• En nuestro país, mueren más de 150 mil personas anualmente por problemas del corazón, particularmente de infarto agudo al miocardio.
  • Pese a la COVID-19, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en México.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), informó que en el 2020 la enfermedad cardiovascular fue la principal causa de muerte en los mexicanos, seguidas por COVID-19 y diabetes, en estas dos últimas influye la enfermedad cardiovascular.

“Durante 2020 y 2021 las personas han priorizado la atención de COVID-19, sin embargo, no se puede descuidar la prevención, el diagnóstico oportuno y el tratamiento adecuado de la enfermedad cardiovascular, sabiendo que es la principal causa de morbimortalidad.  Por ejemplo, si una persona se contagia de COVID-19 y tenía enfermedad cardiovascular previa es fundamental que acuda a recibir atención médica y no se quede en casa para prevenir complicaciones. Asimismo, si se contagiaron de COVID-19 y se complica con una enfermedad cardiovascular que no tenía, es importante que los especialistas vigilen de cerca esta condición”, apuntó el Dr. José Luis Ojeda Delgado, médico internista y cardiólogo intervencionista, director de la división cardiovascular del Centro Médico ABC.

La importancia de destacar que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en México y el mundo radica en que la población se sensibilice y tome conciencia de que estas enfermedades pueden prevenirse desde la infancia ya que están relacionadas con factores modificables como la obesidad, el sobrepeso, sedentarismo, el exceso de lípidos que, llevan junto con muchos otros factores, a los cuatro más frecuentes: diabetes mellitus, hipertensión, hiperlipidemia y tabaquismo.  

El Dr. José Luis Ojeda Delgado destaca que “esta es la gran importancia que tiene el Día Mundial del Corazón, que se conmemora desde 2000 el último domingo de septiembre con el objetivo de concienciar a la población acerca de la importancia de la enfermedad cardiovascular, así como para promover su control y apelar a la prevención”.

El especialista añade que “aunque hay más de cien factores de riesgo, entre ellos, la obesidad y el sobrepeso, antecedentes familiares y la edad; en el caso de los adultos jóvenes, la oclusión de las arterias se puede manifestar a temprana edad, favorecido por el estrés, las adicciones, la falta de ejercicio, el sobrepeso, la obesidad y la hiperlipidemia no diagnosticada, entre otros, que lleva a enfermedad cardiovascular por aterosclerosis, principalmente, aunque no se sientan enfermos. Hoy, los estudios por tecnología avanzada con costos asequibles diagnostican a tiempo la enfermedad aterosclerosa, aunque no haya síntomas. Por ello, es importante que las personas modifiquen algunos hábitos desde la infancia y adolescencia, para hablar de prevención de estas enfermedades. 

En las diferentes etapas tempranas de la vida, se recomienda educar en la prevención, desde la casa, la escuela, etc.; hacer una revisión completa por expertos médicos, en particular si realizan “deporte de alto impacto”, sobre todo en adultos jóvenes, para evitar complicaciones que, ocasionalmente, ocurren durante las prácticas deportivas.

En el caso de las mujeres, el 35% de los fallecimientos en 2019 fueron por enfermedad cardiovascular. Este tipo de enfermedad, que sufren más de 275 millones de mujeres en todo el planeta, cobra más vidas que el cáncer o cualquier otra enfermedad. Este año, el INEGI informó que murieron por enfermedad del corazón 62,713 mujeres (44.2%). 

Así, en las mujeres, dentro de los factores únicos que aumentan el riesgo cardiovascular que pueden ser hormonales están: el inicio de la menstruación antes de los 9 años; síndrome de ovario poliquístico, caracterizado por la resistencia a la insulina; periodos irregulares en la menstruación y problemas para embarazarse, así como la baja de estrógenos en la menopausia que genera cambios metabólicos con un aumento en el colesterol de baja densidad. 

