Enlace Judío México e Israel – Una de las cosas que siempre he considerado más bellas del judaísmo es que nos permite acércanos a la Divinidad desde la cotidianidad y rutina de nuestras vidas. Un día nuevo es una oportunidad para agradecer a D-os, el olor de una fragancia, el sabor de una fruta y la vestimenta que usamos nos recuerdan Su Presencia. Eso nos lleva a buscar vidas llenas de paz y plenitud con la conciencia constante de Su Compañía, pues aprendemos a apreciar los detalles, a valorar los momentos pequeños de la vida y adquirir sabiduría a través de ellos.
La naturaleza se vuelve también parte de este proceso, pues si leemos la Torá hay muchos momentos en que aparecen ciertos fenómenos o elementos naturales como símbolo de la Presencia Divina. Al mostrarse de esta forma se vuelven un símbolo del mensaje divino que trasmiten y un recordatorio de la historia que envuelven. También existen elementos o fenómenos naturales que la tradición a explicado a lo largo de los textos. A continuación hablamos sobre ciertos elementos naturales que cuando aparecen nos recuerdan la Presencia Divina.
El arcoíris
Cuando uno ve un arcoíris está obligado a decir una berajá en la cual se recuerda el pacto que D-os tiene con el hombre. El arcoíris recuerda el momento en que las aguas del Diluvio pararon y Noé pudo salir del arca. Tras el sacrificio que Noé hizo, D-os le prometió que no volvería a maldecir la tierra con diluvio ni a destruir a los seres vivos que habitan en ella (Genésis 9:13). Es un símbolo complicado, por un lado es un símbolo del perdón y la gracia divina, el verlo puede recordarnos a D-os como Creador del mundo y como un ser bondadoso. Sin embargo, por el otro nos dicen los sabios que el arcoíris sólo aparece cuando el hombre peca, ergo también representa la cualidad de Juicio en D-os. En cualquier caso encontrarse con un arcoíris representa una ocasión especial.
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La lluvia, uno de los símbolos judíos
La lluvia es de suma importancia para la tradición judía, pues de ella dependía el cultivo de los cereales, por eso la mitad del año incluimos a la lluvia dentro de nuestras plegarias. En cierto sentido la lluvia representa la vida y la bondad de D-os incluso existe una tradición de rezar y pedir a D-os cuando ve la lluvia, porque se asume que Su cualidad de bondad se exacerba en esos momentos.
En la Torá, la lluvia es una de las formas en que D-os se comunica con el hombre, cuando el pueblo de Israel estaba a la altura moral que se le exigía D-os le correspondía con la lluvia y había abundancia en la tierra de Israel; por el contrario cuando ofendía a D-os, la tierra se secaba por falta de lluvia. En muchos sentidos se asocia a la plegaria con la lluvia, en un midrash se nos dice que D-os primero hizo los árboles pequeños para Adán aprendiera a rezar y pedir por la lluvia.
Las estrellas
En la Torá D-os le promete a Abraham que su descendencia será tan numerosa como “las estrellas del Cielo y la arena de la playa” por esto mismo, en la Torá las estrellas son un símbolo de infinidad y esperanza. También representan la cualidad de profecía y el poder de liderazgo que un futuro tomará la nación de Israel. El líder de la rebelión contra Roma “Bar Cosiba” empezó a ser llamado “Bar Cojbá” (hijo de la estrella) gracias a una alusión mesiánica. Para terminar el Shabat uno se espera a que hayan tres estrellas en el cielo.
La nieve
La nieve al igual que la lluvia representa la bondad de D-os, sin embargo al caer en medio del invierno (la época más oscura del año) se vuelve un símbolo de la luz divina entre la oscuridad. También es un símbolo de expiación y pureza.
