Enlace Judío – Yohanan Plesner, director del Instituto para la Democracia de Israel, ofreció un panorama de lo que se espera con las próximas elecciones israelíes en una videoconferencia organizada por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel.

Los ciudadanos israelíes acudirán a las urnas el 23 de marzo de este año bajo la sombra del coronavirus y tras tres elecciones en los últimos dos años que lo único que produjeron fue un gobierno inestable y continuamente en conflicto interno encabezado por el primer ministro Benjamín Netanyahu y el primer ministro alterno Benny Gantz.

A diferencia de lo que se ha registrado en otros países cuando se suceden elecciones consecutivas en cortos períodos, en Israel la participación aumentó en las últimas votaciones, de acuerdo con Plesner.

En vista de ello, para las elecciones del 23 de marzo, señaló que uno de los factores de peso a analizar será la tasa de participación, incluida la que se presente en el comunidad árabe israelí, que gradualmente ha ido aumentando en años recientes.

Plesner afirmó que en las elecciones se espera un declive en las preferencias electorales por los partidos árabes israelíes y en los partidos de centro izquierda, como lo han indicado las encuestas electorales de las últimas semanas.

Según la encuesta más reciente, publicada por la cadena pública israelí Kan, la alianza de partidos árabes israelíes alcanzaría solo 8 escaños, a diferencia de los 15 que consiguió en la última elección; mientras que Avodá llegaría a los 6, una pobre cifra similar a lo conseguido en el último par de años.

Respecto al panorama político actual en Israel, indicó que debe de analizarse desde un punto de vista que considere a los partidos a favor de la continuación del gobierno de Netanyahu y de aquellos que se le oponen, más allá de su posición en el espectro político tradicional.

La elección y quién será el próximo primer ministro, dijo, se decidirá en mayor medida en el nivel que alcance la tasa de participación de los ciudadanos en los comicios y en cuanto a los partidos que no logren alcanzar los votos necesarios exigidos por la ley para ingresar a la Knéset.

Según la propia encuesta de Kan mencionada anteriormente, uno de los partidos que podría quedar fuera de la Knéset es Meretz, liderado por Nitzan Horowitz, un panorama que también podría acechar a partidos como Kajol Laván o Hatzionut Hadatit.

Respecto a la izquierda y la derecha política de Israel, aseguró que las diferencias en economía o seguridad se están volviendo menos relevantes, como sí respecto a temas tales como la democracia, el Estado de Derecho y el añejo choque entre religión-Estado.

Además, sostiene que la ruptura que se ha presentado la política israelí, que ha dado al surgimiento de partidos como Tikvá Jadashá de Gideon Sa’ar, emanado del Likud, podría dar más flexibilidad al proceso de formación de gobierno y permitir de manera más fácil el establecimiento de uno tras las votaciones.

Sobre la ruptura en la Lista Conjunta, que ha visto ir por su lado al partido Ra’am, liderado por Mansour Abbas y un posible respaldo suyo a Netanyahu, Plesner sostuvo que es una “escisión dramática” en la política moderna israelí.

“Existe una tendencia de integración de la minoría árabe israelí en la vida pública, la política, la sociedad y la economía. Esto es un desarrollo positivo, impresionante y rápido desarrollo”.

Según explicó, los principales temas que serán tema de interés para el razonamiento del voto de los israelíes será la recuperación económica del país tras la crisis por COVID-19; la disputa política concerniente al Estado de derecho, un tema ligado en gran parte al juicio de Netanyahu; y temas de seguridad y diplomacia, con Irán como uno de sus focos.

Plesner delineó tres posibles escenarios que podrían resultar tras la jornada electoral.

  1. Netanyahu, sus aliados ultraortodoxos y Yamina de Naftali Bennett consiguen una mayoría y logran formar un gobierno
  2. Netanyahu y sus aliados no consiguen una mayoría, lo que daría paso a una coalición de gobierno de partidos de derecha y centro-izquierda que tendrán que ponerse de acuerdo en sus comunes denominadores.
  3. Ni Netanyahu y sus aliados ni los partidos opositores logran conformar un gobierno, por lo que el mandatario continuará como primer ministro interino y el país iría de nuevo a las urnas en unos meses.

Pese a la tercera opción que podría abrumar de nuevo a los israelíes, Plesner considera que hay bajas posibilidades de que esto ocurra.

“Este es un síntoma de la crisis que tiene que ver con la situación única de Netanyahu, un primer ministro bajo proceso penal, y por las inherentes debilidades de nuestro sistema electoral que permite una situación así de inusual”, lamentó, a la vez de urgir la necesidad de reformas en la materia.

Plesner ha servido en el pasado como legislador en la Knéset y como funcionario en el gobierno israelí, así como analista y consultor. Cuenta con estudios en política y economía en la Universidad Hebrea de Jerusalén y en la Universidad de Harvard.

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