Enlace Judío – Gabriel Boric, un legislador de izquierda de 35 años de edad que ha sido muy crítico con Israel y los judíos chilenos que lo apoyan, fue elegido presidente de Chile en una victoria aplastante el fin de semana pasado. Boric, quien saltó a la fama como líder estudiantil, ganó con 56% de los votos, 12 puntos sobre su rival conservador, José Antonio Kast, un político de derecha proisraelí.

La elección dejó a muchos judíos chilenos incomodos porque tuvieron que elegir entre Boric, quien ha alentado a los judíos chilenos a presionar por concesiones territoriales israelíes, y Kast, cuyo padre era un nazi y que ha defendido el legado de Augusto Pinochet, el jefe de la dictadura militar de Chile que mató a miles de disidentes en la década de 1970. La mayoría de los judíos parecían estar de lado de Kast y le dijeron a la agencia JTA el mes pasado que su comunidad estaba experimentando “una sensación de asedio”.

En su discurso de victoria, Boric prometió “luchar firmemente contra los privilegios de los pocos” mientras busca avanzar en su visión del futuro de Chile. Garantizó que será un presidente que se preocupa por la democracia y no la arriesga, escucha más que habla, busca la unidad y atiende a diario las necesidades de la gente.

La crítica de Boric a Israel es de larga data, como legislador, apoyó un proyecto de ley que proponía boicotear los productos israelíes de la región norte del Golán, de los asentamientos de Cisjordania y las áreas de Jerusalén que quedaron bajo control israelí en 1967.

Durante su campaña muchos miembros de la comunidad judía de Chile (integrada por 20,000 personas) expresaron su preocupación por eso, junto con lo que dijeron que era un patrón de exigir que los judíos locales condenaran la política israelí. “Por supuesto que estamos dispuestos a aceptar criticas razonables sobre Israel”, pero lo que sí se escucha de Boric es que Israel es un Estado “genocida y asesino” y para empeorar las cosas, culpa a la comunidad judía de Chile por las acciones de Israel.

La comunidad judía de Chile es la tercera mayor comunidad en Sudamérica, después de las de Argentina y Brasil. Por su parte, la comunidad de Chile de origen palestino se estima en 500,000 personas, es la mayor comunidad de la diáspora palestina fuera de Oriente Medio. El 95% de los palestinos que emigraron a Chile a finales del siglo XIX y comienzos del XX eran cristianos. La segunda mitad del siglo XX trajo consigo nuevas olas de inmigración palestina hacia Chile.

Las relaciones entre judíos y palestinos en algún momento fueron buenas, sobre todo en la década del 90, en virtud de los acuerdos entre Israel y la Organización para la Liberalización de Palestina (OLP) se fueron deteriorando progresivamente, especialmente a partir de la segunda intifada palestina en el año 2000.

Los judíos al igual que los palestinos están incorporados en la vida nacional de Chile tanto políticamente y culturalmente. No obstante, hay fuentes importantes de antisemitismo al igual que en el resto de América Latina. No solo hay sectores palestinos radicalizados, sino también personas ligadas a movimientos neonazis y está el discurso de una izquierda bastante radicalizada que tienen un tono antisionista.

Por otra parte, los jóvenes palestinos a la vez que están totalmente integrados en la sociedad chilena y mantienen un sentimiento profundo de pertenencia al país, miran también sus raíces palestinas para reencontrarlas y hondar en ellas y a la vez se observa un compromiso político con la causa palestina a la palestinidad de Jerusalén en contra de la ocupación israelí y el establecimiento de lazos formales con la Autoridad Palestina.

En este contexto, es de prever que Boric como presidente de Chile podría alentar una situación compleja para los judíos chilenos y en la relación entre Chile e Israel.

 


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