Enlace Judío México e Israel – Por dedicar cinco décadas de su vida a la formación de generaciones, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) distinguió Judit Bokser Misses-Liwerant y 151 académicos más; se les entregaron insignias que acreditan como eméritos a 13 universitarios con una labor extraordinaria; y se reconoció a exintegrantes de la Junta de Gobierno y del Patronato Universitario que terminaron su encargo, en el contexto del Día del Maestro.

“Los académicos son la esencia de la Universidad porque en ustedes están la avidez por crear, resguardar y difundir saberes, estimular vocaciones y generar en el estudiantado la inquietud por aventurarse en el intrincado camino de lo ignorado”, afirmó el rector Enrique Graue al encabezar la ceremonia.

Los logros de la UNAM son, en gran medida, los logros de su personal académico. Sin su entrega y dedicación la Universidad de la Nación no sería lo que hoy en día es, ni habría conseguido los innumerables logros alcanzados, expresó en el primer acto presencial desde el inicio de la pandemia.

Judit Bokser Misses-Liwerant, también académica de la FCPyS, en representación de los profesores e investigadores con 50 años de labor académica 2021, externó que esas cinco décadas significan “vida que hemos sembrado dentro de nuestra Universidad, experiencias, cambios, procesos, anécdotas, conflictos, risas y en fin, la profunda y compleja riqueza que representa el solo hecho de vivir la vida universitaria en sus procesos académicos y en sus desvelos, la creatividad, los proyectos y la convicción de que aún hay muchos mañanas intelectuales”.

Acentuó que en esta institución han tenido la excepcional oportunidad de dedicarse a observar, emprender, investigar, enseñar y comprender alternativas inexploradas, ignoradas u ocultas.

“Aquí, hemos asumido que el derecho de saber es intrínsecamente el derecho de ser, y entre uno y otro, mujeres, hombres y comunidades aspiramos a construir espacios de sensatez, sabiduría y dignidad”, añadió.

En la Universidad, la racionalidad, la crítica y la autocrítica constituyen sus cimientos; es un espacio-resguardo frente a avasalladores impulsos por instaurar o imponer una verdad o la herencia de una voluntad homogeneizante que no tolera la diversidad. Es esta una universidad abierta al conocimiento, a la sociedad, a los exilios que vinieron de Europa y de nuestra América; y germen del pensamiento y la reivindicación democrática.

Nuestra institución no es sólo ni únicamente un crisol. Más bien es un amplio territorio, una ciudad en la que habitamos lo diverso, lo híbrido, los encuentros transdisciplinares y multisectoriales; su potencial es inmenso y en esa inmensidad y por ella, hoy celebramos sólo 50 años, concluyó Judit Bokser.

Las y los académicos investidos como eméritos son: Mark de Bretton Platts Daley, Estela Susana Lizano Soberón, María del Carmen Rovira Gaspar, Rita Eder Rozencwajg, Carlos Luis Arturo González y Lobo (fallecido), Francisco Xavier González Acuña, Felipe de Jesús Tirado Segura, Julio Alfonso Labastida Martín del Campo, Jaime Humberto Urrutia Fucugauchi, Mauricio Hardie Beuchot Puente, Octavio Manero Brito, José de Santiago Silva y Pedro Julio Collado Vides.

En tanto, los miembros del Patronato a quienes se les reconoció por haber concluido su encargo son: Alonso Gómez-Robledo Verduzco y María Elena Vázquez Nava; mientras que de la Junta de Gobierno, Francisco Xavier Soberón Mainero, Teresita Corona Vázquez y Eduardo Bárzana García.

Esta ceremonia, correspondiente a los años 2020 y 2021, tiene un doble significado, subrayó Graue: por una parte, celebra en los maestros una de las misiones que dan sustento a la Universidad, y también refleja una luz de esperanza y el anhelo de regresar y convivir físicamente.

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