Enlace Judío – El ministro de Finanzas de Israel, Avigdor Lieberman, sugirió este viernes que el hecho de que el líder de la oposición, Benjamín Netanyahu, no logró impedir la aprobación del presupuesto marcó el final de su control sobre el partido Likud, y dijo que “perdió su magia”.

Lieberman, un exaliado y confidente cercano de Netanyahu en el pasado que se unió a la coalición dirigida por Naftali Bennett y Yair Lapid, dijo que también ha visto un creciente disenso en el Likud sobre el exmandatario.

“No soy un mago, soy el ministro de Finanzas. El mago es otra persona”, dijo en una entrevista con el Canal 12 israelí sobre el presupuesto, refiriéndose a la reputación de Netanyahu de hacer magia política en el último momento.

“En mi opinión, su magia ha terminado”, dijo Lieberman, haciéndose eco de las palabras de la portada del periódico Yedioth Ahronoth de este viernes que decían: “Ningún conejo sale del sombrero ahora”, de acuerdo con The Times of Israel.

“En los últimos 3 días en la Knéset, casi todos los diputados del Likud se acercaron a mí y me dijeron: ‘Fuimos idiotas por escucharlo y no insistir en aprobar un presupuesto'”, dijo Lieberman, aunque reconoció que la mayoría de los miembros del Likud aún no ha hecho pública su oposición a Netanyahu.

“La era de la obediencia allí (a Netanyahu) ha terminado”, sostuvo.

Liberman también describió a Netanyahu como un hombre agotado y apático por la derrota parlamentaria.

“Vi a Netanyahu, lo conozco desde hace un tiempo. Allí estaba sentado un hombre que se había desconectado, sin pasión, sin energía”, dijo Lieberman, quien se inició en la política trabajando como jefe de gabinete de Netanyahu.

“No es una coincidencia que cometiera errores en su voto 6 o 7 veces y no es una coincidencia que se sentara con la cabeza gacha en su libro. Su cabeza está en otra parte”, dijo Lieberman.

Netanyahu, líder de la oposición política, votó accidentalmente junto con la coalición varias veces durante las sesiones de aprobación del presupuesto.

“Sucede que te confundes al votar. Pregúntenle a cualquiera que haya votado por Bennett”, dijo Netanyahu en Twitter tras los errores que cometió.

El Canal 12 israelí también citó al ministro de Vivienda y Construcción, Ze’ev Elkin, otro ex confidente de Netanyahu, diciendo que “la era de Netanyahu ha terminado”.

Al dirigirse a la Knéset el miércoles, antes de la votación, Netanyahu prometió continuar.

“Continuaremos luchando contra este terrible gobierno. No dejaremos piedra sin remover, buscaremos la forma de derribarlo, de devolver a Israel al camino correcto”, dijo.

Pero las perspectivas de Netanyahu de hacerlo son ahora muy reducidas, y ahora habrá un nuevo enfoque en su capacidad para mantener unida a la oposición.

El ex presidente de la Knéset, Yuli Edelstein, ha prometido abiertamente desafiar el liderazgo de Netanyahu en el Likud. Pero el ex primer ministro se ve reforzado por las encuestas de opinión que sugieren un mayor apoyo al Likud, incluso mientras enfrenta un proceso penal por presunta corrupción.

Lieberman también estimó que la coalición sobrevivirá a su mandato completo y dijo que confía en que el canciller Lapid se convertiría en primer ministro bajo el acuerdo de rotación con Bennett.

La Knéset aprobó el presupuesto de Israel para 2022 en la madrugada del viernes, despejando el último obstáculo de la compleja legislación y coronando un gran éxito para la frágil alianza gobernante de Bennett de 8 partidos ideológicos dispares.

No aprobar el presupuesto antes del 14 de noviembre habría resultado en la disolución del gobierno y elecciones anticipadas en el país.

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