Enlace Judío – ‎‎‎‎El director ejecutivo de Pfizer, Albert Bourla aseguró este martes que la decisión de elegir a Israel para probar en masa la vacuna contra COVID-16 no se basó en una “conexión emocional”.

En un mensaje de video transmitido durante la Conferencia Anual del periódico The Jerusalem Post, comentó que Israel tiene un lugar especial en su corazón.

“No solo representa la realización de un sueño, sino un puerto seguro que sentimos que puede protegernos a nosotros y a nuestros hijos de cosas que sucedieron en el pasado”, expresó.

Bourla es judío de Salonica, Grecia e hijo de sobrevivientes del Holocausto.

Destacó que su decisión de vender suficientes vacunas a Israel para inocular hasta tres veces a cualquier persona que desee vacunarse fue “una decisión muy meditada”.

“Y dados los resultados, me complace decir que fue una decisión muy acertada”, añadió.

Explicó que había buscado un país para demostrar lo que podía hacer la vacuna.

“Israel simplemente reunía todas las condiciones necesarias: El Ministerio de Salud de Israel es uno de los mejores del mundo, al igual que el sistema sanitario israelí”, dijo.

“La pequeña población de Israel hizo que el estudio fuera manejable. Israel tiene un alto grado de datos electrónicos y un sistema de seguimiento conectado a la mayoría de la población. Y por último, muy importante, ningún país tiene más experiencia en la gestión de crisis”, enfatizó.

Aseguró que tanto Israel como Pfizer estaban preparados para el desafío y calificó los resultados de su colaboración como”fenomenales”.

Hasta ahora, casi 6.2 millones de israelíes han recibido al menos una dosis de la vacuna de Pfizer. En total, entre la primera, segunda y tercera dosis, se han aplicado casi 16 millones de vacunas en el país.

“Pero no podemos permitirnos el lujo de dormirnos en nuestros laureles. Nuestra labor está lejos de haber terminado”, subrayó Bourla. “Pfizer se ha comprometido a ir un paso adelante del virus”.

Indicó que Pfizer trabaja para conseguir la autorización de uso de emergencia de su vacuna de refuerzo contra COVID-19, y continuará presentando los datos reglamentarios de su ensayo clínico sobre la seguridad y eficacia de la vacuna en niños de 5 a 11 años, y el desarrollo de un medicamento antiviral oral contra COVID-19.

Bourla sugirió que parte de este trabajo podría realizarse con Israel. “Esperamos trabajar con las comunidades académicas y científicas de Israel en muchos ámbitos. Como siempre, seguiremos la ciencia”.

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