Enlace Judío – El primer ministro Naftali Bennett respondió este viernes a críticas por el viaje de su familia al extranjero a pocos días después de que él recomendó a los israelíes no salir del país debido al surgimiento de la variante Ómicron de coronavirus, informó The Times of Israel.

“Estoy abierto a las críticas, y en este caso también las acepto”, escribió, abordando el tema al final de una extensa publicación en Facebook antes del sábado.

“No todas las críticas son un ataque personal, y no todas nuestras decisiones son perfectas”, agregó el primer ministro.

Luego pasó a defender a su esposa, Gilat, llamándola “la persona más encantadora y bondadosa que conozco” y explicó que solo buscaba darles un respiro a sus hijos después de un año tumultuoso “durante el cual sus vidas fueron puestas de cabeza”

Bennett insistió en que su familia había sido transparente sobre sus planes desde el principio y que su esposa e hijos entrarán en cuarentena al regresar, como se exige a todos los israelíes.

“Les deseo a todos los vacacionistas un regreso sano y salvo”, escribió.

Según la cadena israelí Canal 12, Bennett esperaba que su esposa cancelara las vacaciones luego de que él sostuviera una conferencia de prensa el viernes pasado durante la cual recomendó no viajar al extranjero.

“Mi esposa me va a matar”, presuntamente dijo Bennett a su personal cercano luego de que dio el anuncio, según la cadena.

Algunos funcionarios de la oficina de Bennett presuntamente intentaron convencer a la esposa del primer ministro de que no se fuera de vacaciones familiares esta semana, conscientes de la mala óptica cuando el gobierno de Israel impuso restricciones a los viajes al extranjero en respuesta a la variante Ómicron.

Bennett ha sido objeto de fuertes críticas de todo el espectro político desde que se conoció la noticia el miércoles sobre el viaje de su esposa e hijos.

El primer ministro intentó defender la decisión señalando que la situación ha cambiado desde entonces y que la familia cambió sus planes para ir a un país al que el gobierno no prohibía viajar.

Según el Canal 12, hubo al menos una persona en la Oficina del Primer Ministro que intentó que Gilat Bennett cancelara el viaje, a un lugar no revelado, pero ella se negó.

El propio Bennett no estaba contento con el viaje, afirmó el reporte, que lo citó diciendo que “no se ve bien” y “daña la confianza del público”, pero fue en vano.

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