Enlace Judío.- El exsecretario de Estado Kerry propuso que Estados Unidos capacitara a los palestinos para que se encargaran de la seguridad en Judea y Samaria y el Valle del Jordán, pero Netanyahu se negó, según Israel Hayom

A raíz de la rápida toma de posesión de Afganistán por parte del Talibán y el colapso del enorme ejército construido por los estadounidenses, funcionarios del sistema político recordaron ayer que hubo días en que Estados Unidos intentó persuadir a Israel de que copiara el modelo afgano.  Las fuentes dijeron a Israel Hayom que el exsecretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, intentó llevarse a Benjamin Netanyahu con él a una visita en Afganistán.

Kerry, quien ahora se desempeña como enviado de la administración Biden en el tema del clima, fue secretario de estado en nombre de la administración Obama. En los años 2013-2014, intentó iniciar un acuerdo entre Israel y la Autoridad Palestina, y sus esfuerzos incluyeron una campaña de unas 20 visitas a Jerusalén y otras capitales de la zona.

Kerry trató de convencer a los líderes israelíes en ese momento, el primer ministro Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa Moshe (Boogie) Ya’alon, de que se podía confiar en Estados Unidos para entrenar a las fuerzas palestinas de modo que se les pudiera confiar la seguridad en Judea, Samaria y  el Valle del Jordán. Otra idea que se le ocurrió fue que dependieran de la OTAN o de las fuerzas estadounidenses.

Netanyahu rechazó de plano la idea de que Israel dependería de fuerzas extranjeras, pero Kerry no se rindió. Dos fuentes políticas dijeron a Israel Hayom que en una de las reuniones, Kerry sugirió que Netanyahu lo acompañara en una visita secreta a Afganistán, donde vería al ejército afgano entrenado y armado por Estados Unidos.

Netanyahu rechazó cortés pero firmemente la propuesta, de acuerdo con su posición de principio de que Israel no debe depender de fuerzas extranjeras para mantener su seguridad.

Mientras tanto, Afganistán está entrando en otro día de vida bajo el Talibán tras la caída de Kabul, y en el fondo, equipos diplomáticos occidentales salen continuamente del aeropuerto de la capital.

Sin embargo, en las últimas 24 horas se ha puesto el foco sobre el primer discurso del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, sobre la situación en el país, luego de que las imágenes que mostraban a civiles afganos colgando de las ruedas de un avión militar estadounidense circularan por todo el mundo, lo que generó muchas críticas a la Casa Blanca sobre cómo se produjo la retirada. “Les dimos todo el equipo que necesitaban. Lo que no pudimos brindarles fue el deseo de luchar por el futuro”, dijo Biden en un intento de justificar la decisión de retirarse de Afganistán, en un discurso en el que dejó caer la mayor parte de la responsabilidad en el (ex) gobierno central, un régimen que Occidente ha apoyado durante 20 años.

El discurso de Biden fue recibido con resentimiento en Estados Unidos, tanto de sus partidarios en los medios como de la derecha estadounidense, especialmente a la luz de su negativa a admitir que cometió un grave error en su evaluación en un discurso que pronunció hace un mes. El presidente de la Cámara de Representantes republicano, Kevin McCarthy, tuiteó: “Después de seis días de silencio, el presidente Biden ha hablado del mayor desastre de política exterior en décadas, dando sólo excusas para el fracaso”.

La exembajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nicki Haley, quien podría postularse para presidente, dijo: “Biden está tratando de desviar la atención y presentarlo como si la alternativa fuera enviar más tropas. Patéticamente se retiró y les dio un regalo a los terroristas”.

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