El evento “500 años de presencia judía en México” en el ICMI: Celebración de hermandad. Triunfo de las culturas. Abrazo de paz con la historia. 

Enlace Judío México e Israel – En el marco de la conmemoración por los 500 años de presencia judía en México, el diplomático celebró el vínculo entre los judíos y este país, al que contribuyen “en todos los ámbitos de la vida”.

“Hoy, y lo digo con gran dolor, México es probablemente uno de los pocos países en el mundo donde los judíos pueden exhibir abiertamente y sin temor su judaísmo”, dijo el señor Zvi Tal, embajador de Israel en México, como parte de un discurso lúcido y emotivo, en el marco del evento “Caminos de leche y miel”, que formó parte de las actividades conmemorativas por los 500 años de presencia judía en México. 

Minutos antes, el embajador Tal había emocionado a la audiencia, que abarrotó las instalaciones del Instituto Cultural México-Israel, en el centro de la capital mexicana cuando, al saludar al resto de los panelistas, se refirió a su homólogo de Marruecos, el señor Abdelfattah Lebbar, como “mi hermano”, gesto que acompañó de un abrazo que hizo que el público aplaudiera con una efusividad espontánea.

“El pueblo judío, a lo largo de los miles de años de su historia, ha conocido periodos de oscuridad y de luz, de persecución y de coexistencia armoniosa con sus anfitriones y con otras minorías que viven a su lado. De alguna manera, adaptándose a las nuevas circunstancias, mientras adoptan una visión a veces cínica de la vida”, dijo Tal, y ejemplificó esto último con una anécdota:  

“Se dice que alguna vez se le preguntó a un famoso violinista judío por qué tantos violinistas famosos eran judíos. ‘Probablemente pensaron que sería más fácil llevar un violín que un piano, huyendo de un país a otro’, respondió.”

En un discurso elocuente y conciso, el embajador de Israel señaló que “a pesar de los muros del gueto y de las muchas otras formas de segregación, el espíritu judío no estaba preconcebido para el aislamiento. Por el contrario, siempre buscaría formas de trascender, de sobresalir, de superarse y así tener una influencia en los procesos sociales, en el desarrollo de la ciencia y la tecnología, motivados por lo que nuestros sabios llamaron el Tikun Olam.”

Esto, dijo, ocurrió también “durante el periodo de esplendor de la cultura sefardí en España y en el norte de África, incluyendo a Marruecos”, recordó el diplomático. Durante sus diversos exilios, añadió, “los judíos buscarían formas de mantener las tradiciones judías, respetando siempre la ley y el orden del país anfitrión.”

Zvi Tal se dijo asombrado por “el aprecio que los judíos mexicanos sienten hacia el país en el que viven, el país que ha abierto sus brazos hacia sus antepasados, dándoles la misma oportunidad de estudiar, hacer negocios, tener éxito.”

En el público se encontraban varios ejemplos, prominentes miembros de la comunidad judía de México, empresarios, académicos, filántropos que escuchaban con atención las palabras del embajador. Presente estaba el Presidente del Comité Central de la Comunidad Judía de México, Marcos Shabot.

“No es de extrañar que haya tantas manifestaciones a diario de compromiso y contribuciones de ciudadanos mexicanos de fe judía en todos los ámbitos de la vida. Deseo a los organizadores mucho éxito con este y con los próximos eventos. Estoy seguro de que todos nos beneficiaremos enormemente de esta experiencia.”

Hermandad de las naciones

Antes, el moderador del evento, el maestro Sergio Vela, había dado la palabra a la Secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto, quien sin leer un discurso, logró cautivar al público con palabras sencillas y una actitud institucional pero amistosa. 

La funcionaria aprovechó su participación para hablar de la primera mikve de América, ubicada en la localidad de Juliantla (antes Judeana), en Taxco, Guerrero.  “No es un lugar tan conocido como debiera de ser parte de esta comunidad que está tan viva. Y creo que si en algo se hacen los lazos para la preservación del patrimonio es a través de la cultura. Y esta colaboración cultural bien vale la pena para rescatar esta memoria”, dijo. 

En lo que pareció una invitación extensiva a la comunidad judía de México, Frausto dijo que “hemos estado haciendo un proyecto de recuperación y me encantará, con esta sociedad tan comprometida con la unión de los pueblos, poder hacer un proyecto similar y conjunto.”

