Enlace Judío – Haim Weingarten, director de la unidad de operaciones de ZAKA, describe en entrevista exclusiva desde Israel la difícil labor de esta organización dedicada a la identificación de las víctimas de desastres.

“Nosotros hacemos jesed shel emet (verdadera bondad). Nos encargamos de que los cuerpos de los fallecidos lleguen completos a su entierro”, nos dice Wiengarten.

“Durante 33 años, acudimos a cualquier desastre, cualquier muerte que no es natural y nos encargamos de que todos los restos sean sepultados”.

“En la halajá (ley judía) está escrito que cuando una persona fallece, el rescatista está exento de ponerse el tefilín, la mayor mitzvá (mandamiento) en el judaísmo, pero se debe cuidar el honor del fallecido, según el judaísmo y el Islam también”, continúa.

“Cuidamos el honor del fallecido, pero el respeto hacia los vivientes no es menos importante. Cuando la familia sabe que un voluntario de ZAKA se encuentra en el sitio del desastre y se asegura de que todos los restos sean sepultados lo más pronto posible, es muy tranquilizante”.

ZAKA trabaja en todo el mundo. “Estuvimos en el tsunami de Tailandia, en los ataques terroristas de Mumbai, en Beit Jabad, en Taba”.

Miembros de ZAKA

La organización cuenta con 42 unidades o sucursales en todo el mundo. Cuando ocurre un incidente, los equipos de la unidad más cercana acuden al sitio. “Por ejemplo, en el caso del derrumbe de la torre de Miami, la sucursal de Nueva York participó en las labores de rescate, además de una delegación que llegó directamente de Israel”.

Durante las labores de rescate, antes de enviar el cuerpo para ser identificado, los voluntarios de ZAKA se aseguran de que los restos pertenezcan al mismo cadáver, cuidan de no mezclar entre los cuerpos, o entre hombres y mujeres. “Cada quien tiene su vida y su tumba y creemos que cuando llega al entierro es la reparación de su alma”.

¿Cómo identifican los cuerpos?

“Nosotros no los identificamos. Hay expertos y agentes de la policía que se encargan de ello, pero llevamos todos los restos para que sean identificados rápidamente para su entierro, porque el tiempo que la familia espera, uno, dos días, una semana o dos es algo que no les da consuelo. Cuanto más rápido son sepultados es mejor para el fallecido y la familia”.

“Por ejemplo, hace un mes ocurrió algo terrible en Uruguay. Una mujer israelí viajó a Uruguay para encontrarse con su hija que tenía retraso mental. La mató, la descuartizó y escondió sus restos en botes de basura. Las partes encontradas fueron enviadas al Instituto de Medicina Forense en Uruguay y la familia quiere enterrarla. Esto ya tiene un mes y no ha sido sepultada. En estos días estamos tratando de recuperar lo que queda del cuerpo junto con la cancillería israelí y las autoridades de Uruguay”.

Es terrible. Cuéntenos de un incidente que más le haya impactado.

“La verdad es que todos han tenido un impacto en mí. Cada incidente y cada fallecido es todo un mundo. Todo afecta”.

“Recuerdo que viajé a Tailandia como parte de la delegación israelí. Había 42 judíos desaparecidos. Los cuerpos se inflamaron y se descompusieron con el calor extremo”.

“Cada media hora salía a tomar aire porque la peste era terrible. En una ocasión, salí cuando había entrado Shabat y me sorprendí al ver 12 jóvenes con overoles blancos de ZAKA que salían de una camioneta. El gobierno de Israel había enviado los overoles para los equipos de rescate tailandeses”.

“Me encontré con un estadounidense que los llamaba sin recibir respuesta. Me dijo que su hermana había venido de luna de miel. Su esposo estaba internado con heridas graves y ella estaba desaparecida. Lo llevé conmigo y en una hora y media encontramos el cuerpo de su hermana”.

“Él sabía que era un milagro haberlo encontrado entre tantos cadáveres y por lo tanto se alegró de poder sepultarla. Es algo que me emocionó mucho”.

¿Qué impacto psicológico tiene su trabajo en los voluntarios de ZAKA?

“No hay duda que cada incidente afecta. En ZAKA tenemos a los mejores expertos en el campo. Después de cada incidente, los voluntarios se reúnen. Cuando llegan a su casa no pueden contar nada a su esposa e hijos. Nosotros nos reunimos y hablamos de lo que vivimos. Posteriormente tenemos sesiones de grupo con profesionales. Salimos de paseo, respiramos, tocamos guitarra, hablamos”.

“Los miembros de ZAKA son fuertes gracias a nuestro compañerismo y sentido de propósito. Esto nos protege y hasta ahora no se han detectado daños psicológicos”.

¿Cree usted que personas no religiosas pueden hacer esta labor?

“En ZAKA no preguntamos a los voluntarios quiénes son. Si son hombres, mujeres, religiosos o no. Tenemos gente religiosa. Tenemos voluntarios no religiosos, algunos no son judíos. Tenemos mujeres voluntarias, no muchas. Es muy difícil para ellas hacer este trabajo. Sin embargo, preferimos que las mujeres se hagan cargo de cuerpos de mujeres con toda la modestia”.

“No cabe duda que la religión ayuda a superar las crisis. Se requieren fuerzas especiales para rescatar el cuerpo de un bebé tras un accidente, por ejemplo, y si tienes fe, te ayuda. Por lo tanto, en ZAKA naturalmente hay más religiosos que no religiosos”.

¿La fe es importante?

“La fe es muy importante, es una herramienta esencial. En el caso de la tragedia en el monte Merón, por ejemplo, la tumba del rabino Shimon Bar Yojai, es el lugar más sagrado en el que la gente se reúne para rezar durante años y se ven muchos milagros. Es un lugar al que llega cada uno, en alegrías y tristezas. Todos saben que saldrán de ahí sintiéndose mejor y de pronto hay 45 víctimas. Es muy difícil superar algo así. Para eso está la fe y los creyentes”.

“Nosotros acompañamos a las familias. Cada uno es un ser especial. Pensamos que es una reparación (tikun) y no es algo sencillo. La fe nos ayuda a superar estas situaciones”.

¿Qué hace la unidad de buzos de ZAKA?

“Tenemos la mejor unidad de buzos en Israel con el mejor equipo, incluyendo un sonar como el que se utiliza en el ejército. Hemos hecho actividades tanto en Israel como en el exterior”.

“Por ejemplo, ayer se ahogó un joven de 17 años cerca de Hadera y el equipo de buzos de ZAKA lo encontró en la noche. Nosotros intentamos ayudar donde se puede. Debido a que es una actividad muy peligrosa, tenemos a los mejores elementos en esta unidad. Este es un gran logro de ZAKA”.

¿Hay voluntarios que desisten?

“Quien se une a ZAKA lo hace por un sentido de propósito. Nosotros estamos donde otros huyen. Casi nadie abandona la organización porque se seleccionan las mejores personas para ZAKA, no cualquier persona puede integrarse. Muchos voluntarios quieren unirse, llegan al primer accidente y desaparecen. Los que se quedan comprenden que realizan una labor sagrada. Los voluntarios de ZAKA dan lo mejor de sí mismos, algunos tienen incluso 75 años”.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico