Enlace Judío – El Instituto de Investigación Biológica de Israel (IIBI) anunció este lunes que firmó un acuerdo de entendimiento con la firma NRx Pharmaceuticals, que cotiza en Nasdaq, para completar los ensayos clínicos de la vacuna israelí contra COVID-19.

NRx Pharmaceuticals organizará el envío de la vacuna, llamada Brilife, a ensayos clínicos de fase 3 que se llevarán a cabo con decenas de miles de voluntarios en Georgia y Ucrania, además del propio Israel, dijo el Ministerio de Defensa israelí, del que depende el IIBI, informó The Times of Israel.

Luego de los ensayos clínicos, la compañía farmacéutica supervisará su comercialización.

El ministro de Defensa, Benny Gantz, elogió el acuerdo y lo calificó de “una excelente noticia”.

“Anticipo que con este acuerdo podremos completar el desarrollo de la vacuna y permitir que Israel produzca vacunas de forma independiente, porque como hemos visto recientemente, el coronavirus no va a ninguna parte”, dijo Gantz en el comunicado.

“Al mismo tiempo, el IIBI y todo el sistema de defensa continuarán participando en el esfuerzo nacional para contrarrestar los efectos de esta pandemia. Me gustaría agradecer a los científicos del instituto, que nunca dejan de trabajar para protegernos, ya sea en el área de defensa o salud”.

“En NRx nos sentimos honrados de haber sido seleccionados por el gobierno de Israel para llevar adelante esta misión de salvar vidas”, dijo el director de NRx, Chaim Hurvitz.

“A medida que las vacunas COVID-19 de primera generación se enfrentan cada vez más al desafío de la rápida mutación del coronavirus, nuestro objetivo es desarrollar una vacuna que pueda escalar rápidamente a bajo costo para satisfacer las necesidades tanto del mundo desarrollado como del mundo en desarrollo”.

En diciembre, el IIBI completó con éxito la fase 1 de los ensayos clínicos de la vacuna Brilife y por el momento se encuentra en medio de la fase 2.

El profesor Shmuel Shapira, director del IIBI y la fuerza impulsora detrás de los esfuerzos para desarrollar una vacuna COVID-19 israelí, renunció en mayo, en un giro inesperado de los acontecimientos que arrojaron dudas sobre la vacuna.

El desarrollo de la vacuna israelí se ha retrasado significativamente con respecto al de sus competidores internacionales.

La aprobación de varias vacunas internacionales y la campaña de inoculación rápida de Israel han planteado interrogantes sobre la necesidad de una opción de producción nacional que esté lista para su distribución mucho después que sus competidores.

El Ministerio de Defensa ha defendido el proyecto IIBI, argumentando que es necesario garantizar que Israel tenga acceso independiente a las vacunas. Otros funcionarios lo han descrito como un plan de respaldo para complementar las vacunas compradas a empresas farmacéuticas con sede en el extranjero.

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