“Cuenten con nosotros”: Secretaria de Cultura federal

También recalcó el trabajo de la presente administración en la misión de rescatar objetos de gran valor patrimonial para la historia de México. Por ejemplo, “aquel esfuerzo que hizo Rafael Tovar al recuperar los manuscritos Carvajal, que se iban a subastar en Estados Unidos y que son parte fundacional también de esta comunidad.”

Dijo que “la defensa del patrimonio es una batalla que estamos dando todos los días. El patrimonio cultural no es un artículo de lujo que pueda venderse: es algo que debe divulgarse a la sociedad, que debe de tener oportunidad de ser conocido, y pues los invito a conocer esta gran exposición, ‘La grandeza de México’, en donde hay muchísimas de las piezas repatriadas. Más de 5,800 piezas desde que empezamos esta administración.”

Para concluir, Frausto dijo que “cuentan con nosotros, cuentan con la Secretaría de Cultura, siempre a nombre del gobierno de México. El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene muy claro que la hermandad de las naciones y de los pueblos es lo que nos ayudará a salir adelante como humanidad.” 

Nada que celebrar

En su turno, el presidente del Consejo Directivo de Centro Deportivo Israelita (organizador de la conmemoración de los 500 años, junto con la Fundación Hispanojudía), Isaac Roizen, aclaró que este 2021 “no celebramos y no festejamos. Una serie de eventos convergen en esta fecha. Los judíos, obligados a renegar sus creencias religiosas, fueron perseguidos por la Inquisición y expulsados de España. Muchos de ellos, convirtiéndose así en criptojudíos.”

Desde su lugar en el podio, el embajador de España, Juan López-Dóriga, escuchaba atento las palabras de Roizen, mientras tomaba notas para darle cuerpo a un discurso improvisado que rompería el protocolo más adelante, pues no se suponía que el diplomático tomara la palabra esa tarde.

Refiriéndose a los primeros judíos en pisar el continente, Roizen continuó: “Ellos llegaron acompañando a Hernán Cortés en 1519, pasando a formar parte de las actividades culturales y mercantiles locales, y estableciéndose en estas maravillosas tierras, conviviendo de manera excepcional con las comunidades originarias.”

A lo largo de su discurso, Roizen enfatizó en el carácter ambiguo, “agridulce” de la conmemoración que este 7 de noviembre vio reunidos a tantos célebres miembros de la comunidad judía, diplomáticos y funcionarios. 

“Son 500 años de resistencia indígena. 500 años que fueron y siguen siendo un momento crucial para entender el desarrollo de nuestra nación. 500 años de expulsión, conversión, búsqueda de nuevos horizontes, huída, conquista y resistencia, dan lugar a una conmemoración indispensable y necesaria.” 

Para concluir, Roizen dijo sobre los presentes que “somos un pueblo que debe ser pionero en la difusión y práctica de la tolerancia, la igualdad y los derechos de las personas, tanto por ser judíos como por ser mexicanos.” Luego agradeció a título propio y en nombre del CDI a quienes organizaron y formaron parte de los distintos eventos conmemorativos por los 500 años de presencia judía en México.  

El carácter gastronómico del evento se comenzaba a sentir en el aire. A la entrada del recinto, una enorme paella vegetariana se cocinaba lentamente. El muy judío azafrán teñía de amarillo un arroz que los invitados, desde sus asientos, ya comenzaban a imaginar. Junto al estrado, una mesa de cocina improvisada se había montado para que los chefs Becky Sandler y Pablo San Román iniciaran su participación. 

Canta el dolor del pueblo judío cuando salió de España

Pero antes, la presidenta del Instituto, la señora Jenny Serur, haría su propia aparición, y no sería esta deslucida ni falta de emotividad. La gente la recibió con un aplauso generoso y ella, acompañada por el solvente guitarrista Roberto Medrano, estremeció a los presentes con su voz potente y afectada. 

“Esta romanza que sigue es el dolor del pueblo judío cuando salió de España”, dijo antes de interpretar “Adió querida”. Luego, la dupla se apropió de “Abraham Avinu”, otra romanza típica de la música sefardí, que hizo que los presentes se pusieran de pie para aplaudir a la anfitriona. Ella interrumpió la ovación para dar paso a una canción más, no prevista en el protocolo, con que quiso homenajear a los españoles presentes, es decir, al presidente de la Fundación Hispano Judía, David Hatchwell Altaras y al propio embajador de España. 

Ambos le aplaudieron de pie cuando terminó de cantar “Madrid”, del legendario compositor mexicano Agustín Lara, lo que constituyó un momento cumbre para ese día que, si no era de celebración, se le parecía muchísimo. 

“Gracias al rey Mohammed V de Marruecos, que en paz descanse, yo estoy vivo hoy”: David Hatchwell, presidente de la Fundación HispanoJudía

En su momento, el propio Hatchwell aprovechó para recordar que “tenemos mucha suerte de vivir los sueños que hemos estado imaginando.” Al decir lo anterior, miró a su izquierda para encontrar la complicidad de la directora en México de su Fundación, Shula Serur.

“Me doy cuenta de lo emocionante y la magia que tiene este país. Este país es único (…) tiene una cultura absolutamente única en el mundo y, además, de las más diversas y ricas que hay en el planeta”, dijo. 

“Y España también lo tiene. Marruecos también lo tiene. Israel también lo tiene”, agregó, y en cada afirmación se volvió a mirar a los embajadores de los países que aludía, y que lo flanqueaban a derecha e izquierda en el presidio. 

“Soy sefardí, nací en España. Provengo de una familia que pasó cinco siglos en Marruecos, que nos protegió, y el judaísmo es intrínseco también a lo que es la nacionalidad marroquí. Y gracias al rey Mohammed V de Marruecos, que en paz descanse, yo estoy vivo hoy, porque él no permitió que la Francia de Vichy, colaboracionista con los nazis, diera la lista de judíos, y eso ha permitido algo que para mi familia es fundamental.” 

Milagros que son asumidos por personas normales de carne y hueso

Hatchwell tampoco había escrito su discurso pero eso no impidió que este fuera tan elocuente, fluido y emocionante como el de quienes lo precedieron en el turno al habla. Visiblemente feliz, el presidente de la Fundación Hispanojudía dijo que “la historia se fundamenta en pequeños milagros. En milagros que son asumidos por personas normales de carne y hueso pero que actúan de manera excepcional”.

Milagros como esta reunión que los presentes atestiguaban. “Lo que estamos haciendo hoy, aunque lo estamos viviendo dentro de una normalidad y una realidad, es un verdadero milagro, porque estar aquí congregados, en esta casa, realmente de culturas, esta casa que contiene un elemento histórico que es visible, y que además representa el esfuerzo de diferentes familias —y en particular, Shula, quiero mencionar a tu familia, a Jenny, a David, que fue un mensch, benefactor, como decimos en la tradición judía—, creo que estamos viviendo algo único.”

Concluyó diciendo que “el objetivo es que celebremos lo que tenemos hoy y de aquí en adelante. Todo en la historia es un conjunto de (episodios de) violencia y luego va transformándose en algo nuevo. Y para nosotros, estamos aquí para pensar realmente pensar en el futuro, en un futuro que tiene que ser positivo, de diversidad, de mestizaje, de crear puentes de entendimiento entre todos nosotros.”

Como si no hubiera bastado para que, una vez más, el público se sintiera intensamente motivado para aplaudir, Hatchwell felicitó a Israel y Marruecos, encarnados por sus representantes diplomáticos ahí presentes, por los Acuerdos de Abraham, que han permitido que ambas naciones comiencen a reparar una relación histórica de gran riqueza para sus pueblos. 

¿Existen los apellidos sefaradíes?

Le faltó paciencia al público para apreciar por completo la erudita ponencia que Alejandro Rubinstein ofreció acerca de los apellidos De la Caballería, Cota y Arias Dávila, cuyos orígenes históricos detalló para ejemplificar aquellos casos puntuales de apellidos indudablemente ligados a familias de “cristianos nuevos” o “marranos”, término peyorativo con el que eran conocidos los judíos conversos durante los duros años del edicto de expulsión. 

“Queridos sefardíes, ¡cuánto os hemos echado de menos!”: Embajador Juan López-Dóriga Pérez

Al término de esta, el embajador López-Dóriga se disculpó por interrumpir el protocolo de un evento que ya comenzaba a extenderse, pero su discurso resultó igual de pertinente que los de sus compañeros. 

