Pedid por la paz de Jerusalén
Que los que te aman estén en paz

Sea la paz dentro de tus muros,
Y el descanso dentro de tus palacios.

Por amor de mis hermanos y mis compañeros
Diré yo: La paz sea contigo.

Por amor a la casa de D”os
Buscaré tu bien.

Salmos: 122:6-9

 
שַׁ֭אֲלוּ שְׁל֣וֹם יְרוּשָׁלָ֑͏ִם יִ֝שְׁלָ֗יוּ אֹהֲבָֽיִךְ׃
יְהִי־שָׁל֥וֹם בְּחֵילֵ֑ךְ שַׁ֝לְוָ֗ה בְּאַרְמְנוֹתָֽיִךְ׃
לְ֭מַעַן אַחַ֣י וְרֵעָ֑י אֲדַבְּרָה־נָּ֖א שָׁל֣וֹם בָּֽךְ׃
לְ֭מַעַן בֵּית־יקוק אֱלֹקינוּ אֲבַקְשָׁ֖ה ט֣וֹב לָֽךְ׃
תהילים קכב ו-ט

Jerusalén es una ciudad como ninguna otra. Su insigne historia, su belleza cautivadora y su santidad manifiesta hacen que cualquier visitante se sienta en casa cuando divaga por sus muros. Un lazo irrompible con la localidad une a judíos, musulmanes y cristianos. Ni las más sangrientas batallas en la historia han logrado romper dicho vínculo.

Tan universal como particular, la capacidad de la ciudad santa para levantar pasiones no tiene parangón. Incontables crímenes de odio y guerras incesantes han sido protagonizadas en su nombre. Igualmente, Jerusalén ha sido el símbolo de abundantes luchas por la paz, la dignidad y la justicia alrededor del mundo. Su dualidad es reminiscente de la condición humana.

A través de la historia, la idea de Jerusalén ha distado de la realidad que ahí se vive. Tal cual, hoy en día se habla de una “Jerusalén unida”. Entretanto, la experiencia de un cúmulo de sus residentes dicta lo contrario. Las luchas por vecindarios como Sheikh Jarrah, que han acaparado titulares alrededor del mundo, ilustran las divisiones en la ubre. Para comprender por qué, es preciso examinar el contexto.

1967: El retorno

1967 fue trascendental en la historia de la Ciudad de David, pues tras la guerra de los Seis Días, la parte oriental de Jerusalén pasó de ser ocupada por Jordania a estar bajo control Israelí.

Bajo el régimen de ocupación jordana en el Este de Jerusalén, a los judíos se les negaban derechos básicos. Entre otras prohibiciones, no podían vivir ahí ni visitar sus sitios sagrados. Desde 1948 hasta 1967, el gobierno de Jordania implementó una política de islamización que causó la destrucción de decenas de sinagogas y sitios tradicionalmente judíos.

En vista de las circunstancias, la recuperación judía de Jerusalén Este después de 2 milenios en el exilio significó una reivindicación de proporciones épicas. Considerando que la conquista se logró después de la guerra de los Seis Días, en la que un Israel naciente se enfrentó a 5 países árabes que buscaban su destrucción de manera explícita, no es difícil entender por qué algunos juzgaron el regreso al Levante de Jerusalén como un milagro divino.

Las imágenes de soldados israelíes rezando en el Kotel se transformaron en un clásico instantáneo, tatuado en la memoria colectiva de un nuevo judaísmo. La vehemencia del triunfo y la sensación de invencibilidad israelí marcaron el inicio de una nueva era.

Entre otros resultados, la liberación de Jerusalén Este para los judíos dio pie al nacimiento de un nacionalismo mesiánico que determinaría las políticas de Israel por las siguientes 5 décadas.

La profecía de Oz

“Me temo que estamos intoxicados por la euforia de la victoria, y que esa euforia es la misma que carcomió las raíces de las grandes naciones hasta que se les volteó en contra”, escribió Amos Oz para el periódico Davar semanas después del final de la guerra de los Seis Días. Revisitar su comentario 54 años después permite entrever la precisión de su vaticinio.

Sus palabras en Davar advertían un cambio de tono por parte de los dirigentes israelíes. Oz estaba sorprendido. De pronto, el ministro de Defensa Moshé Dayán hablaba de Lebensraum, una política expansionista que dicta que “la base de toda política exterior es el espacio vital del que disponga el cuerpo nacional”.

El célebre escritor se encontraba aterrado: “No sé cómo la voz de Moshé Dayán no tembló al emplear esa frase, con todos los recuerdos desgarradores que genera. El Lebensraum significa una cosa: privar de derechos al extranjero, al ‘salvaje’ inferior y dar lugar al superior y al civilizado: al poderoso”.

Paralelamente, los temores de Oz se materializaron. En 1970 se aprobó legislación que permitía a los judíos recuperar propiedades de Jerusalén Este perdidas en la guerra de Independencia. Mientras tanto, a los palestinos no se les otorgó el mismo derecho. En el discurso, Jerusalen estaba unificada. En la práctica, se volvía a dividir.

1980

“Jerusalén, completa y unida, es la capital de Israel”, reza la Ley Básica: Jerusalén, aprobada por la Knéset el 30 de julio de 1980. Así, Israel reconoció su soberanía sobre el oriente de la ciudad sin anexarlo de manera oficial. En virtud de ello, los palestinos nacidos en Jerusalén Este no son ciudadanos israelíes, pero tienen residencia permanente”.

Es decir, pueden vivir y trabajar en Israel mas no pueden votar y no cuentan ni con pasaporte ni con ciudadanía. Efectivamente, son condenados a una existencia sin Estado, imposibilitando su integración ideal a un mundo globalizado y dándoles un estatus desigual dentro de Israel. ¿Dónde está la unidad de Jerusalén cuando cerca de 250,000 palestinos son víctimas de esta realidad?

2021: Sheikh Jarrah

Durante la ocupación jordana de Jerusalén, el país hachemita admitió a palestinos refugiados de la guerra de 1948. Con motivo de acogerlos, el gobierno de Jordania y la ONU construyeron 28 viviendas en el vecindario de Sheikh Jarrah. Los palestinos que habitan en esos domicilios son las únicas personas que han vivido en ellas.

Sin embargo, organizaciones de colonos se han aprovechado de la situación legal en Jerusalén Este que permite el desalojo de los palestinos. El hecho de que no tengan ciudadanía israelí y de que la ley de 1970 favorezca a los colonos judíos los pone en grave desventaja frente al sistema legal.

Durante los últimos meses, Sheikh Jarrah se ha consolidado como el símbolo de la lucha por la unificación de Jerusalén: una ciudad democrática en la que reine la justicia para todos sus residentes sin importar su origen. Las protestas de los propietarios de las viviendas, que buscan no ser desalojados de los domicilios que los vieron nacer, han catapultado su reclamo a medios internacionales. La presión desde el interior y desde el exterior dan esperanza para que la corte dictamine una sentencia histórica el próximo 2 de agosto.

A través de los últimos meses, los manifestantes en Sheikh Jarrah, que incluyen tanto judíos como palestinos, se han enfrentado a incontables topes. Cumpliendo la consigna de Martin Luther King de luchar contra leyes injustas, están luchando poco a poco por la unificación de Jerusalén.

 


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