Enlace Judío – Los cambios provocan incertidumbre y miedo, y no fue la excepción el anuncio que, apenas hace unos días, hicieron los directivos del Colegio Hebreo Sefaradí y el Colegio Israelita de México ORT, respecto a la fusión entre ambos, que permitirá la creación de una nueva institución académica para la comunidad judía de México.

Para reducir la incertidumbre y ofrecer respuestas, conversamos en exclusiva con Avi Meir, director general del Colegio Israelita de México ORT, y próximo director de esta nueva institución académica, cuyo nombre no ha sido anunciado todavía.

“El 7 de noviembre, domingo, el Colegio Hebreo Sefaradí y el Colegio Israelita de México ORT anunciaron una alianza especial, una alianza que muchas veces fue (motivo de) discusión en la comunidad”, dice Meir.

Las razones de esta fusión son, al menos en parte, económicas. “En muchas ocasiones, la gente de la Red Judía habló de muchas escuelas con pocos alumnos”. La multiplicidad de modelos educativos, aparatos administrativos y planteles supuso un reto que, además, se agudizó con la pandemia.

Por eso, cuando 2 grandes colegios provenientes de distintas comunidades decidieron unir fuerzas, se comprometieron con un mismo objetivo: la educación de los niños judíos. Pero eso supuso también la necesidad de abrir la mente.

“Creo que la alianza que anunciamos el 7 de noviembre (…) es un cambio en la mente de la comunidad”, dice Meir. “Es un giro, no solamente en el aspecto educativo sino en el trabajo comunitario”.

Se trata de la unión de 2 fuerzas que, en conjunto, suman casi 180 años de experiencia educativa.

“Es un ejemplo para demostrar a todos que las diferencias nos enriquecen y lo común nos une. Creo que es un ejemplo para muchas instituciones en la comunidad de que necesitamos abrir la mente y unir fuerzas para trabajar y conseguir la meta que, en este caso, es la educación judía en México”.

Unirse en la diferencia

La unión de 2 comunidades educativas que provienen, cada una, de distintos orígenes, la sefardí y la ashkenazí, permitirá, según quienes la impulsan, educar a los niños en un mundo donde “tenemos muchísimas diferencias y menos cosas” en común.

Se trata de un proceso que inició hace un año, con el acercamiento de las directivas de los 2 colegios. “Hace 8 meses comenzaron a trabajar equipos y comités” para darle forma a este proyecto.

Durante meses, las directivas de las escuelas han estado aterrizando el modelo educativo de la escuela, y formando “comités administrativos, comités ante la SEP, ante las universidades, ante organizaciones. El resultado es que “logramos crear una nueva institución intercomunitaria, en verdad intercomunitaria, que tiene mucho empuje y visión hacia el futuro”.

Aunque los involucrados imaginaron un mundo de diferencias, cuando comenzaron a trabajar juntos se dieron cuenta de que si se enfocaban en las ideas comunes y en la misión de crear nuevos proyectos, podrían conseguir grandes cosas.

La idea es inculcar a los niños la idea de que “lo importante es pertenecer a un pueblo, no a una comunidad chiquita. Lo más importante es ser judío, no ser judío sefardí, ser judío ashkenazi, ser judío halabi. Esto es importante, que cada uno tenemos las tradiciones de nuestros abuelos, la comida, el rezo… pero lo común entre todos estos subgrupos en el pueblo judío es ser judío.”

Para Meir, lo más importante en la educación judía es reforzar el sentido de orgullo “y aprender de los otros”, quien afirma que durante 8 meses diseñamos muchísimas cosas y (logramos) avances muy importantes”.

El modelo educativo

El nuevo modelo educativo que dará sustento a la unión de los colegios es la metodología ABP (Aprendizaje Basado en Proyectos) para los niveles primaria, secundaria y preparatoria, y una combinación entre este modelo y el sistema Montessori en preescolar.

“Montessori es una filosofía que ve el avance individual de los niños y la ABP es generar herramientas para trabajar en equipo”. Esta combinación de modelos, dice Meir, caben muy bien en el nivel preescolar, uno de los niveles educativos más importantes en la formación de los niños.

Durante estos meses, un comité especialista checó la infraestructura de los 2 colegios, “un comité profesional, y el plantel del nuevo colegio, la creación del nuevo colegio, el plantel va a estar aquí, donde está la Idishe actualmente”.

Aclara que “hay una diferencia entre institución e instalación. La institución va a estar formada por las 2 escuelas y diseñada por las 2 escuelas, (mientras que) la instalación va a estar donde está la Ídishe ahorita, por la capacidad de niños que pueden estar aquí.”

