Enlace Judío México e Israel- Con la fe y la determinación singular que solo pueden tener quienes viven la certidumbre de haber encontrado su camino en la vida, está naciendo Attesi, una comunidad judía (nosotros le llamamos “kibutz”) que se construye en medio de grandes bosques y con una meta altamente espiritual: conectarse con la creación.

“Un lugar como este es muy beneficioso para que la gente pueda reencontrarse consigo misma”, comenta su  fundador Gabriel Mondlak”.

Villa de Allende, en el estado de México  -a una hora y media desde el occidente de la capital federal- es la tierra fértil y exuberante que junto con sus impulsores está dando vida a este emprendimiento. El equipo editorial de Enlace Judío se trasladó hacia este “lugar hermoso” (Attesi, en lengua mazahua) para conocer los avances del proyecto que comienza a abrirse al público luego de ocho años desde que en 2013  los compradores  compraran el terreno para iniciar los trabajos.

 El proyecto se construye sobre una superficie de 10 hectáreas y sobre un suelo muy fértil de esa región, siguiendo la tradición y principios religiosos, como un desarrollo centrado en el judaísmo y en la colaboración comunitaria.

A la fecha, el espacio ya está habitado por 10 familias. Cuenta con templo, escuela Montessori, restaurante “Farm to Table”, zona para acampar –actualmente se terminan de construir las cabañas-, área de juegos infantiles con cancha de futbol y una sorprendente mikve (baño ritual) con agua de manantial, enterrada a cinco metros y rodeada de abundante vegetación que coronan enormes árboles, de más de 30 metros de altura… y mucho más.

Con las miradas de varios niños en edad de kínder, posándose intrigadas sobre los cuatro visitantes, inició este recorrido entre senderos laberínticos.

El motor espiritual comunitario

Algo que define a este proyecto  Attesi, es su conexión con el judaísmo. En parte le ayudó a Gabriel emprender este proyecto, su gusto por la naturaleza.

Señala que mantiene una parte de interacción con el entorno, esto incluye a los pueblos aledaños. “Hay interlocución y muy buena relación con la comunidad local”.

En su toma de decisiones en Attesi se apoya en la  ley judía.  “Es una buena forma de toma de decisiones. Todos estamos comprometidos al 100% con nuestro judaísmo. En Attesi, hay todo tipo de judíos y para coexistir en conjunto, buscamos los puntos en común”.

Expresa Gabriel que en el mundo de hoy, no hay un entendimiento de la relación entre causa y efecto, por ejemplo nadie se pregunta cómo llega el agua a la casa o de dónde viene su comida. “Aquí en el proyecto, hacemos énfasis en valores diferentes como pasar tiempo con la familia, cultivar relaciones de amistad y al crecimiento espiritual. “Los valores son conciencia, coherencia y compartir”.

Gabriel sostiene que parte de la misión del pueblo judío es “revelar la luz de la unidad”, y cuando los seguidores de la fe hacen buen trabajo, lo mejor es compartirlo. Admite que aun siendo judío, como muchos otros, estaba fuera del camino. “Este proyecto de Attesi tomó una opción trascendental en su reconexión con su judaísmo”.

¿Fue esto como una rebeldía positiva contra el sistema? “Son varias cosas, al principio te peleas, pero luego utilizas todo lo bueno del sistema que hay, a tu favor ”.

La cara agrícola sustentable del proyecto

Una parte fundamental del  proyecto es la producción de alimentos orgánicos, como huertos biointensivos, huertos intensivos, bosque comestible, huertos de plantas medicinales, agricultura sintrópica, invernadero para hortalizas; sin faltar el laboratorio de elaboración de procesamiento de alimentos, puesto que uno de los objetivos de todo Attesi es que los residentes puedan cultivar su propia comida y tener acceso a una mejor calidad nutricional.

