(JTA) – Un grupo de 137 inmigrantes de Brasil y Argentina aterrizó en Israel el lunes después de 40 días de limbo provocado por el cierre de Israel de su principal aeropuerto internacional el mes pasado y la restricción de Europa a los latinoamericanos que hacen conexiones a través de sus aeropuertos.

MARCUS M. GILBAN

Parte del grupo estaba programado para volar desde Sao Paulo en enero, pero esos planes se archivaron cuando Israel cerró todos los vuelos de carga y de emergencia al aeropuerto Ben Gurion el 24 de enero. El aeropuerto reabrió parcialmente dos semanas después, pero las entradas fueron limitadas y aún más complicado por la imposibilidad de realizar vuelos de conexión a través de Europa. Actualmente no hay vuelos directos programados entre Brasil e Israel.

“Hubo momentos en los que pensé que nos rendiríamos. Fue un ejercicio continuo de paciencia, perseverancia y deseo”, dijo Geni Gelman, quien se hospedaba con su madre de 89 años en un hotel en el aeropuerto de Río desde el 23 de enero.

La mayoría de los inmigrantes había renunciado a sus trabajos, abandonado sus hogares y retirado a sus hijos de la escuela antes del vuelo programado para el 25 de enero. Algunos pasajeros de ciudades remotas de Brasil habían volado a Sao Paulo y se alojaban en hoteles en previsión de su vuelo a Israel.

El atolladero se rompió gracias a una asociación entre la Agencia Judía y la Asociación Internacional de Cristianos y Judíos, una organización benéfica que ayuda a facilitar la inmigración a Israel. Las organizaciones se unieron para fletar un avión y obtener autorizaciones que permitan incluir a los inmigrantes entre las 200 llegadas permitidas a Israel cada día.

“Cuando las organizaciones de la aliá trabajan juntas, la unidad hace fuerza”, dijo Gladis Berezowsky, presidenta de Olim do Brasil, una organización sin fines de lucro que sirve como la voz oficial de los inmigrantes brasileños en Israel.

Desde 2016, un promedio de 650 personas han inmigrado a Israel desde Brasil cada año. El difícil clima económico en Brasil, combinado con la violencia urbana y la corrupción política, han sido factores determinantes para los brasileños que buscan una mejor calidad de vida en Israel.

“El vuelo fue sublime, una de las cosas más emotivas de mi vida”, dijo Ricardo Balassiano, quien llegó a Israel con su esposa, dos hijos y los padres de su esposa. “La sensación general es que, después de todo, valió la pena”.

De la traducción (c)Enlace Judío México
Prohibida su reproducción