Enlace Judío – El ejército israelí pretende reclutar a 500 soldados en el espectro del autismo para finales del próximo año, informó The Jerusalem Post.

Los reclutas se incorporarán al ejército en el marco del programa Titkadmú (Avancen) de la Dirección de Recursos Humanos de las FDI, a cargo de alistar a personas con autismo.

“Actualmente tenemos 52 soldados con autismo en el programa, y a finales de diciembre aumentarán a 70. A finales de 2022 habrá más de 500”, confirmó el capitán Udi Heller, egresado del programa.

Según Heller, se ha registrado un aumento del 18% año tras año de diagnósticos de autismo en el sistema educativo de Israel; 19,500 en 2019, 27,300 en 2020 y aproximadamente 32,000 este año.

“No hay razón para que no haya entre 10,000 y 15,000 soldados con autismo en el ejército. Queremos que miles de reclutas con autismo sirvan en las FDI; no es un ejército de genios únicamente”, dijo Heller.

El primer soldado diagnosticado con autismo se presentó como voluntario en 2006. Además de Titkadmú, en la actualidad unas 200 personas con autismo se ofrecen como voluntarias a través de otras organizaciones y programas como Ro’im Rajok (que en hebreo significa “ver a distancia”), que ayuda a alumnos del espectro a prepararse para el servicio militar.

Titkadmú ayuda a voluntarios con autismo a integrarse al servicio militar a través de mentores que los acompañan durante todo el servicio.

“Este proyecto comienza desde su aviso de reclutamiento y a lo largo de su servicio hasta que son liberados”, explicó Heller. “Les permite tener éxito tanto en el ejército como en la vida civil, ya que reciben entre tres y cinco años completos de formación profesional”.

Actualmente muchos de ellos destacan en unidades que inteligencia como la Unidad 9900 que se ocupa de recopilación de información mediante satélites.

“Gracias a este proyecto, un joven superdotado entró en un puesto muy singular que estaba hecho a su medida en la unidad 8200”, dijo Heller. “Otro recluta con autismo de alto funcionamiento sirve actualmente en la división de investigación de la Inteligencia Militar y un tercer voluntario que no es de alto funcionamiento sirve como técnico”.

Heller sostiene que aunque jóvenes con autismo tienden a necesitar más ayuda en algunas situaciones y los comandos deben ser más conscientes de sus necesidades, “el ejército también puede ser muy bueno para ellos. Pueden especializarse en un área que les gusta y en la que destacan. También se adaptan bien a los horarios y las rutinas establecidas”, explicó Heller.

“Hay pocos países en el mundo que permiten a personas con autismo ofrecerse como voluntarios en el ejército como Israel. Otros países ni siquiera reconocen el espectro y los jóvenes son obligados a servir igual que el resto de los reclutas”, agregó y explicó que esto puede llevar a escenarios terribles como la cárcel y el suicidio.

Los padres deben informar a organismos gubernamentales como los ministerios de salud y educación sobre el diagnóstico de su hijo, algo que muchos intentan ocultar para que el joven pueda servir en las FDI.

Heller fue diagnosticado con autismo a los tres años, pero debido a que sus padres no lo notificaron al Ministerio de Salud o de Educación, fue reclutado por las FDI como los demás jóvenes de 18 años. Al principio no fue fácil, pero luego sus comandantes detectaron su potencial, dijo.

“Este proyecto abre las puertas a miles de personas”, destacó. “Los padres me escriben que su hijo tiene ahora un futuro. El servicio militar en las FDI es un ethos, es algo muy importante”.

“Si hay una manera de cambiar el estigma sobre el autismo es reclutando a jóvenes en el espectro. Hay espacio para todos en las FDI”, apuntó.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico