Enlace Judío México e Israel –  La vez pasada mencionamos que el anfiteatro más famoso del mundo, el Coliseo romano, fue construido con el dinero saqueado del Bet HaMiqdash (ver artículo abajo). Hoy veremos que no fue solo el dinero de los judíos lo que se utilizó para construir el Coliseo.

EL GENOCIDIO DE VESPASIANO

“La barbarie que las legiones romanas demostraron contra los judíos en Jerusalem cuando destruyeron y saquearon el Bet haMiqdash asombró tanto al historiador Flavio Josefo, que este decidió dejar constancia de ella en sus escritos. «No tuvieron matanza más cruel los judíos entre todas cuantas padecieron como esta…».

Así comienza un artículo publicado en la edición digital del diario español ABC en enero del 2019 (ver aquí ) escrito por el periodista e historiador Manuel P. Villatoro. Flavio Josefo relata que en total 1.100.000 de judíos fueron asesinados en la caída de Jerusalem, lo que Villatoro denomina “El Holocausto olvidado del emperador Vespasiano“.

El artículo se enfoca principalmente en el amargo destino y el horrible final de los sobrevivientes de este genocidio.

EL SIGNIFICADO DE LA PALABRA “MONSTRUO”

Josefo cuenta que Tito capturó 97.000 prisioneros judíos y los llevó a Roma. El profesor Louis Feldman explica que los hombres adultos eran llevados para trabajos forzados. Las mujeres y los niños menores de 17 años eran vendidos como esclavos. Y los más débiles eran usados para los “juegos” del circo romano.

Estos eran espectáculos sangrientos donde los miserables prisioneros eran sacados a la arena, y tenían que luchar entre sí hasta la muerte, o enfrentarse a gladiadores armados o a animales salvajes, que los romanos habían dejado sin comer por varios días.

El espectáculo consistía en ver ancianos, mujeres y niños tratando de escapar por sus vidas, o luchando desesperadamente contra las bestias salvajes, en una batalla que obviamente siempre perdían.

Por lo general la muerte de las víctimas no era rápida. Pero el lento desmembramiento, el derramamiento de sangre, los gritos desesperados y la agonía de las víctimas eran el plato fuerte del espectáculo que esos monstruos humanos disfrutaban.

Flavio Josefo cuenta que “Tito festejó con esplendor el cumpleaños de su hermano, en cuyo honor ejecutó una gran cantidad de prisioneros judíos [en el circo de Cesárea. Y.B.]”. En las palabras de Josefo el número de los que “perecieron luchando con las fieras o abrazados por el fuego… alcanzó más de dos mil quinientos”.

EL PRECIO DE UN ESCLAVO JUDIO

Los esclavos eran muy comunes en Roma y se comercializaban como animales en el mercado. Los esclavos judíos, particularmente, tenían un valor muy superior en el mercado. ¿Por qué? Porque siempre se encontraría un judío dispuesto a pagar un elevado precio para liberar a sus hermanos.

Una de las Mitsvot más importantes de la Torá, que tiene prioridad sobre cualquier otro precepto, es “pidiyon shebuyim“ rescatar a los prisioneros.

Los Sabios cuentan decenas de historias sobre este tema. Una de las más conmovedoras es la de Ribbí Yehoshua Ben Jananiyá. En una de sus visitas diplomáticas a Roma escuchó de un niño judío capturado por los romanos.

Ribbí Ishmael se acercó a la prisión donde tenían a los cautivos y dijo en voz alta la primera parte de un versículo de Isaias (42:24) que dice: “¿Quién dejó que el pueblo [judío] fuese oprimido y humillado…”.

Entonces escuchó que desde adentro de la prisión un niño completaba el pasuq: “…ha sido HaShem, contra Quién hemos pecado, y cuyas ordenanzas no quisimos seguir”.

En ese momento Ribbí Yehoshua dijo : “Estoy seguro que este niño será un gran sabio en el pueblo judío” y decidió “pagar lo que fuera necesario para rescatarlo”. Y así fue.

Ribbí Yehoshua desembolsó una fortuna para liberar a este niño, que con el correr del tiempo se transformó en uno de los Sabios más grandes de Israel: Ribbí Yishma’el ben Elisha’.

Los romanos conocían esta “debilidad” del pueblo judío y esto que ocurrió con Ribbí Yehoshua, pasó miles de veces con otros esclavos judíos.

MANO DE OBRA JUDIA

El profesor Feldman explica que la venta de esclavos judíos resultó tan lucrativa que fue una de las fuentes de ingreso más importantes para financiar la construcción del Coliseo y más allá. Villatoro agrega otro dato fundamental sobre este punto. El coliseo romano no solo fue construido con “fondos judíos”, sino que también fue construido ¡con mano de obra judía!

Cito al periodista español:

“Según explican todo tipo de historiadores … el último destino de los reos judíos no fue mejor. Y es que, 12.000 de ellos (20.000, según otras fuentes) fueron enviados a Roma para terminar de levantar el Coliseo con su trabajo. Así lo confirma, entre otros, el investigador español José María Zavala en su obra ‘Las páginas secretas de la historia’: ‘Vespasiano empezó a levantar el Coliseo en el año 69 de nuestra era, y Tito lo terminó doce años después. En realidad fueron cuatro años de intenso trabajo con la ayuda de doce mil judíos cautivos llevados a Roma por Tito tras la conquista y destrucción de Jerusalén..”

Villatoro también describe el horror final:

¿Cómo recompensó Tito a los esclavos judíos que construyeron el Coliseo?. Los usó para el circo — seguramente durante la inauguración del Coliseo– donde los pobres esclavos judíos “…perecieron luego en la arena devorados por las fieras en los juegos públicos. Así pagaba el César a sus deslomados esclavos.”

Yosef Bitton


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