Enlace Judío – El Centro Médico Hadassah firmó una carta de intención para realizar al menos una parte del ensayo de fase III de la propuesta de vacuna contra COVID-19 de Israel en Brasil, informó The Jerusalem Post.

El profesor Yossi Karko, director de la unidad de investigación clínica de Hadassah, al frente del ensayo de fase II de Brilife, la candidata a vacuna de Israel, dijo al rotativo que el documento se firmó el mes pasado durante una visita de altos funcionarios brasileños.

La delegación fue encabezada por el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Ernesto Araujo, e incluyó al hijo del presidente Jair Bolsonaro y líder de la Comisión de Asuntos Exteriores y Defensa del país, Eduardo Bolsonaro, así como al ministro de Salud brasileño, Eduardo Pazuello.

Brilife fue desarrollada por el Instituto de Investigación Biológica de Israel, que, según Karko, apoya la decisión.

Durante la visita, se confirmó que los funcionarios se reunieron con representantes de varios hospitales israelíes, incluyendo Hadassah.

El asesor de Asuntos Internacionales del presidente Bolsonaro, Filipe G. Martins, explicó que el objetivo del viaje a Israel fue “profundizar nuestra colaboración en el área de la ciencia, la tecnología y la innovación, incluso a través de la cooperación en el desarrollo de medicamentos y vacunas contra COVID-19”, informó The Jerusalem Post la semana pasada.

Un ensayo de fase III tendría que realizarse fuera de Israel, ya que requiere la participación de entre 30 mil y 40 mil voluntarios y debe llevarse a cabo en una zona en la que la infección sigue siendo elevada. La campaña de vacunación masiva de Israel ha dejado pocos voluntarios elegibles y sigue reduciendo el índice del contagio.

Según Karko, actualmente, participan entre 20 y 30 personas al día en el ensayo de fase II, lo que ha provocado un ligero retraso.

Otros países de Sudamérica, Europa del Este y África han ofrecido participar en el ensayo de fase III, entre ellos Argentina, Panamá y Zambia.

Se espera que el ensayo de fase II de Brilife concluya a finales de abril. Hasta el momento incluye aproximadamente 500 voluntarios para probar la seguridad, eficacia y dosificación de la vacuna. Hadassah está realizando alrededor del 50 por ciento de la pruebas.

El estudio ya ha eliminado un régimen de dosis baja y ha indicado que sería necesaria una vacuna de refuerzo 20 días después de aplicar la primera dosis.

Karko indicó que alrededor de 800 personas participaron en el ensayo de fase II y agregó que actualmente se está diseñando la fase III.

“El ensayo de fase II aborda cuestiones de seguridad y hasta ahora no se han registrado problemas en este ámbito ni efectos secundarios significativos. Esto es muy tranquilizador”, dijo.

Destacó que el estudio ha proporcionado datos preliminares que indican una buena respuesta inmune “pero solo lo sabremos con certeza en el verano”, cuando finalicen los ensayos clínicos y los datos se revisen por completo.

Brilife es diferente a las vacunas de Pfizer o Moderna, que son vacunas de ARN mensajero.

La vacuna toma el virus de la estomatitis vesicular (VSV) y lo modifica genéticamente para que exprese la proteína de la espiga del nuevo coronavirus en su exterior.

Una vez inyectado, no causa una enfermedad, ya que el VSV no infecta a los humanos. En cambio, el cuerpo reconoce la proteína de espiga que se expresa en la envoltura y comienza a desarrollar una respuesta inmune.

“Es como contraer un virus como el coronavirus sin contraer la enfermedad”, dijo Karko. “Entonces, si la persona se expone al verdadero virus, la respuesta inmune que se desencadenó con la vacuna evitará la infección”.

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