Estimadas y estimados socios:

¡¡Jag Saméaj!!

La noche de este 27 de marzo, nos sentaremos como cada año a celebrar el primer Séder de Pésaj, dispuestos a recordar la salida de Egipto y los numerosos milagros que el Todopoderoso realizó con nuestros antepasados. Es, sin duda, una festividad alegre y repleta de hermosas tradiciones. Pero además, Pésaj es también conocida como “Jag Aviv”, la Fiesta de la Primavera; y es que esta estación del año –cuyo inicio coincide aproximadamente con la festividad– inspira a la humanidad moderna al representar una oportunidad de cambio y renovación.

De acuerdo con nuestra tradición, Pésaj es también conocida como “Jag haJerud”, la Fiesta de la Libertad. La ocasión conmemora la emancipación del pueblo judío, que había sido esclavizado en la tierra de Egipto. Pero el judaísmo nos exhorta a pensar que todos, cada una y uno de nosotros, fuimos esclavos, y que todos fuimos liberados por D’os. De hecho, tenemos la obligación de transmitir este mensaje a las futuras generaciones, y de recordar que cada persona tiene –gracias a la ayuda de Hashem– el poder para ser libres.

Hoy, en este 2021, nos encontramos nuevamente en una situación en la que, además de festejar la libertad y la alegría, debemos permanecer en cierta distancia de nuestros seres queridos más vulnerables. Ha pasado ya un año desde aquel Pésaj en que la pandemia del COVID-19 estaba apenas despuntando, cuando nos vimos obligados a aislarnos para mitigar la ola de contagios. Nuestras sinagogas e instalaciones fueron cerradas; pero juntos, aprendimos a celebrar a distancia. Recordamos cómo nuestro Rabinato, nuestro Talmud Torá Monte Sinai, y los diferentes comités que integran nuestra querida Comunidad, se aprestaron para ofrecer manuales de rezo, explicaciones, videos instructivos, audios de rezos, y mucho más, para que todos pudiéramos observar los rituales y tradiciones de manera segura y halájicamente correcta.

Desde ese entonces, juntos recorrimos un año. En ese lapso, algunos de nosotros perdimos a seres queridos, mientras que otros logramos evadir o incluso superar la enfermedad. Pero juntos salimos adelante, unidos y apegados a nuestros valores y principios. Así pues, este Pésaj, la añoranza por la libertad nos es particularmente cercana.

Por todo lo anterior, hoy más que nunca debemos recordar las tradiciones que nos han mantenido unidos como un pueblo fuerte que ha trascendido en el tiempo.

Este año, hemos podido regresar a algunas actividades presenciales, a la vez que hemos mantenido muchos de nuestros servicios por la vía del Internet. El tradicional Bazar de Pésaj, organizado magistralmente por Unión Femenina Monte Sinai, fue presencial y virtual; la venta de Jametz se facilitó de manera online; difundimos electrónicamente las explicaciones y manuales de cómo leer la Hagadá; y gracias a D’os, pudimos ofrecer rezos presenciales en nuestros templos (con las debidas limitantes y condiciones de salubridad, por supuesto). Vaya por este medio un agradecimiento a todas las personas que han hecho posible todos estos servicios, en beneficio de nuestros queridos socios.

Son momentos en que se confirma el gran talento que tiene nuestra Comunidad, y la gran entrega y dedicación de sus integrantes. Eso es algo que debemos agradecer, no solo en Pésaj, sino todo el año.

Por ello, a nombre de la Mesa Directiva de la Sociedad de Beneficencia Alianza Monte Sinai, que me honro en presidir, deseo que esta festividad sea un momento repleto de dicha y bienestar para cada una y uno de Ustedes y sus apreciables Familias. Que sea una nueva oportunidad para sentirnos plenamente libres y felices, y que pronto veamos el final de la pandemia que tanto sufrimiento ha causado en todo el mundo. Confiamos, como lo hemos hecho por milenios, en que Hashem está –y estará siempre— con nosotros.

¡Que tengamos, hoy y siempre, berajot, salud y alegrías!

¡Pésaj Kasher VeSaméaj!