Enlace Judío México e Israel – Israel es el único país del mundo que tiene más árboles ahora que en el momento de su fundación:el dato lo aporta Nili Pitchon, nueva directora del departamento de Keren Kayemet LeIsrael para América Latina, España y Portugal. Pitchon  se encuentra de visita en México y con ella, Enlace Judío conversó en exclusiva.

“La primera cosa era justamente de juntarme acá con toda la oficina y con todas las personas que obran por el Keren Kayemet LeIsrael, por el pueblo de Israel, la tierra de Israel y la comunidad judía local”, dice cuando se le inquiere por los motivos de esta, su primera visita a México como directora de KKL para la región.

Argentina de nacimiento, Pitchon vivió en Francia y finalmente se estableció en Israel, de donde, dice, no piensa irse nunca. Se define a sí misma como una “judía errante” y, en su constante peregrinar, ha llegado recientemente a una institución que este 2021 cumple 120 años de existencia.

“Israel es un país desértico que por milagro, por la labor muy difícil y del mundo entero, lo convertimos en un país de verde (…). Nosotros queremos la vida y el árbol de la vida. El árbol es el hombre en el bosque, el hombre de la tierra. Y también porque sabemos hablar a la tierra santa en su idioma, que es el hebreo”, dice al referirse al “milagro” israelí.

Amor a la tierra

Para Nili Pitchon, todo está anclado al amor por la tierra. Dice que “en los últimos años fuimos testigos de terrorismo ecológico en contra de la tierra de Israel”, alrededor de la Franja de Gaza o de Jerusalén. Esto, dice, significó “un dolor real para cada uno de nosotros.

La tierra es tan importante, el árbol es tan importante. Israel es muy importante, es parte de cada uno de nosotros. O sea que, obvio, la tierra de Israel la tenemos que preservar.”

Pero KKL tiene una misión más extensa que sembrar árboles (como si esto fuera poco decir) y proteger los bosques plantados en lo que hace no mucho fue solo un desierto. Su labor se extiende más allá de las fronteras de Israel.

Ser un país verde es parte de ser un ejemplo

“Estamos en donde se necesita”, dice Nili Pitchon. Y eso incluye a las escuelas y los otros sitios donde se puede tener influencia sobre los niños para que crezcan con la consciencia de la relación entre las personas y la tierra.

“Desde pequeños enseñamos, les transmitimos varias cosas a los pequeños por medio del querer que sea el amor a la tierra donde estemos, al clima, de la ecología, a preservar justamente todo, todo el agua”, a reciclar y “la pertenencia del pueblo judío a nuestra historia, nuestra identidad, del orgullo de ser quien somos, en donde estemos.”

Como una institución consciente de la labor de Israel en el mundo, aquella “luz de las naciones” de la que se hace mención reiteradamente, Pitchon dice que “tenemos que ser un ejemplo.”Ser un país verde es parte de ese ejemplo, lo que queremos demostrar al mundo es que para tener un futuro justamente necesitamos seguir protegiendo lo que tenemos.”

Para proteger la tierra no sólo se necesita trabajo y amor, el conocimiento es fundamental y en Israel “tenemos muchos centros de investigación, que sea química, física o ecología, y hacemos muchos avances que hacen que hoy día sabemos mejor que en muchos países del mundo cómo hacer de un desierto un país.”

Plantar tomates en arena o hacer crecer las piñas en menos de nueve meses son algunas de las proezas de los agrónomos israelíes que, a través de KKL (y de otras instituciones), Israel comparte con sus aliados, con quienes le tienden la mano.

Israel y su relación con el agua

“En la Biblia el agua es símbolo de vida y necesitamos agua. No únicamente Israel, un desierto, pero el mundo entero. El agua se hace cada vez menos. Necesitamos agua en el mundo. O sea que cada cosita es muy importante.”

Por eso, explica Nili Pitchon, en Israel las ciudades están diseñadas para aprovechar el agua de lluvia, hay plantas de desalinización en la costa mediterránea y cada casa cuenta con energía solar.

“Tenemos muchos convenios con otros países. Justamente esta mañana recibí una embajada que me dio un mensaje que están interesados en hacer un convenio, que los ayudemos justamente con forestación, después que tuvieron incendios forestales en un país de acá, de América Latina”, nos cuenta.

A través de ese tipo de convenio, Israel envía científicos para que asesoren a otros gobiernos, o bien, recibe a los científicos extranjeros para que se capaciten en las mejores técnicas en materia de reforestación, riego por goteo y demás estrategias.

“Estamos también en África ahora ayudando a poblaciones muy pobres que no tienen qué comer. No les mandamos únicamente comida, les enseñamos justamente cómo ellos podrían cosechar y hacer que aún el clima árido que tienen podrían sacar fruto de esa tierra.”

Recientemente, KKL abrió una oficina en Ucrania. “Después de tanto tiempo que no estuvimos, fue muy emocionante lo que pasó con la apertura de la oficina en Ucrania porque se abrió la oficina a unos cuantos metros de donde centenas de miles de judíos fueron asesinados.”