Otros factores son eventos adversos durante el embarazo, se sabe que hasta el 20% de las mujeres presentarán estos donde se incluyen: trastornos hipertensivos, diabetes gestacional, parto pretérmino, ruptura prematura de membranas y restricción de crecimiento intrauterino; los cuales aumentan hasta cuatro veces más el riesgo de padecer complicaciones cardiovasculares a largo plazo. 

Por ello, es importante que todos, hombres y mujeres, participen en la prevención de enfermedades cardiovasculares, desde la infancia para evitar factores de riesgo, que los jóvenes se realicen un examen médico para el desarrollo de deporte de alto impacto y, los adultos, lleven un control efectivo de enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, obesidad, entre otras. 

De acuerdo con el especialista, el Centro Médico  ABC ha logrado formar un equipo de expertos respaldado con tecnología de vanguardia en sus campus, así, el Centro Cardiovascular se encuentra equipado para el diagnóstico cardiovascular tanto de imagenología (resonancia magnética, tomografía axial computarizada, ecocardiografía y medicina nuclear),  como de equipos sofisticados de cardiología intervencionista, con sus múltiples dispositivos de diagnóstico y terapéuticos, las Unidades de Terapia Intensiva y Cuidados Intermedios Cardiovasculares, que también destacan por su excelencia en el personal y última tecnología, tanto en monitoreo, sistemas digitales de administración de medicamentos, dispositivos de  apoyos, cardiacos para la rápida recuperación  o para el soporte antes del trasplante cardiaco o cardiopulmonar.

“Es importante que la gente conozca también al personal especializado que opera en ellos como el de ECMO (máquina de circulación extracorpórea que se utiliza en la cirugía cardíaca), así como el personal de cirugía cardiovascular y vascular periférico, tanto de atención pediátrica como de adultos, que aseguran que cualquier paciente reciba atención inmediata y especializada con apego a lineamientos nacionales e internacionales. También se incluyen los departamentos de rehabilitación y las diferentes clínicas especializadas intrahospitalarias, de insuficiencia cardíaca, valvulares, TAVI (Transaortic Valve Implantation), arritmias, marcapasos y otros dispositivos implantables, estudio de sincope, anticoagulantes, congénitos, post-IAM, postquirúrgicas”, comentó el Dr. Ojeda.

Es importante destacar que en el Centro Médico ABC se cuenta con un programa de atención al infarto agudo de  miocardio, llamado Código AMI, certificado internacionalmente y con el Código ICTUS para dar atención a personas con eventos cerebrovasculares (EVC); los cuales se activan con los pacientes que presentan dolor y molestias en el pecho o imposibilidad para el movimiento o el habla respectivamente, dando paso a una atención inmediata que favorezca una atención oportuna para mejorar su sobrevida y disminuir complicaciones.

“Estos programas han sido exitosos ya que el porcentaje de complicaciones o de mortalidad es muy bajo comparativamente, se atiende directamente en la sala de cateterismo (Cath lab) para abrir la arteria responsable del infarto tanto del corazón o del cerebro, o se les administra tratamiento con medicamento especial con lo cual más del 90% sobrevive, sin secuelas importantes.

Además, se cuenta con un programa para apoyo a la familia durante la situación aguda y programas diversos de los departamentos de rehabilitación, así como de los del departamento de prevención de ECV, tanto primaria (los que no tienen la enfermedad), como secundaria (los que la tienen para evitar sus complicaciones o no vuelva a recaer)”, señaló el Dr. Ojeda, director de la división cardiovascular del Centro Médico ABC en sus dos campus. 

Finalmente, el especialista recalca que “todos podemos participar en la prevención de enfermedades cardiovasculares orientando a los niños para evitar factores de riesgo, convencer a los adultos a que se les realice un examen médico para la detección temprana de la ECV;  y en los mayores de 60 años, un control efectivo de enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, obesidad, hiperlipidemia entre otras, con participación de clubes de la salud, para evitar también su deterioro mental, con ayuda siempre de sus familiares”.

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