Utiliza una metáfora para explicar la decisión: “una familia, cuando crece, busca una casa más grande”, y esa casa más grande es el actual Colegio Israelita de México ORT. Al final, “el alma de una escuela es su modelo educativo”, no sus instalaciones.

Respecto a este modelo educativo, Meir asegura que el que está impulsando esta nueva institución dará a los niños más opciones para orientarse vocacionalmente en una edad crucial para su formación.

Los 3 años de preparatoria son muy importantes, dice, pues durante este periodo se les da a los jóvenes las herramientas para que elijan su carrera profesional y, antes, su área. A decir de Meir, muchas veces los jóvenes eligen mal su carrera o la eligen por las razones incorrectas, pues no tienen la información ni la experiencia necesarias para hacerlo.

El modelo educativo impulsado por esta nueva institución académica, cuyo nombre aún está en proceso de decisión, hace énfasis en proveer a los estudiantes de estas herramientas de decisión, mediante una gran cantidad de asignaturas por las que podrán optar a lo largo de la preparatoria, tanto teóricas como prácticas.

“Desarrollamos, hace 5 meses, un modelo diferente —las 2 escuelas, que no existe ahorita ni en la Sefa ni en la Ídishe—, de una preparatoria donde el niño va a armar su horario, va a elegir materias que no existieron hasta ahorita, y va a ser dueño de sus estudios”.

En el nuevo modelo habrá 4 módulos. Uno de ellos estará formado por un menú amplio de materias de especialidad, de entre las cuales el estudiante elegirá una cada semestre, lo que le dará una visión más amplia y le permitirá orientar su vocación basado en su experiencia.

La unión de fuerzas entre estas 2 instituciones académicas permitirá ofrecer este menú más amplio de opciones. “Nos estamos asesorando con los mejores asesores de México y fuera de México” para diseñar el modelo educativo, nos cuenta Meir.

Sobre cómo se llamará esta nueva escuela, su próximo director general aclara que “estamos en un proceso de fijar el nombre de la institución nueva (…). Creo que el fondo es más importante y ya empezamos a transmitir a los papás y los alumnos el modelo educativo nuevo, que es lo más importante”.

Una gran escuela

El anuncio de la fusión no solo despertó dudas: también interesó a muchos padres de familia que vieron en el anuncio una oportunidad de darle a sus hijos una educación más plural e integrada.

“Después del anuncio recibimos, el lunes 8, muchísimas llamadas para checar datos del proyecto y para recibir información para integrarse”. Por eso, “hoy en día el pronóstico de la matrícula de los niños va a a estar en los 1,200 o poco más”. Esta cifra supera al alumnado actual de las 2 escuelas por separado, pues muchos niños de otras escuelas están aplicando para integrarse a esta nueva institución.

Una y otra vez, Meir insiste en el carácter intercomunitario de esta nueva propuesta académica. “Es una escuela que va a estar abierta para todas las comunidades en México como una filosofía educativa”, por lo que se le podrá llamar un proyecto “orgullosamente intercomunitario.”

Respecto a los restos que implicó la fusión de 2 visiones diferentes, de 2 comunidades aparentemente divididas por tradiciones, ideas y formas de ser, Meir dice que tener un mismo objetivo facilitó el trance.

“Un proceso de creación entre 2 lados que tienen un derecho para opinar y un prestigio es un proceso creativo. Las cosas que encontramos al principio… Voy a dar un ejemplo: entre las visiones de las escuelas, son casi similares. La dirección es diferente. Hay situaciones educativas que pusimos a la mesa y hablamos de estas situaciones y llegamos a un acuerdo”.

El trabajo fue duro pero “fue una experiencia muy enriquecedora para mí y para el equipo que trabajamos con (ella). Con gente muy abierta y con visión de futuro, no se enfocan en cosas pequeñas y no ponen obstáculos para trabajar los dos equipos”.

El resultado del esfuerzo conjunto está apunto de revelarse. “Nuestro modelo educativo está aterrizado y nos falta el tejido fino de algunas cosas, pero estoy orgulloso para decir que los dos equipos, que somos uno ahorita, después del anuncio, tenemos un equipo único que trabaja con mucha pasión por la educación”.

Para lograrlo, fue necesario recordar el fin común y olvidar las diferencias. “Muchas personas en este proceso renunciaron a su ego y se enfocaron en la meta principal que es la educación. Patronato, consejo, mesas directivas… es una cosa maravillosa que pasó en este proceso”.

