Enlace Judío México e Israel – El odio infundado y el consecuente lashón hará fueron las causas de la destrucción del Primero y del Segundo Templo. Podemos decir que también lo contrario es cierto: el amor infundado y el hecho de hablar de manera positiva provocarán la llegada del Tercer Templo.

Además, si el odio infundado lleva a hablar negativamente de los demás, entonces el amor provocará que se hable positivamente de ellos.

Nos dice la Torá: “Debes amar a tu prójimo como te amas a ti mismo; Yo soy Dios”.

Sobre esto, escribe el Minjat Jinuj: “Los elementos incluidos en esta Mitzvá siguen el principio general de que uno debe tratar a la otra persona de la manera en que se trataría a uno mismo, es decir, protegiendo su propiedad, evitando que sea dañado, hablando solamente bien de él, respetándolo y, por cierto, no glorificándose uno mismo a costa del otro”.

Explica Rab Menajem Shlanger: “La prohibición contra el lashón hará requiere que no prestemos atención a las fallas y los defectos de los demás. La raíz del lashón hará es relacionarnos en nuestros propios corazones de manera negativa con los otros. En contraste con esto se encuentra el mandamiento de ‘amar al prójimo como a uno mismo’ y, de hecho, ese mandamiento nos pide —de acuerdo con las palabras del Rambam—, ‘alabar a los demás’. Porque ver lo bueno que tienen los demás es una Mitzvá positiva”.

Además, debemos saber que todo el Pueblo de Israel estamos unidos; es decir, cada Yehudí es parte de una familia llamada: “los Hijos de Dios”.

Sobre esto dice el Talmud Yerushalmi: “Imagina a una persona que está cortando un trozo de carne y que accidentalmente se corta su propia mano. ¿Sería lógico que, para vengarse, ella le pegara a la mano que tiene el cuchillo?”.

Cuentan sobre Rab Menajem Yeshoja que se cuidaba mucho de no hablar lashón hará. No se cuidaba por el hecho de que quien habla lashón hará recibirá castigos y sanciones, sino por el amor que le tenía a Dios y no era digno hablar de sus hijos.


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