Enlace Judío – Un equipo de Israel y EE.UU. dirigido por científicos del Instituto Weizmann de Ciencias utilizó un nuevo enfoque basado en datos para identificar mutaciones cancerosas que podrían ser tratables a través de la inmunoterapia, según un estudio publicado el viernes en la revista Journal of Clinical Investigation.

El estudio dirigido por Aviyah Peri, estudiante de doctorado, y supervisado por la profesora Yardena Samuels, del Instituto Weizmann de Ciencias ofrece un nuevo método para encontrar características, conocidas como “hotspots” del cáncer, que son comunes en muchos tipos de tumores y por lo tanto, podrían utilizarse para desarrollar una inmunoterapia eficaz para varios grupos de pacientes.

Los “hotspots” del cáncer son estructuras físicas en las membranas externas de las células cancerosas que pueden proporcionar al sistema inmunitario “acceso” a un tumor. El sistema inmunitario utiliza células T para combatir otras células que identifica como “extrañas”, y los “hotspots” sirven como marcadores que activan las células T.

Contienen mutaciones de antígenos generadores de anticuerpos, conocidos como “neoantígenos”. Dado que la mayoría de los neoantígenos son resultado de mutaciones únicas de tumores individuales, no se puede aplicar el mismo tratamiento a otros pacientes cuando se utiliza un neoantígeno específico para activar las células T de un paciente. Los neoantígenos derivados de mutaciones recurrentes que aparecen en numerosos pacientes se han calificado como “hotspots”, pero estos han sido difíciles de encontrar y hasta ahora se han hallado al azar.

Los científicos utilizaron algoritmos para buscar en bases de datos internacionales que contienen información sobre genomas de miles de pacientes con cáncer, centrándose en el melanoma (cáncer de piel).

La búsqueda produjo una serie de neoantígenos que podrían considerarse “hotspots” y posteriormente sometieron estas moléculas candidatas a un análisis de laboratorio, en el que aislaron las partes mutadas de los neoantígenos e investigaron sus interacciones con las células T.

Utilizando este enfoque, los científicos identificaron un neoantígeno que aparece en alrededor del 20% de los casos de melanoma, aislando el receptor de células T que puede reconocer este neoantígeno en los tumores de melanoma. A continuación, crearon células T de individuos sanos y las incubaron en un tubo de ensayo con muestras de tumores de pacientes cuyos tumores mostraban el neoantígeno. Las células T se activaron con el neoantígeno y mataron a las células tumorales que mostraban el neoantígeno.

“Hemos descubierto un neoantígeno que se expresa en miles de nuevos casos de melanoma cada año, y hemos demostrado que puede utilizarse en estos pacientes a fin de marcar las células tumorales para su destrucción inmunitaria”, indicó Peri.

“Nuestro estudio sugiere que nuestra plataforma recién desarrollada puede dar lugar a inmunoterapias ‘listas para usar’ en las que los receptores de células T que reconocen los “hotspots” del cáncer pueden prepararse de antemano, para ser aplicados en grupos de pacientes cuyos tumores albergan estas mutaciones”, explicó Samuels. Estos tratamientos serían más fáciles y baratos que adaptar las células T a cada paciente.

Otra gran ventaja de este enfoque es que utiliza los neoantígenos de los “hotspots” expresados en todas las células tumorales. Esto significa que es más probable que la inmunoterapia de “hotspots” elimine todo el tumor, en lugar de partes del mismo, como ocurría con tratamientos dirigidos a neoantígenos presentes solo en algunas de las células tumorales.

“Nuestro novedoso enfoque puede permitir la aplicación de tratamientos personalizados a mayor escala”, agregó Samuels. “Está listo para su uso en hospitales, y puede aplicarse a una variedad de cánceres, no solo al melanoma”.

El estudio se realizó en colaboración con el difunto profesor Nir Friedman del Departamento de Inmunología de Weizmann, la profesora Masha Y. Niv de la Universidad Hebrea de Jerusalén, el profesor Steven A. Rosenberg del Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU., el profesor Cyrille J. Cohen de la Universidad Bar-Ilan, el doctor Ansuman T. Satpathy de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford y otros investigadores.

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