El proceso de integración

A pregunta expresa sobre cómo los directivos de la nueva institución piensan preparar a los niños para integrarse, Meir abunda: “Tenemos un plan de acción de integración y bienestar, (vamos a) empezar a hacer encuentros entre alumnados de los dos colegios, entre equipos de maestros y entre padres de familia. Estos tres públicos necesitan conocer y ver la belleza que puede dar uno al otro y convivir juntos.”

Ayer mismo, antes de la entrevista que nos concedió, Meir visitó el Colegio Hebreo Sefaradí, donde tuvo “el privilegio de hablar con los alumnos.” En su cabeza había muchas dudas sobre cómo reaccionarían los niños. “Y los niños son maravillosos. Nada político. Hicieron preguntas, la verdad, valiosas. Pero con una tendencia a decir ‘queremos pero tenemos dudas’. Y es el proceso que vamos a tener en estos meses”.

Como parte de las labores de integración, se realizarán “pláticas, encuentros, diálogos” para reducir el miedo que, dice, es producto de la incertidumbre. “Cuando ya conoces a la persona que está en frente de ti, los miedos bajan”.

Al final, el objetivo de esta nueva escuela es “enseñar a los niños que son hermanos del mismo pueblo, de la misma comunidad. Es lo más bello que podemos dar en la educación judía”.

Acerca del papel que jugarán las comunidades, Meir asegura que “la nueva institución no va a tener una comunidad arriba de ella. Ninguna comunidad va a dirigir esta nueva institución. Solo el grupo profesional de la escuela con apoyo del grupo voluntario de la escuela que hoy en día conocemos como Patronato”.

La ejecución del modelo y la filosofía educativos será independiente de las comunidades. “Sí vamos a tener lazos muy estrechos con comunidades que enriquecen el proceso educativo. La Kehile, la Comunidad Sefaradí, Bet-El. Todas estas comunidades enriquecen el proceso educativo, enseñan a los niños las caras diferentes de ser judío, y creo que es la manera que los niños van a abrir los ojos a un mundo completo y no a un mundo muy segmentado”.

La filosofía de esta nueva institución académica será “humanista, pluralista, tolerante (y mostrará) qué todos podemos vivir abajo de un techo, abajo de un paraguas, cuidar nuestras diferencias, disfrutar de ellas, enriquecer al otro con nuestras cosas particulares pero encontrar  lo común”.

Para Meir, Israel ha sido capaz de reducir las diferencias entre las distintas comunidades judías que lo formaron. En ello, el Ejército jugó un papel crucial, pues permitió unir a los distintos grupos bajo un objetivo común. Eso espera que ocurra en México y no duda en afirmar que esta nueva escuela jugará un papel importante para conseguirlo.

La comunidad judía en México es una comunidad muy fuerte, que apoya a sus miembros, es una comunidad hermosa que tiene mucho poder. Pero adentro de la comunidad hay subcomunidades que a veces, si se juntaran, podrían tener muchísima más fuerza. Y creo que este proyecto, con otros proyectos que van a seguir en el futuro, va a enseñar que el poder es (producto) de la unión”. Finalmente, “la unión y la hermandad son valores muy importantes en la cultura judía”.

Las escuelas de la Red Judía comparten un mismo compromiso: ningún niño judío debe quedarse sin educación por falta de dinero. Esta visión prevalecerá en la nueva institución formada por la unión entre el Colegio Hebreo Sefaradí y el Colegio Israelita de México ORT.

Unir fuerzas y recursos, al tiempo que se simplifican los aparatos administrativos, permitirá a la nueva escuela dar cabida a los niños cuyas familias no cuentan con los recursos necesarios para pagar colegiaturas elevadas.

“Las personas que necesitan un apoyo económico para recibir educación judía, no se van a quedar sin educación judía. Es nuestra promesa”.

Meir luce entusiasmado, optimista y, sobre todo, agradecido por “la apertura de la comunidad judía”. Antes de despedirse, quiere dar las gracias “a las comunidades Sefaradí, la Kehile que, la verdad, la única cosa que les importó es la educación de nuestros niños.”

También hace extensiva su gratitud a los patronatos y a los consejos de las dos escuelas, “que enseñaron un liderazgo verdadero y visionario a esta comunidad. Y a todas las personas que pusieron las manos a la obra, y van a seguir haciéndolo, para crear este nuevo horizonte para nuestros niños de la comunidad. Mil gracias a este grupo maravilloso de personas que dijo: ‘vamos a actuar y vamos a mejorar la educación en la comunidad judía mexicana’”.

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