KKL en México

En México, KKL realiza actividades sionistas y ecologistas en las escuelas de la red judía, en las knuot y en otras instituciones. “Un ejemplo: ayer estuve visitando al Museo de la Tolerancia, en lo que realmente fui muy impresionada del museo en sí mismo”, nos cuenta.

“Pero lo que me atrajo más como judía y como israelí es ver la cantidad de gente que estaba ahí, de jóvenes parejas, y la verdad es que yo miré más a esas parejas y a esa gente que venía que a las paredes, que eran muy interesantes y muy importantes, y fui a esas parejas de jóvenes y les pregunté, me presenté, les dije que yo era de Israel y que quería saber cómo llegaron, por qué llegaron, por qué un domingo, antes de ir a pasearse, decidieron justamente ir a ese lugar.”

En esos diálogos, Nili Pitchon encontró “esperanza en un mundo mejor. Justamente si estamos todos unidos y todos juntos afirmándose como somos, la verdad será la que ganará y ahí estaremos nosotros y para el mundo.”

La comunidad cristiana evangélica

Pitchon dice que Israel le tiende la mano a quien le tiende la mano, y si alguien le ha tendido la mano a Israel y al pueblo judío en los últimos tiempos, es la comunidad cristiana evangélica, que “es hermana del pueblo judío.”

Existe entre ambas comunidades “una fraternidad inmensa”, ya que los evangélicos “participan mucho en el fortalecimiento del Estado de Israel y apoyan también en las comunidades judías en la diáspora. Ellos entienden la importancia del pueblo judío en el mundo.”

Dice que durante su estancia en México estará en contacto con diversos líderes evangélicos. Tanto cristianos como judíos “Sabemos que Jerusalén es el corazón del mundo. Somos tan pequeños y todos nos miran a nosotros. O sea que ahí estaremos siempre para iluminar al mundo con nuestro amor, con todo lo que podemos aportar al mundo, como siempre quisimos y espero que también lo seguiremos haciendo con el apoyo de todas las comunidades del mundo entero.”

KKL y la amenaza climática

Respecto a la crisis climática que amenaza la supervivencia de nuestra especie (y posiblemente de muchas otras), la labor de Keren Kayemet, dice Nili Pitchon, es “sonar la alarma. Decir al mundo ‘ahí estamos. ¿Cómo podemos hacer para impedir esto?’”

Sembrar árboles, reciclar materiales y proteger el agua son algunas de las tareas que KKL fomenta y que integran su discurso frente a la amenaza climática. “Y el respeto, el respeto uno a uno, hombre a hombre, empieza por el respeto también a la tierra y a la naturaleza.”

Ese respeto, en Israel se enseña, dice, desde la infancia, cuando se le explica a los niños que deben cerrar el grifo entre un uso y otro cuando se cepillan los dientes o cuando lavan los trastes.

“Pienso que el agua realmente es lo que nos sirve para santificarnos, para hacernos puros. Y eso es el agua, es la vida que tenemos que preservar y reciclar y consumir menos y estar más atados a lo que realmente es importante, que es la vida y menos en lo material.”

En Israel, el aprovechamiento del agua alcanza dimensiones obsesivas. Es común, por ejemplo, usar una cubeta para captar el agua de la regadera hasta que esta tenga la temperatura adecuada para tomar un baño.

“Son cosas que hacemos desde pequeños”, dice Pitchon y cuenta que, así como tienen techo y paredes, las casas en Israel tienen páneles para aprovechar la energía solar, un recurso que, a diferencia del agua, abunda en esa región del mundo.

“Cada uno de nosotros tiene que ser partícipe en esta organización de una manera u otra”

El camino que tiene que recorrer Nili Pitchon para llevar el mensaje de KKL es largo. Está a cargo de la organización en 18 países latinoamericanos, España y Portugal. Antes de volver a Israel, deberá viajar a Costa Rica, Colombia y Perú.

“En este viaje esos serán los países (que visite). Obvio que necesito y quiero llegar a cada uno de los otros, seguir siendo partícipe, ir conociendo a los voluntarios y las personas que obran con Keren Kayemet y por supuesto, entretenerme en las relaciones internas de cada país para ver de qué manera Israel, a través del Keren Kayemet, puede aportar a cada uno de ellos.”

Pitchon está consciente de que la fuerza de la organización que lidera reside en el esfuerzo colectivo. “Cada uno de nosotros tiene que ser partícipe en esta organización de una manera u otra.”

La manera más obvia es donar dinero a la organización, como han hecho los judíos de la diáspora desde hace muchas décadas. Pero otra forma es “seguir pasando el mensaje, siendo partícipe de nuestras actividades educativas y ecológicas y climáticas en el mundo entero”.

“Keren Kayemet es la tierra de Israel, es el pueblo de Israel, es el Estado de Israel”, y su misión es “seguir aportando esta luz justamente a través de nosotros al mundo entero.”

Nili Pitchon con el equipo de KKL México
Nili Pitchon con el equipo de KKL México