Enlace Judío – Una mujer israelí embarazada y su feto murió este lunes en el Centro Médico Soroka de la ciudad de Be’er Sheba después de contraer COVID-19.

La mujer de 45 años, que se encontraba en el noveno mes de embarazo, no estaba vacunada contra COVID-19 y no tenía condiciones médicas preexistentes, informó The Times of Israel. Una evaluación inicial encontró que ella pudo haber muerto por insuficiencia respiratoria, informó el Canal 12 israelí.

La mujer era originaria de Tel Sheva, una localidad beduina cerca de Be’er Sheba. Fue llevada a una clínica en dicha localidad sin signos vitales por miembros de su familia que se negaron a dar información sobre ella.

Israel ha estado aconsejando a las mujeres embarazadas que se vacunen contra COVID-19, luego de que las autoridades de salud concluyeran que la evidencia actual muestra que los riesgos de la enfermedad son significativamente mayores que los riesgos hipotéticos de la vacuna.

La tragedia del lunes sigue a otros casos conocidos de madres y/o bebés que mueren después de que una mujer embarazada se contrajo COVID-19 sin haberse vacunado.

En febrero, Osnat Ben Shitrit, de 32 años, que estaba en su trigésima semana de embarazo, murió en el Hospital Hadassah Ein Kerem de Jerusalén después de contraer COVID-19. Los médicos no pudieron salvar a su feto en una cesárea de emergencia.

Ben Shitrit estaba saludable hasta que contrajo el COVID-19 y anteriormente tuvo cuatro embarazos sin problemas que terminaron en nacimientos sencillos, dijo una portavoz del nosocomio en ese momento. Ben Shitrit no había sido vacunada contra COVID-19.

A principios de este mes, Shuruq Jubran, de 23 años, de la ciudad árabe israelí de Jisr az-Zarqa en el norte, murió debido a complicaciones del coronavirus tres semanas después de dar a luz. Su bebé sobrevivió.

Jubran había sido tratada en el Centro Médico Hillel Yaffe de Hadera desde que dio a luz a su primer hijo. Contrajo COVID-19 al final de su embarazo y no pudo ver a su hija después del parto.

Sufrió de un padecimiento del corazón como consecuencia de su contagio de COVID-19, a pesar de no tener condiciones preexistentes.

La hermana de Jubran, Amna Kahwaji, de 31 años, había muerto solo 10 días antes en circunstancias casi idénticas. Había dado a luz a su primer hijo una semana antes, varias semanas después de contraer COVID-19.

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