Enlace Judío – El primer ministro Naftali Bennett confirmó este domingo que Israel estudia la compra de la nueva píldora antiviral de Pfizer contra COVID-19, informó The Jerusalem Post.
“Es posible que haya buenas noticias en forma de un medicamento para tratar el coronavirus”, dijo Bennett al comienzo de la reunión semanal del gabinete.
El mandatario añadió que durante el fin de semana pidió a los funcionarios de salud “examinar a fondo el asunto” de la adquisición de la píldora para Israel.
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“Si se aprueba el uso del medicamento, será otra herramienta importante para gestionar la pandemia, junto con las vacunas y las pruebas accesibles para todos, todo el tiempo”, dijo.
Anteriormente el director del Ministerio de Salud de Israel, Najman Ash señaló que el nuevo medicamento de Pfizer “parece prometedor”, pero subrayó que “tenemos que aprender acerca de su eficacia, efectos secundarios y costos”.
Ash dijo a la radio 103FM que se tomaría una decisión tras la publicación de los resultados completos del ensayo de la farmacéutica estadounidense , y previó que la “buena relación de Israel con Pfizer nos ayudará a traer el medicamento rápidamente”.
Pfizer anunció el viernes que su píldora antiviral experimental para COVID-19 redujo el riesgo de hospitalización y de muerte en casi un 90%.
En la actualidad, todos los tratamientos para COVID-19 utilizados en Estados Unidos son vía intravenosa. La píldora desarrollada conjuntamente por Merck y Ridgeback Biotherapeutics, ya está siendo revisada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) tras mostrar sólidos resultados iniciales.
El jueves el Reino Unido se convirtió en el primer país en aprobar la píldora de Merck.
Pfizer agregó que tiene previsto presentar sus datos a la FDA antes del 25 de noviembre. El director ejecutivo de la empresa, Albert Bourla, dijo que la farmacéutica está en conversaciones con unos 90 países para suministrar la píldora.
Mientras tanto, la morbilidad en Israel sigue disminuyendo.
El sábado se registraron 194 nuevos casos y 178 pacientes graves. Aunque el número de pruebas administradas durante el fin de semana es siempre inferior al de los días hábiles, la cifra es la más baja desde julio.
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