Además de producir más de  cincuenta variedades de hortalizas y plantas medicinales, también crían pollos para la producción de huevo  y borregos para regenerar el suelo. La mayor parte para autoconsumo, y otra parte de intercambio  con la comunidad local. “En Attesi, -explica Gabriel- somos muy cuidadosos con el ecosistema”.

Además de que Attesi es atravesado por un arroyo, se construyeron tres estanques para captar agua de lluvia y poder regar con ella en tiempo de sequía. “Buscamos implementar sistemas de producción de alimentos que repliquen la estructura de un ecositema natural, en el cual cada una de las plantas se siembra para resolver una función. Por ejemplo, plantas para fijar nitrógeno en el suelo”.

Entre otras labores comunitarias que realizan está el rescate de las colmenas de abejas.

Gabriel señala que los procedimientos que emplean en Attesi  son sustentables y tienen distintas formas de generar energía y buscar ser lo más resilientes posible.

En resolver la problemática de desechos humanos, utilizamos baños secos; lo que les permite darle una solución a un problema que, hoy, enfrenta la humanidad. Producen composta de la más alta calidad y así regresar a la tierra lo que tomamos de ella y  estar en equilibrio y armonía con el planeta.

“Además, cada año,  hacemos estudios de suelo para ver cómo se va regenerandose nuestro suelo”.

La faceta humana y personal

Gabriel Mondlak es abogado de profesión, fiel seguidor del judaísmo.

Llevaba una existencia vacía. Buscar un propósito en la vida es algo fundamental, señala. “ Cada mañana me levantaba sin ilusiones… Entonces me dije: tengo que fijarme objetivos, encontrarle sentido a mi vida, porque no me imagino llevar una existencia vacía”.

Así nació Attesi. “En el mundo, mucha gente está pidiendo respuestas…vivimos hipnotizados por la pantalla, pero muchas personas se sienten vacías y el último lugar donde se les ocurre buscar ayuda es en su propia religión”.

¿Cuál fue el detonante que lo llevó a ese cambio? “Toqué fondo en la perdición del mundo material, nada me llenaba… y pensé que como muchos otros, necesitamos regresar a la raíz”

“ En un lugar como Attesi la gente puede venir y reencontrarse en este punto de convergencia”.

Cuenta que cuando contrajo nupcias le dijo a su esposa: “Esto es mi proyecto…”. “Como que ella tenía dudas, pero ahora ella está más feliz que yo. El trabajo con la tierra a las personas nos da humildad. De esa manera funciona la magia”.

La educación de los niños en Attesi sigue el modelo Montessori, que les estimula todas sus capacidades y les fomenta la autonomía.  “La tranquilidad ayuda mucho en la educación…es muy enriquecedora. Esto es diferente”, responde la maestra Alicia Salmón, uno de los testimonios recabados para este reportaje.

Esa es una meta en Attesi: “Disfrutar a la familia, tener la oportunidad de trabajar, y lo más importante es que los niños están en contacto con la naturaleza”.

El futuro, más apertura a visitantes

En un futuro cercano, se puede vislumbrar que Attesi tendrá mayor movimiento, por los visitantes. Para lo cual se prepara; su zona de acogedoras cabañas para acampar tiene avances muy cercanos al uso inmediato, con mobiliario y todo, próximo a estrenar.

“A raíz de la pandemia la gente se cuestionó mucho su forma de vivir. Vivir en la naturaleza nos da otra manera de conectarnos. La conexión con la tierra todos los días me revive; oler las flores, ver el rocío”.

También la mikve -el baño ritual-, como un tipo de piscina, está lista, con sus aguas frías por la temporada. Solo uno del equipo visitante cede a la tentación de vivir un rato de emoción inesperada… y decide sumergirse en el agua de pureza natural, mística.

Este proyecto está en una transición hacia lo público; la idea de su promotor es ofrecer los espacios para que la gente pueda venir a tener una experiencia que les haga tener una transformación profunda”.

Gabriel Mondlak refleja total confianza en su audaz proyecto. “No me vería haciendo otra cosa. Estoy contento con lo que estamos materializando”.

FHG