“En abril de 2015, Su Majestad el Rey recibió, y lo digo con emoción, de un grupo de sefardíes, una vieja llave que simbolizaba la memoria de sus antepasados en España. En el mes de junio se publicó la ley 12, de concesión de la nacionalidad española a los sefardíes originarios de España, una ley aprobada por una amplísima mayoría del Parlamento”, comenzó su exposición. 

El diplomático, que según sus palabras había sentido la necesidad de intervenir, parecía responder de cierta forma a los numerosos señalamientos contra la Corona española que, con base en los antecedentes históricos, otros ponentes habían hecho a lo largo de la jornada. 

Todo ello ocurre en el contexto de una relación diplomática enrarecida entre México y España, debido a la insistencia del presidente Andrés Manuel López Obrador de pedir que la monarquía española se disculpe con México por las atrocidades cometidas contra los indígenas durante la Conquista y a lo largo de la Colonia. 

El embajador López-Dóriga dijo sobre la ley 12/2015 que era la culminación de un proceso de reencuentro que había iniciado desde el siglo XIX. Recordó que ya en el siglo XX se fundó la Alianza Hispanohebrea, en Madrid. “Y en 1920 se constituyó la Casa Universal de los Sefardíes.

En 1924, un decreto concedió la primera posibilidad de naturalización

“En 1924, un decreto concedió la primera posibilidad de naturalización, que permaneció abierto hasta 1930. Entonces, solo 3,000 sefardíes se acogieron, pero el marco jurídico que creó ese decreto permitió el dar protección consular a tantos judíos durante la Segunda Guerra Mundial.” 

Al respecto, el diplomático recordó que dicha protección alcanzó “no solo a los naturalizados, sino también, gracias al espíritu humanitario de un buen puñado de diplomáticos españoles, orgullo de nuestra profesión —dijo, mientras se tocaba el pecho con la mano izquierda—, ampliarlo a quienes no lo habían obtenido y a muchos judíos más.”

Puso como ejemplo los casos de “Ángel Sanz Briz en Budapest, de Sebastián Romero en Atenas, de Bernardo Roldán en París, de Julio Palencia en Sofía, de José Rojas en Bucarest, de Javier Martínez en Lisboa y de Eduardo Propper en Burdeos.”

La enumeración volvió a encender al público, que dedicó un extenso aplauso a la memoria de estos héroes que, desde su posición de diplomáticos, permitieron salvar muchísimas vidas destinadas a ser destruidas en los campos de exterminio nazis.

“Miles de judíos pudieron escapar a la destrucción” gracias al humanitarismo de dichos diplomáticos. El embajador enumeró una serie de gestos políticos que permitieron que la ley 12 fuera una realidad, y recordó que México ha sido uno de los países que más solicitudes ha presentado. 

López-Dóriga finalizó replicando para los sefardíes presentes un discurso que el rey Juan Carlos les dirigió en su momento: “Queridos sefardíes, gracias por vuestra lealtad, por guardar como un tesoro vuestra lengua y vuestras costumbres, que son las nuestras, y gracias también por haber hecho prevalecer el amor sobre el rencor, y por haber enseñado a vuestros hijos a querer a España. ¡Cuánto os hemos echado de menos!

“Con la ley, queremos decir que contamos con vosotros para construir cada día una España mejor y que esperamos mucho de vosotros”, finalizó el embajador. 

Sabores y olores de España y México. Y la estrella: la paella

La esposa del embajador de Israel, la señora Irit Tal, leyó un breve discurso acerca de la tradición culinaria de su país, que se remonta a la historia misma del pueblo judío, hace al menos 3,500 años. Eso dio pie para que los chefs Sandler y San Román dieran su propia exhibición de arte culinario. 

Una vez que los meseros comenzaron a desfilar con los canapés, y que la paella estuvo lista, así como los churros y el chocolate cortesía de El Morro, el recinto del siglo XVIII se impregnó con una mezcla de olores de Sefarad y México. El orden se rompió, el barullo lo inundó todo y el protocolo salió sobrando. No, esto no era una celebración pero en eso se convirtió.

Una celebración de hermandad entre pueblos. Un triunfo de las culturas. Un abrazo de paz con la historia.