historia.

El destacado rabino Moses Sofer (conocido como el Jasam Sofer) nació en Fráncfort en 1762 y sus escritos son una de las fuentes documentales que nos señalan que todavía para esas épocas el Purim Vinz se seguía celebrando en la localidad).

Este no fue el único “pequeño Purim” (Purim Katán) que se dio en la historia. Se tiene conocimiento de otros episodios similares en Cracovia, Yemen, Italia, Vilna, e incluso en Hebrón durante el período otomano. En la actualidad la celebración de estos “pequeños Purim” ha caído en desuso.

Por supuesto, hay que diferenciarlos de otro tipo de Purim Katán, que sí se celebra todavía.

Purim se celebra el 14 de Adar. Pero el año judío puede ser embolismal, es decir, de 13 meses. En ese caso se agrega otro mes de Adar, de tal modo que hay Adar Alef y Adar Bet.

Cuando esto sucede, la festividad de Purim se celebra el 14 de Adar Bet y por ello el 14 de Adar Alef se celebra un Purim Katán que nada tiene que ver con estos episodios de la historia judía, en la que se repitió el modelo que nos presenta el libro de Esther: un líder perverso, un intento por dañar al pueblo judío, y una intervención providencial que nos libró de la desgracia.

Se cumple así la inmortal frase de Billy Crystal: “Querían matarnos. No pudieron. ¡A comer!”

 


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