Enlace Judío México e Israel- Hace cuatro meses, la Dra. Judy Kronenfeld, estaba a punto de saber si una masa sospechosa en su pulmón izquierdo era cáncer de pulmón. Se sometió a dos procedimientos quirúrgicos mínimamente invasivos y tuvo un diagnóstico de cáncer, estadificación y cirugía en cuestión de horas, no días o semanas.

“Quería saber la realidad de mi enfermedad y no quería esperar”, dijo Kronenfeld, de 78 años, residente en Riverside, California, poeta, autora y conferencista emérita en el Departamento de Escritura Creativa de la Universidad de California, Riverside. “No puedo imaginar otra forma de haberlo logrado”. El enfoque que eligió Kronenfeld es una opción quirúrgica simplificada  en Cedars- Sinai, que incluye dos procedimientos robóticos para pacientes con sospecha de cáncer de pulmón. Se diferencia drásticamente de la “cirugía abierta” tradicional, que implica una gran incisión en el pecho y muchas semanas de recuperación.

El primer procedimiento robótico emplea una plataforma de biopsia de alta tecnología, llamada Ion, que crea un mapa 3D del pulmón del paciente. Mientras el paciente está bajo anestesia, el equipo quirúrgico usa ese mapa y una cámara para navegar con precisión con un broncoscopio robótico hasta la masa sospechosa y obtener una biopsia. La muestra de tejido se extrae con precisión y luego se entrega a un patólogo que determina, en 15 minutos, si el paciente tiene cáncer.

Un “cambio de paradigma”

Este es un cambio de paradigma en el tratamiento y la atención de los pacientes con cáncer de pulmón”, afirma el cirujano torácico Dr. Harmik J. Soukiasian, director de la División de Cirugía Torácica en Cedars-Sinai Cancer y experto en cirugía robótica. “Con este procedimiento, podemos brindar a los pacientes la mejor atención posible, con la tecnología más avanzada y en el menor tiempo posible, desde la cita con el paciente hasta su tratamiento, todo en un día”. Si se diagnostica cáncer después de la broncoscopia, el paciente permanece bajo anestesia para el segundo procedimiento quirúrgico robótico utilizando un robot quirúrgico da Vinci. El cirujano hace unas pequeñas incisiones en el pecho en las que se inserta el equipo quirúrgico y una cámara para guiar y realizar la operación. El cirujano se sienta en una consola frente a una pantalla de video a varios pies de la mesa de operaciones y dirige la cirugía, asistido por un equipo multidisciplinario. Las imágenes en 3D ampliadas de la cámara aparecen en la pantalla de la consola, lo que permite al cirujano extraer de forma robótica la masa, los ganglios linfáticos e incluso un lóbulo completo.

Los dos procedimientos combinados duran aproximadamente tres horas. Después de la cirugía, el paciente pasa un tiempo en una sala de recuperación y luego es trasladado a una habitación privada durante un par de días antes de regresar a su casa para recuperarse, con un plan de establecido de tratamiento.

Cuanto más corto, mejor

“Cuanto más corto sea el período de tiempo que el paciente tiene cáncer en su cuerpo, estará mejor”, dijo Soukiasian. “Es mejor tanto a nivel biológico como psicológico. Podemos acortar el tiempo que los pacientes y sus familias están luchando con lo desconocido y permitir que los pacientes se liberen de su enfermedad”. Si los resultados de las biopsias del tumor y los ganglios linfáticos revelan que el cáncer se ha diseminado, lo que indica una cirugía más compleja, se saca al paciente de la anestesia. La segunda cirugía robótica se pospone hasta completar la quimioterapia, que encoge los tumores.

Por lo general, llegar al fondo de un diagnóstico de cáncer y el comienzo del tratamiento, implica imágenes, una biopsia, un análisis patológico extenso, estadificación de la enfermedad, cirugía invasiva que puede requerir romper la caja torácica y consultas con un oncólogo para trazar un régimen de tratamiento. Lograr eso puede llevar hasta 52 angustiosos días, dijo Soukiasian.

Evitando la ansiedad

“A mi suegra, quien vive fuera de la ciudad, le diagnosticaron cáncer de pulmón y pasaron casi dos meses desde el descubrimiento de una masa hasta la cirugía”, dijo Soukiasian. “Causando ansiedad a toda la familia”.

Kronenfeld ya se había sometido a una cirugía robótica con Soukiasian en marzo de este año para extirpar un quiste benigno en el timo, una glándula que se encuentra en la parte superior del pecho debajo del esternón. Una tomografía computarizada relacionada con ese procedimiento también detectó un área de opacidad pulmonar, o aumento de densidad, en su pulmón izquierdo, lo que provocó la biopsia posterior. Kronenfeld eligió los procedimientos robóticos basándose en el éxito de su procedimiento anterior y su deseo de evitar la opción de cirugía abierta más invasiva. Cuando despertó de los procedimientos gemelos, recibió el diagnóstico de cáncer de pulmón y se enteró de que Soukiasian le había extirpado el cáncer de pulmón.

“Psicológicamente, fue conveniente recibir la noticia rápidamente, pero aún así fue difícil descubrir que me habían extirpado parte del pulmón y que me enfrentaba a un tratamiento”, comentó Kronenfeld. “Sin embargo, cuando lo pensé después, supe que no quería despertarme de la anestesia, esperar un prolongado informe patológico y luego tener que someterme a una nueva cirugía varios días después. Me siento bien por las decisiones que tomé”.


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