Enlace Judío México e Israel – Era una noche fría, muy fría, helada diría yo, y es que estábamos en Polonia aquel enero del 2020. Se conmemoraba el 75 aniversario de la liberación de Auschwitz, Yad Vashem México estaba ahí y yo estaba ahí gracias a ellos.

Llegamos al campo por la tarde, visitamos Auschwitz 1, sus barracas, su paredón, su museo en donde pudimos ver las enormes montañas de maletas, zapatos y muchas cosas más, tumultos de pertenencias que fueron arrebatadas por los nazis antes de que, finalmente, arrebataran también la vida.

Era una tarde con mucha afluencia, distintos idiomas se escuchaban por todas partes, sobrevivientes del campo, judíos y no judíos, de muchas partes del mundo caminaban por el lugar con esa nostalgia y tristeza en el alma que sólo un sobreviviente puede contagiar. Los medios de comunicación se abalanzaban sobre los sobrevivientes intentando extraer una frase o un testimonio para sus respectivos medios de comunicación.

Así llegó la noche y la temperatura bajó aún más, era hora de trasladarse a Auschwitz -Birkenau, en donde se llevaría a cabo el evento principal. Nos movimos de un campo a otro en camión y fue en ese momento cuando pude dimensionar la magnitud del campo, ¡cuántos kilómetros cuadrados destinados para asesinar!

Finalmente llegamos a la entrada principal, esa que tantas veces había visto en libros, películas y documentales, conmueve ver personalmente un sitio que has estudiado tantas veces. Si, es cierto, en esa ocasión había algo diferente, la entrada estaba encarpada para techar el evento, el espacio estaba iluminado y miles de sillas estaban acomodadas para recibir a personalidades de todo el mundo, tales como presidentes, reyes y eminencias del sector religioso, tanto judío como cristiano y católico, sin embargo, no es necesario mencionar a ninguna personalidad, pues ahí la presencia que verdaderamente se agradecía era la de los sobrevivientes de Auschwitz, su vejez era notoria, su cansancio y tristeza también, pero su presencia se agradecía como ninguna otra.

El evento inició, y de pronto, en ese espacio lleno de emociones encontradas se comenzó a escuchar lo que yo denominaría el mejor mensaje del pueblo judío al mundo.

Se trataba de Ronald Lauder, Presidente del World Jewish Congress, la firmeza en su voz era atropelladora, sus frases no podían ser más precisas, y ahí, parado en frente de grandes personalidades se atrevió a decir: “Auschwitz se llevó a cabo aquí pero TODO EL MUNDO PERMITIÓ QUE SUCEDIERA”.

La frase cimbró, el discurso completo arrancó los aplausos.

Gracias a Yad Vashem México, a Jacobo Raijman y al extraordinario guía Menashe Zugman por lograr que todo un grupo de judíos mexicanos presenciemos ese gran momento.

Se conmemoraban 75 años de que el campo de la muerte fuera liberado, y nosotros estábamos ahí para ponernos orgullosamente la bandera de Israel sobre los hombros y honrar a esos 6 millones de judíos asesinados.


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