Enlace Judío – El gobierno de Israel aprobó hoy una resolución para legalizar tres aldeas beduinas no reconocidas en el sur del desierto del Néguev, cumpliendo una demanda clave del partido islamista Ra’am que forma parte de la coalición, informó The Times of Israel.

Las tres aldeas son Rakhma, Hashm al-Zena y Abda, según Yair Maayan, director de la oficina gubernamental a cargo de regular los asuntos de la población beduina. En estas aldeas viven aproximadamente 4,000 beduinos, según el Foro de Convivencia del Néguev.

De acuerdo a la resolución, el 70 por ciento de los residentes beduinos de la zona deben aceptar trasladarse a las aldeas recién reconocidas.

El gobierno también presentó una propuesta para crear un nuevo municipio beduino en el sur, que no esté afiliado a ninguna tribu en particular, en un plazo de 90 días.

Desde la creación del Estado de Israel en 1948, las autoridades han intentado reubicar a los beduinos, en su mayoría pastores, en aldeas reconocidas. Pero muchos beduinos insisten en su derecho a permanecer donde están, y unos 90,000 radican en decenas de pueblos no reconocidos en el sur del desierto del Néguev.

Gran parte de la construcción en estas aldeas es ilegal, ya que no existen ante la ley. Aunque Israel rara vez lleva a cabo expulsiones masivas, sí derriba regularmente viviendas y otras estructuras ilegales de los pueblos. Los residentes también viven sin acceso a suministros de agua y electricidad.

Uno de los principales argumentos de la campaña del líder del partido Ra’am, Mansour Abbas en las últimas elecciones fue mejorar las condiciones de vida de los beduinos del Néguev, ya que comunidades beduinas conservadoras son un electorado clave para su partido.

Los planes estaban programados para ser aprobados por el gobierno del entonces primer ministro Benjamín Netanyahu en diciembre de 2020. Pero la propuesta fue rechazada cuando miembros del gabinete exigieron legalizar también asentamientos ilegales en Judea y Samaria (Cisjordania).

“Durante la reunión, Netanyahu apoyó la legalización, al igual que otros ministros. Pero uno tras otro exigió legalizar los asentamientos también”, señaló Maayan y agregó que el ministro de Defensa, Benny Gantz, cuya oficina es responsable de otorgar los permisos en Judea y Samaria, se opuso a la legalización de los asentamientos.

“Al principio pidieron que se legalizaran solo tres o cuatro asentamientos, pero luego llegaron a decenas”, dijo.

Finalmente, la propuesta fue bloqueada hasta que se estableció el nuevo gobierno en julio.

Los activistas beduinos manifestaron su apoyo a la decisión de gobierno actual, aunque reconocieron que el proceso burocrático probablemente llevará algún tiempo. Las oficinas gubernamentales se ocuparán ahora de la planificación urbana sobre el terreno para convertir la legalización en una política viable.

“En general, es una decisión a la que podemos dar nuestra bendición. Hay espacio para la crítica, pero cuando se trata de un reconocimiento, es algo que siempre apoyaremos”, dijo Atiyeh al-Asam, director del consejo que representa a los municipios beduinos no reconocidos.

“Uno de los principales obstáculos será el número de viviendas que se incluyen en el plan de legalización”, dijo al-Asam. Los municipios beduinos no reconocidos suelen estar bastante dispersos, y el gobierno pretende reducir su dispersión.

“El reconocimiento es el primer gran paso. Ahora comenzaremos la fase de planificación, y veremos si el Estado tiene buenas intenciones o no”, añadió al-Asam.

Mientras tanto, la ministra del Interior, Ayelet Shaked busca vincular el reconocimiento de las aldeas beduinas con el de los asentamientos judíos no autorizados en Judea y Samaria.

La ONG de derecha Regavim, pro asentamientos, que asesoró a Shaked, también expresó un cauto optimismo.

“Este plan es a la vez una oportunidad y un riesgo. Por un lado, puede conducir a un cambio real en el Néguev, la restauración de las tierras estatales a manos del gobierno y el inicio del proceso de reasentamiento de los ocupantes ilegales beduinos”, dijo el director de Regavim, Meir Deutsch, en un comunicado.

Deutsch afirmó que los gobiernos anteriores han asignado tierras “sin fin” a los beduinos, y el plan actual podría repetir esa situación. “El mérito del plan del gobierno debe demostrarse con acciones, no con intenciones”, dijo.

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